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El fallido intento de golpe de Estado en Turquía

Columnista invitado Global

Columnista invitado Global

 

Timur Söylemez

Embajador de Turquía en México

 

La noche del 15 de julio de 2016, hoy hace cuatro años, fue una de las más oscuras para Turquía, en la que miembros militares y civiles de FETÖ, una organización criminal y terrorista tendenciosa al culto, intentaron derrocar al gobierno de Turquía atacando con aviones, tanques, vehículos blindados, buques, helicópteros y armas militares.

Un clérigo religioso desacreditado, Fethullah Gülen, líder de FETÖ, fue el autor intelectual y el cerebro principal de lo que sucedió en Turquía en esa fecha. Fethullah Gülen y sus discípulos conspiraron y trataron de derrocar al gobierno democráticamente electo y capturar la República Turca sin rehuir al uso de la fuerza militar letal contra civiles inocentes.

El derrotado intento de golpe del 15 de julio de 2016 reveló la grave amenaza planteada por la organización terrorista FETÖ hacia Turquía. En el derrotado intento de golpe, 251 ciudadanos murieron y más de dos mil personas fueron heridas.

Juzgar las obras de este hombre y su organización basándonos únicamente en lo ocurrido el 15 de julio sería un error; los crímenes cometidos en esa fecha sólo pueden considerarse como la punta del iceberg.

Para entender por qué Fethullah Gülen y FETÖ se han convertido en el enemigo número uno de Turquía es necesario comprender el alcance de sus acciones y el trauma resultante que ha experimentado la nación turca. Todo comenzó bajo el disfraz de una organización educativa de caridad, cuyas verdaderas intenciones no ha podido aún descifrar Turquía, al igual que muchos otros países. Ahora se comprende que éste fue el primer paso de una campaña de infiltración, donde niños y sus padres fueron reclutados con la promesa, aparentemente inocente, de una mejor educación y un mejor empleo. Estos niños pasaron por la escuela con ayuda académica y financiera, pero, sobre todo, bajo la mano dura del adoctrinamiento, convirtiéndose en soldados de infantería fieles a Fethullah Gülen. La organización de lavado de cerebro de niños en las escuelas bajo el disfraz de supuestas actividades de entrenamiento y sus seguidores radicales, llevaron a cabo las instrucciones de la organización y violaron todas las normas legales y morales.

Se les proporcionaron las respuestas a los exámenes de ingreso para escuelas prominentes y más tarde para puestos en el gobierno. Se les ordenó permanecer ocultos e infiltrarse en las instituciones estatales y se les dijo que, con tal de lograr el objetivo principal de tomar el control del Estado, podrían ignorar todo principio ético, religioso o personal. FETÖ continuó con el adoctrinamiento transmitiendo instrucciones de su líder. Como funcionarios públicos o personal militar, su lealtad no era para su nación o para el Estado al que servían y no les importó defender la Constitución o el sistema legal del país.

Cuando el gobierno turco finalmente entendió lo que realmente estaba ocurriendo, FETÖ comenzó a tomar medidas drásticas y extremas.

Los sucesos del 15 de julio ocurrieron en un momento en que las fuerzas armadas turcas descubrieron y se preparaban para expulsar a la mayoría de los supuestos militares que eran, en realidad, reclutas de la organización. El 15 de julio fue un movimiento desesperado de FETÖ para tomar control del Estado, en el que ya se había infiltrado. A pesar de que se definió como un intento de golpe de Estado, éste no fue un golpe ordinario; en ninguno de los golpes de Estado o intentos de golpe en el pasado de Turquía los golpistas dispararon contra civiles y mucho menos bombardearon el parlamento, el complejo presidencial o la jefatura de policía.

En los últimos cuatro años, Turquía, bajo el orden de la ley, ha llevado a la justicia a los perpetradores del intento de golpe de Estado. La estructura organizacional de FETÖ dentro de las instituciones gubernamentales ha sido revelada, y los procedimientos administrativos y judiciales se han iniciado en contra de los miembros y su estructura estatal paralela se ha derribado. Los intentos de esparcir la organización terrorista en todas las áreas de la economía vía sus entidades de apariencia, particularmente en los sectores de la educación, medios de comunicación y bancarios, han sido derrotados.

FETÖ se estableció en 160 países aproximadamente, con miles de escuelas y empresas. Sus acciones en Turquía deberían considerarse una llamada de atención para otros países; hacemos todo lo posible para alertar a nuestros socios con respecto a la amenaza a la seguridad que plantea FETÖ. Esta organización criminal de alcance global se está reduciendo y Turquía continuará tomando todas las medidas necesarias para asegurar que este mal sea borrado del mundo y nunca vuelva a dañar a ningún otro pueblo.

Regresando al 2016, México expresó, rápida y oficialmente, su oposición al intento de golpe de Estado y mostró su solidaridad para el gobierno democráticamente electo en Turquía. Este sólido apoyo y la postura de principios fueron altamente apreciados. Turquía espera un apoyo progresivo en la medida en que tomamos pasos en forma continua para asegurar que la organización FETÖ y sus afiliados en países como México no representen una amenaza para nuestra democracia, nuestro pueblo y nuestras instituciones.

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