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Segundo adiós al CAPFCE

Carlos Ornelas

Carlos Ornelas

En 2005, el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas se vio envuelto en un escándalo, otro más, generado en el gobierno de Vicente Fox por la edificación de la biblioteca José Vasconcelos. Pero, muy a la mexicana tradición de taparle el ojo al macho, en lugar de investigar, sancionar a los corruptos y resarcir el daño, el gobierno decidió transformar una institución que fue preclara.

El CAPFCE nació en 1944. Bajo la tutela de Jaime Torres Bodet se institucionalizó la construcción de escuelas. Surgieron las primeras normas y, lo más destacado, comenzó a permutar casas viejas en escuelas formales en las ciudades y a construir aulas en zonas rurales donde niños estudiaban bajo árboles o en chozas.

En sus años de gloria —que legitimaron al gobierno de Adolfo López Mateos— fue el brazo material del plan para el mejoramiento y expansión de la educación primaria, más conocido como el Plan Nacional de 11 años. Ante el descuido de los gobiernos de Adolfo Ruiz Cortines y Miguel Alemán, Jaime Torres Bodet, en su segunda vuelta como jefe de la SEP, revitalizó al CAPFCE. De aulas prefabricadas para hacer frente a la escasez de espacios, a la construcción de edificios para universidades públicas, de escuelas rurales a miles de planteles urbanos.

Cierto, hubo críticas porque eran del mismo tipo para todo clima y lugar. Pero, en el otro extremo, eran aulas con abundante luz natural, edificios sólidos y, donde había territorio, campos deportivos. Recuerdo que en 1961 el presidente López Mateos inauguró el edificio de la Escuela Preparatoria de la Universidad Juárez del estado de Durango donde terminé mi bachillerato: señero y sin fracturas, hasta la fecha.

El CAPFCE tuvo buenas intervenciones en el gobierno de Luis Echeverría, aunque algunos no quieran acordarse. Pero la laxitud en el incumplimiento de la ley y la corrupción sin castigo le dieron al traste, en especial, en el gobierno de Vicente Fox.

En 2008, le di el adiós al CAPFCE. El gobierno lo transformó —no fue un cambio de nombre nada más— en el Instituto Nacional de Infraestructura Física Educativa, que emite lineamientos para la edificación de escuelas, tanto para instituciones públicas como privadas. De ser aparato constructor, pasó a órgano normativo y de vigilancia. Claro, a tono con el centralismo, los estados tuvieron que hacer sucursales del Inifed.

El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que el Inifed pasará a la historia; se va a desinstitucionalizar la construcción de escuelas. En la conferencia de prensa del miércoles, AMLO planteó. “… se va a entregar [dinero] directo a las sociedades de padres de familia… para que con esos recursos mejoren las escuelas donde estudian sus hijos… y les va a alcanzar más”.

Como con las guarderías infantiles, AMLO busca que emerja la figura del presidente paladín. Fin a la construcción de escuelas bajo normas institucionales; el fin: conseguir votos.

¡Un error histórico!

Adiós al Inifed. Mi segunda despedida al CPFCE.

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