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Apoyarse en la sociedad frente al coronavirus

Armando Ríos Piter

Armando Ríos Piter

           Por una #SociedadHorizontal

 

La semana pasada fue una de ratón loco en cuanto a la política pública de salud. El domingo, después de su gira con cientos de personas, vimos al presidente López Obrador recomendando “salir a restaurantes para apoyar la economía familiar”. Súbitamente, el martes, el gobierno decretó la Fase 2 respecto a la pandemia del COVID-19, después de que la OMS publicó que ya había casos de contagio comunitario en México y el viernes, después de su reunión con el G20, el mandatario circuló otro video en el que aconsejaba a la población “no salir de sus casas para evitar muertes”. Todo en menos de una semana.

La volatilidad en la toma de decisiones evidencia que el gobierno mexicano aún no tiene resuelta una ruta para lidiar frente a la dicotomía entre el tema de salud y el económico. La disyuntiva ha sido: por un lado, “cerrar todo” para evitar contagios y muertes en el país, a costa de cuantiosas pérdidas económicas; por el otro, “permitir” que la gente —especialmente los que viven al día— continúen con sus actividades para evitar así un impacto en su bolsillo, pero con el riesgo de que la pandemia se expanda y se vuelva incontrolable.

Se requiere elaborar un plan claro sustentado en las fortalezas de una #SociedadHorizontal:

1. Blindar a quienes, por su trabajo, estarán expuestos al contagio y apoyarse en la sociedad para identificar casos. Es fundamental proteger al personal de salud, policías, encargados de aduanas. Es indispensable garantizar material suficiente como gorras, mascarillas protectoras y uniformes especializados. Es lastimoso que, a estas alturas, el personal médico del país no cuente con estos insumos básicos. Es necesario generar un Seguro Amplio COVID-19, que dé certidumbre a nuestros médicxs y enfermerxs, que también brinde protección a quienes nos deberán proteger cuidando las calles.

La tecnología genera amplias capacidades para que la comunicación y la organización se den de manera descentralizada. El gobierno debe apoyarse en la población para dar trazabilidad, identificar posibles núcleos de contagio y ser mucho más selectivos en el confinamiento; todos estos elementos de una #SociedadHorizontal ayudarían a incrementar las capacidades de información, decisión y actuación del Estado mexicano. El ejemplo de Corea del Sur es útil para el caso mexicano: hacer la mayor cantidad de pruebas posible. Por ello, resulta increíble que, a estas alturas, la Cofepris no esté dando permisos para importar dichas pruebas.

2. Promover la corresponsabilidad y la coordinación de la sociedad, para separar a la población más vulnerable de la que tiene que continuar trabajando.

Aun cuando en el cortísimo plazo el confinamiento es fundamental para reorganizar a la sociedad con el fin de enfrentar la enfermedad, es evidente que la estructura socioeconómica del país no permitirá que esto se pueda prolongar por mucho tiempo. El gobierno debe disponer de recursos suficientes para apoyos inmediatos y enfocarlos donde el empleo esté más afectado por el cierre de actividades, tal es el caso del sector de servicios: fondas, restaurantes, hoteles, taxis.

Sin embargo, con millones de personas que “viven al día”, la pregunta es: ¿cómo aplanar la curva sin que ello derive en una depresión económica prolongada?

La población joven en etapa laboral es menos propensa a presentar síntomas complejos, por lo que el confinamiento debería quedar progresivamente sólo para los que tienen un sistema inmunológico débil y los adultos mayores. Para quienes deben salir de sus casas, las medidas de limpieza deben sumarse al uso masivo de mascarillas y a la realización de cuantas pruebas sea posible. Estos deben ser pilares de colaboración, la coordinación y corresponsabilidad en las acciones del gobierno, junto con la #SociedadHorizontal.

3. Garantizar el diálogo transparente con la sociedad, para armar un plan fiscal que ayude a quienes mayor afectación podrían tener en el corto plazo.

Es fundamental hacer una revisión transparente y profunda de las capacidades presupuestales inmediatas. La crisis abre la oportunidad de dialogar, de evitar “verdades absolutas” y de repensar algunas decisiones. Desde rescatar la confianza del sector privado para la coinversión —tan lastimada después de la consulta en Mexicali— hasta la cancelación y reprogramación presupuestal de proyectos para instrumentar políticas contracíclicas de corto plazo.

Lxs mexicanxs somos una sociedad resiliente, saldremos de ésta, pero se requiere clarificar la ruta y ejercer liderazgo “horizontal”.

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