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Candidaturas para la SEP

Carlos Ornelas

Carlos Ornelas

El 16 de diciembre, el presidente López Obrador sorprendió al respetable con la confidencia de que Esteban Moctezuma dejará la Secretaría de Educación Pública para ocupar la embajada en Washington. El Presidente manifestó que consultará, pero no dijo a quién, para encontrar al legatario.

De inmediato comenzaron las apuestas acerca de quién será el elegido o la designada para continuar en el orden al bate en este gobierno con sabor a beisbol. También hubo sondeos para preguntar qué cualidades debe tener el nuevo ocupante del despacho.

En mi participación en Imagen Radio del mismo día 16, Pascal Beltrán del Río me preguntó quién pudiera ser el sucesor. Respondí de a bote pronto que habría que considerar dos asuntos. Primero, que el Presidente prefiere lealtad ciega sobre capacidades; entonces habría que pensar en los cercanos a sus afectos. Segundo, la SEP es un aparato gigantesco con miles de redes burocráticas y de intereses que demandan experiencia política. Pienso que la baraja no es muy amplia. Va mi pronóstico, no vaticinio.

Si el Presidente busca dar continuidad al expediente que abrió Moctezuma, habrá que poner atención a integrantes del alto funcionariado del sector apegados a López Obrador y seguidores fieles; destacan: Luciano Concheiro Bórquez, subsecretario de Educación Superior, viejo incondicional, aunque sin experiencia en la burocracia, y Raquel Sosa Elízaga, titular del Organismo Coordinador de las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García, su seguidora ferviente; acompañó al hoy presidente cuando fue jefe de Gobierno.

En caso de que López Obrador designara a Marcos Bucio Mújica, subsecretario de Educación Básica, se notará que refrenda la acción de Esteban Moctezuma en la SEP. Bucio fue su propuesta para sustituir a Gilberto Guevara Niebla, la primera selección del Presidente.

Juan Pablo Arroyo Ortiz, subsecretario de Educación Media Superior, representa un perfil más administrativo que político, larga trayectoria en el funcionariado.

Si el designado es el senador Rubén Rocha Moya será señal de que la CNTE está en el corazón del Presidente. El exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa es cercano a ella y sus primeros pasos como estudiante los dio en una normal rural. Pero Rocha quiere ser gobernador de su estado, no jefe de la SEP.

A fe mía que el Presidente escogerá a quien considere más funcional a su Presidencia y obsecuente con sus mandatos y hasta caprichos; no a quien posea el perfil más adecuado para dirigir al sistema educativo mexicano. La educación está en el escalón más bajo de sus prioridades.

Sin embargo, se me ocurre pensar —al cabo es especulación— que el Presidente pudiera investir a un personaje con más experiencia y tacto político, con carisma personal y darle a la SEP un trazo de mayor rango, aunque no sea tan cercano a su persona. Quizá ocupe la silla de Vasconcelos el exgobernador de Michoacán y nieto —también homólogo— del alter ego mayor de López Obrador: Lázaro Cárdenas Batel.

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