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“Lucecitas al final…”, otra vez

Enrique Aranda

Enrique Aranda

De naturaleza política

¡1,803!, nuevo pico de muertes en 24 horas.

 

En más de una ocasión durante los últimos 10 meses, Andrés Manuel López Obrador ha hecho pública su convicción de que “estamos ya al final del túnel” en lo que al control de la pandemia por covid-19 se refiere y, perdón, en todas ellas se equivocó, pues sus optimistas augurios fueron avasallados por una realidad que, ya ayer, dejó en 1,752,347 el número de infectados en el país y 149,084 decesos. Diez estados al cierre de la semana se mantienen al máximo nivel de alerta —semáforo rojo—, veinte más en alto y apenas bajo control —semáforo naranja—, dos en amarillo y sólo uno, Campeche, aún en verde.

Ayer, en el marco de su gira por San Luis Potosí y Nuevo León, el tabasqueño volvió a referir aquello de que “ya se ven las lucecitas al final del túnel en que nos metió la pandemia…”, aunque ahora lo hizo para hablar de la economía que, pronosticó, crecerá entre cuatro y cinco por ciento durante el año que apenas inicia, cuando las previsiones más optimistas de analistas financieros y entidades nacionales y extranjeras, bancos y firmas de consultoría, no van más allá de un avance de 3.2-3.5 por ciento, en el mejor de los casos.

Parecería, entonces, que, otra vez, los “otros datos” que le son aportados por sus afines y con los que no pocas veces él dice contar, podrían colocarle ante el riesgo de ser rebasado por una realidad que, en unos días más, dejará en claro que el costo de la pandemia se mide en millones de empleos perdidos y/o cancelados de manera temporal al menos, cientos de miles de empresas micro, pequeñas y medianas, en particular, cerradas en forma definitiva y, lo peor, una caída de la economía de al menos 8.5-9.0 por ciento durante su segundo año de gestión.

A la vista de los complejos y sin duda trascendentales comicios de junio, un discurso como el que se pronunció ayer en la industriosa entidad parece “justificable” desde un punto de vista político-electoral. Ello, sin embargo, no exime de la responsabilidad de enfrentar la problemática con realismo y sin crear expectativas falsas entre una población que no sólo ha visto infectarse a innumerables familiares y amigos por covid-19 y perdido a miles de ellos, sino que, en este caso, quiere tener una esperanza fundada de cambio en el corto o, al menos, mediano plazo.

ASTERISCOS

* Si bien el enésimo traspié de Hugo López-Gatell, el Doctor Muerte al frente de la estrategia de combate a la pandemia —anunciar la prohibición a estados y particulares de adquirir vacunas anticovid, y ser desmentido horas después— fue interpretada como un anuncio de su relevo, lo cierto es que su salida, dicen en el entorno de YSQ, deberá esperar “hasta encontrar alguien tan sumiso y falto de profesionalismo” como él o, perdón, dónde ponerlo.

* Preocupante que, de acuerdo al Inegi, el mayor número de hogares donde uno o más de sus miembros ha sido víctima de extorsión o robo estén en la capital —Iztapalapa, Tláhuac y Magdalena Contreras—, donde la cuestionada Claudia Sheinbaum gusta presumir “logros” en el combate a la inseguridad; y en el Estado de México —Atizapán y Cuautitlán Izcalli—, donde el gobierno de Alfredo Del Mazo se muestra rebasado por la violencia.

Veámonos el domingo, con otro asunto De naturaleza política.

 

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