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Gaseras peligrosas

El Santo

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Además del grave conflicto que enfrenta Xochimilco en materia de seguridad, por la operación de un triángulo de venta y distribución con 20 puntos de droga, ahora se revela la proliferación de gaseras clandestinas que han sido denunciadas valientemente por vecinos y que Excélsior ha documentado en los últimos días.

Detrás de ese negocio operan halcones al mero estilo del narcotráfico que han intimidado a reporteros de Grupo Imagen. Estas distribuidoras, de acuerdo con investigaciones de la Comisión Nacional Bancaria e indagatorias judiciales, estarían vinculadas con un gran monopolio que representa el grupo TOMZA, del toluqueño Tomás Zaragoza Fuentes, señalado en EU de estar relacionado con grupos criminales del narcotráfico y lavado de dinero. También está ligado a la empresa Mexicana de Gas. Tomás y su hermano Miguel Zaragoza, dicen las malas lenguas, amasaron su emporio de hidrocarburos desde los 90, pero fue en el 2000 que se disparó, y, de acuerdo con el IMPI, tienen 13 marcas. Además, han generado un control de la zona centro hacia el norte del país con la venta de gas. Aprovechan que el mercado no está regulado, consta en la CRE. Su control, le dicen tentáculos, se extiende en la operación en puertos como Manzanillo y Lázaro Cárdenas; será por eso que la Comisión Nacional Bancaria los tiene bajo la lupa. Ahora, usan el descontrol en las demarcaciones sur-poniente de la ciudad para ampliar el control; tal parece que el modus operandi de esos empresarios es a través de la ley del terror. Se espera que el delegado Avelino Méndez no se achique en sus denuncias y el Invea, de Meyer Klip, aplique la ley.

 

Olvido

Más de uno sabe que Pemex adeuda montos por 55 mil millones de pesos, que no ven rápida solución para subsanar esos pasivos de la petrolera a empresarios mexicanos. Con eso, las firmas en la CDMX se enfrentan a licitaciones en condiciones de garantía imposibles de alcanzar y en indefensión. El asunto es que un grupo de funcionarios de Pemex, encabezados por Hiram Hinojosa, Miguel Ángel Servín y José Luis Gómez, ha quitado de las licitaciones todo tipo de garantías, exigiendo condiciones casi gansteriles como lo son las cartas Stand BY. Nos dicen afectados: para que los bancos otorguen una carta Stand By, exigen dejar congelados fondos por las cantidades que esos funcionarios quieran poner, llegando a solicitar la congelación de hasta 50% del valor del contrato, algo que ninguna empresa puede solventar.

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