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Aprobada la paridad: ¿qué sigue?

Cecilia Soto

Cecilia Soto

El pasado 23 de mayo, se aprobó por unanimidad en la Cámara de Diputados la minuta enviada por el Senado de la República que reforma nueve artículos constitucionales en favor de la #ParidadEnTodo: paridad en el Poder Ejecutivo, en el Legislativo, en el Poder Judicial y en los órganos autónomos. ¿Era necesaria esta reforma? Estoy convencida de que sí: se requiere la fuerza de la ley para llevar los deseos y las buenas intenciones al terreno de la realidad. Veamos.

Con todo y la promesa de formar un gabinete paritario anunciada por el Presidente, más tardó en enfriarse el café que en diluirse la paridad en el equipo presidencial. En el gabinete legal hay 15 hombres y sólo ocho mujeres, proporción que puede desmejorar aún más si el presidente sustituye a la exsecretaria de Medio Ambiente, Josefa González Blanco, con un hombre. En el gabinete ampliado hay ocho hombres y cuatro mujeres.

A su vez, en los equipos de secretarios y directores de organismos, como el Infonavit, la Conagua, el IMSS y otros, siempre prevalece una mayoría de hombres. El Infonavit, por ejemplo, cuenta con 10 directivos y una mujer. En la Conagua, pese a estar dirigida por una mujer, la competente doctora Blanca Jiménez, de 32 direcciones generales hay 32 hombres y los Consejos de Cuenca están dirigidos por 15 hombres y una mujer. De los 32 súperdelegados nombrados por el presidente López Obrador, 24 son hombres y ocho mujeres, una desproporción de tres a uno desfavorable a las mujeres.

Con todo, en el actual gobierno hay comparativamente más mujeres en altos puestos de toma de decisiones que en gobiernos anteriores. La sentencia 12/624 de la sala superior del Tribunal de Justicia Electoral que obligó al cumplimiento de la cuota 40/60 en las elecciones de 2012 y, sobre todo, la reforma de 2014 que plasmó el principio de paridad en la Constitución vienen funcionando como el “efecto mariposa” del que habla la experta feminista Catharine A. MacKinnon: un cambio en un sistema fluido e inestable que acarrea a su vez un sinfín de otros cambios. La multiplicación de candidaturas de mujeres, la llegada de ellas a los congresos federal y locales, el incipiente arribo de las mujeres a los gobiernos municipales vienen derribando mitos: que no hay mujeres competentes, que no hay mujeres que se arriesguen a una campaña, que no hay suficientes candidatas, que las mujeres no votan por las mujeres. De hecho, la votación unánime, el pasado 23 de mayo, a favor de la #ParidadEnTodo sólo fue posible por la presencia mayoritaria de mujeres legisladoras: 52%. Imposible derrotarlas: mejor unirse a ellas y con entusiasmo.

No dudo del compromiso del presidente López Obrador con una mayor presencia de las mujeres en la toma de decisiones. Sólo que nosotras no queremos “una mayor presencia”, queremos el 50% como referencia, como la justa proporción alrededor de la cual podremos hacer ajustes, procesos de transición, protocolos para reclutamiento de funcionarios/as, etc.

Uno de los temas más debatidos en la iniciativa y que presentó resistencias fue la inclusión del artículo 115 constitucional, con los conceptos de paridad vertical en la integración paritaria de los cabildos, pero con la paridad horizontal en la selección de candidaturas a alcaldes: en cada estado debe de haber 50% de candidatos y candidatas. La resistencia y la precaución provienen de que ha sido en los municipios y, especialmente, en las comunidades indígenas donde las candidatas han sufrido intensa violencia política. Por ello, la reforma incluye un artículo transitorio que cuida de las características específicas en estas regiones.

Después de que concluya el proceso de aprobación del Constituyente Permanente, que requiere el voto favorable de por lo menos 17 congresos locales, la firma del Presidente y la publicación en el Diario Oficial de la Federación, sigue la formulación de por lo menos 35 leyes secundarias que tienen como fecha límite para su aprobación el 20 de junio de 2020, fecha a partir de la cual no podrán hacerse reformas electorales por el inicio del año electoral.

La paridad llegó para quedarse y será positiva para hombres y mujeres. Para nuestras niñas será natural participar paritariamente y la discriminación será una anomalía reprobable. Bienvenidos al futuro.

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