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¿Terminó ya combate al huachicol?

Enrique Aranda

Enrique Aranda

De naturaleza política

Ante la mal disimulada sorpresa de más de uno de quienes de manera habitual concurren a sus “mañaneras”, Andrés Manuel López Obrador afirmó ayer que el combate al robo de combustible está, prácticamente, concluido y que, en adelante, la prioridad de su gobierno no será otra que avanzar en la pacificación del país, comenzando en 17 de las regiones donde se comete el 35 por ciento de los homicidios.

Importante declaración ésta, sin duda… aunque incompleta; porque si bien expuso que ello era así —“vamos saliendo del combate al huachicol…”— porque el abasto de gasolinas se ha (prácticamente) normalizado en todo el territorio y reducido significativamente el robo de la misma, no acaban, ni el jefe del Ejecutivo ni alguna de las instancias responsables de la administración federal, de presentar a los responsables del multimillonario ilícito que colocó a la más importante empresa estatal al borde de la quiebra.

Es verdad, y eso hay que destacarlo, que días atrás se despidió de Petróleos Mexicanos (Pemex) y se inició proceso contra tres o seis exfuncionarios de alto nivel y que, aunque de manera reiterada propios y extraños han insistido en la necesidad de investigar, al menos, a miembros y/o dirigentes del sindicato petrolero —Carlos Romero Deschamps, su líder, de manera particular— poco o nada se ha hecho en tal sentido, aun cuando fue en las propias conferencias del mandatario donde una y otra vez se explicitó que si bien el robo a ductos era importante, el volumen mayor se daba a través de operaciones de “doble facturación” y la operación de pipas.

Asegurar que se va saliendo del combate al huachicol y que la atención prioritaria de la naciente administración será ahora la inseguridad y violencia que campean en todo el territorio, entonces, no parece ser la mejor noticia. Y no porque no se haya conseguido avanzar de manera importante en el control de los daños que para México representaba tal ilícito, sino, insistamos, porque hasta hoy, no se conoce o no ha sido identificado públicamente ninguno de los supuestos operadores del multimillonario negocio, ni de los sus autores (intelectuales)  “de cuello blanco” ni de los políticos de regímenes anteriores o, por ejemplo, de empresarios o grupos industriales contra quienes se hayan emprendido ya acciones legales —aunque se habla de congelamiento de cuentas bancarias y de varios cientos de pesquisas en proceso— y, menos, de detenidos de cierta relevancia.

Nombres, es el unánime reclamo en este caso. La sociedad agraviada por la dimensión del (evidenciado) hurto a la nación merece conocer a quienes se beneficiaron con el mismo y, más, atestiguar que ninguno sea cubierto con el manto de la impunidad. ¿O no?

 

ASTERISCOS

* Será mañana, en definitiva, cuando el Congreso veracruzano vote si lleva o no a juicio político al fiscal general del estado, Jorge Winckler Ortiz, quien, vale destacar, está previsto concurra a la sesión y ahí, ante la diputación local, exponga lo que a su interés convenga en relación con las acusaciones por tortura y desaparición forzada que se le hacen.

* Por si algo faltaba al PAN-Puebla para profundizar la crisis en que le sumió la muerte de Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso, y para consolidar la generalizada percepción de derrota en la próxima elección, lo tuvo ya con la renuncia del diputado Marcelo García Almaguer al partido que, antes, acusó a la dirigencia local y nacional de estar “ausentes y mudas”…

* Otra vez, fiel a su costumbre, el ahora petista (de ocasión) Gerardo Fernández Noroña volvió a exhibir su bajísimo nivel, al referirse a la reelecta alcaldesa Maki Ortiz Domínguez de Reynosa, panista, con el calificativo de “pedorra” y al calificarla como “terrible”. Con esos amigos, insistamos, ¿“para qué quiere enemigos” la Cuarta?

 

Veámonos el viernes, con otro asunto De naturaleza política

                Twitter: @EnriqueArandaP

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