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Esperanza… ¿la hay?

Columnista Invitado Nacional

Columnista Invitado Nacional

Por Enrique García y García*

 

Es posible, amigo lector, que el título del artículo te lleve a pensar que el tema será de corte político, toda vez que se acaba de cumplir un año que el nuevo gobierno tomó las riendas del país en virtud de que los otros dos poderes de la federación están supeditados de facto al Ejecutivo. Es razonable pensar que podríamos vislumbrar cierta esperanza en que las promesas de campaña se cumplirán y que ahora sí viene el cambio verdadero, pero no, amigo lector, el texto va por otro camino, por otra esperanza.

Como todos los años y por estas fechas, la carga de trabajo suele disminuir y deja tiempo para hacer un recuento de lo sucedido para su análisis y obrar en consecuencia con el fin de establecer las metas para el año siguiente, para abrir las posibilidades de que algo ocurra, para abrigar una esperanza, tanto en aspectos materiales, pero también en los que no lo son, como los familiares y personales.

Hace menos de un mes, los estadunidenses celebraron una fecha muy significativa que es el día de Acción de Gracias—Thanksgiving—, en la que se reúnen las familias para dar gracias a Dios por los beneficios recibidos, además no hay regalos materiales de por medio, y lo único que se da son muestras de cariño, familiares; el hecho de que se junten es de por sí importante, pues se materializa la unión familiar para afianzar vínculos que en principio existe. Buena tradición digna de emularse.

Por nuestros rumbos, la celebración de la Navidad es ocasión para reunirse y dar regalos, y nada más, cuando también es buen momento para dar gracias por lo que se tiene y abrigar esperanzas para el porvenir. Para los creyentes, el nacimiento del Niño Dios significa el nacimiento de una esperanza que busca un acercamiento espiritual con Dios en sus múltiples manifestaciones. La realidad es que los centros comerciales están llenos y los templos físicos y virtuales vacíos, los aspectos materiales no dan oportunidad de que parte espiritual sea tomada en cuenta. “Lo que nace de la carne, carne es, lo que nace del Espíritu, Espíritu es”.

¿Hay esperanza?, claro que la hay, y puede estar centrada en nosotros mismos, en nuestra familia cercana, incluyendo nuestro círculo de amigos que conforman la ampliada.

Feliz Navidad y que en el Año Nuevo podamos cristalizar la esperanza que anhelamos en todos sus aspectos.

 

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