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Es tiempo de romper el silencio

Columnista Invitado Nacional

Columnista Invitado Nacional

Por Josefina Vázquez Mota*

 

Es tiempo de romper el silencio, es tiempo de romper la secrecía.

“Mi hija fue violada por su padre biológico a la edad de dos años cuatro meses. Durante seis días vivió un infierno a manos de quien se supone debía protegerla y cuidarla. Sangre de su sangre. Hoy, después de casi cuatro años de luchas interminables en varios tribunales, mi niña aún no encuentra justicia. Su caso sigue impune”.

“No quiero volver a ver a mi papá porque él me toca mi colita con una pelota, y me lastima, y no me gusta, y no lo quiero volver a ver”, recuerda su madre que dijo, refiriéndose como una “pelota” a lo que no eran sino los genitales de su progenitor.

“A pesar de que hemos entregado pruebas a las autoridades, les ha dado lo mismo hasta hoy. Nos han dicho cosas como: ‘usted quiere castigar al padre biológico alienado a su niña’, ‘si no hubo penetración no es delito grave’, ‘disculpe, nosotros no atendemos estos casos, sólo los de maltrato y ya’, ‘leímos el expediente, y no es grave’, ‘yo tengo que ver cómo interactúa la niña con su padre, y si no veo problema, pues que lo vea’, ‘ningún tribunal en México le quitará la patria potestad porque es su padre y la niña tiene el derecho de convivir con él’, ‘ya le nació el amor al papá, no sea intransigente y que la vea’”. (Testimonio de la señora Mónica Rodríguez).

Hoy, 5 millones de niñas, niños y adolescentes en nuestro país (más del total de la población de Uruguay) son víctimas de la violencia sexual, de acuerdo con la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas. (ADIVAC).

El dolor ocasionado por la violencia sexual infantil acompaña toda la vida a niñas, niños y adolescentes, el silencio y la secrecía son tumbas que entierran lo mejor de sus vidas y en ocasiones su vida entera. Quien finalmente denuncia es una minoría, además, lo hacen 10, 20 o 30 años después de sufrir este crimen, es en la edad adulta cuando comprenden la gravedad de lo que vivieron.

El 1º de octubre, en el Senado, presentamos una iniciativa de ley para que no prescriban los delitos sexuales, es decir, no importará el tiempo que pase, la víctima de un delito de este tipo siempre podrá denunciar y exigir justicia.

Frente a esto, urge que haya un acompañamiento, dado que en nuestro país este crimen prescribe entre los tres y los 19 años, aunque en la mayoría de los casos, los agresores sexuales se acogen al tiempo mínimo establecido por la ley.

De acuerdo con los expertos, el promedio de agresiones por cada depredador sexual es de 60 víctimas. Según Early Institute, más del 60% de estos actos es cometido en el hogar, lamentablemente por las personas más cercanas, como el abuelo, el tío, el padre o padrastro, en ocasiones por alguna madre de familia o algún conocido cercano de la familia, destacando que cuatro de cada 10 de estos crímenes se cometen a menores de 15 años. La impunidad es absoluta, ya que sólo se denuncia uno de cada 10 delitos, y se imparte justicia en menos del 2 por ciento.

Se trata de uno de los crímenes silenciosos más perversos que destrozan las vidas y los sueños de miles de niñas niños, y también de adultos que no podrán jamás reconciliarse con su propia vida y que no tendrán derecho a la justicia.

El pasado 13 de agosto, la Comisión de Derechos de la Niñez y de la Adolescencia del Senado de la República convocó a un foro para analizar los retos legislativos en materia de violencia sexual infantil y adolescente.

En dicho foro obtuvimos como resultado la urgencia de legislar en materia de prevención, acompañamiento de víctimas, impartición de justicia y, por supuesto, hacer posible la denuncia sin tiempo límite.

En este periodo legislativo, presentaré una serie de iniciativas que legislen en contra de la violencia sexual infantil. Con este primer paso vamos a lograr que, sin importar el tiempo que transcurra, la víctima siempre tendrá derecho a denunciar y nunca perderá el acceso a la justicia.

La violencia sexual infantil contra niñas, niños y adolescentes nos debe convocar a todas ya todos, sin importar ideologías, salvaguardando sus derechos y su interés superior.

Quiero invitar a todas y a todos a abrazar esta causa para darle voz a las víctimas de violencia sexual infantil, es mucho lo que tenemos por hacer y construir, pero es posible si lo hacemos juntos y lo hacemos ya, sumemos fuerza para mandar este mensaje claro a todos los agresores sexuales.

Es tiempo de romper el silencio. Es tiempo de romper la secrecía.

 

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