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Ni con la vacunación ni con Estados Unidos

Ángel Verdugo

Ángel Verdugo

Tal cual

Una de las justificaciones a la que más recurre el gobernante en turno y los responsables de las finanzas públicas y la economía frente al crecimiento mediocre o recesivo, es declarar —sin sonrojarse—, que la causa de ello tiene que ver con factores externos (la recuperación de la economía de Estados Unidos no es robusta ni rápida), o con eventualidades que exhiben crudamente nuestras profundas limitaciones estructurales (no crecemos por los efectos de la pandemia).

Esa visión, la cual, debe decirse, no es privativa del actual gobernante ni de los responsables designados por éste al frente de Hacienda y Economía, nos viene de lejos en el tiempo. Conocida y padecida durante decenios, es expresión de la propensión de nuestros políticos (gobernantes, funcionarios y legisladores) a eludir lo fundamental, y culpar a otros de sus limitaciones y decisiones equívocas para, así, no tener que enfrentar su responsabilidad en las tragedias que causan.

La diferencia hoy, frente a la gobernación llevada a cabo por los últimos cinco presidentes —desde 1988 al año 2018— antes del actual, es la incapacidad de éste para entender la situación que enfrentamos. La visión casi esquizofrénica (la esquizofrenia es un trastorno mental grave, por el cual las personas interpretan la realidad de manera anormal. La esquizofrenia puede provocar una combinación de alucinaciones, delirios y trastornos graves en el pensamiento y el comportamiento, que afecta el funcionamiento diario y puede ser incapacitante) del actual gobierno, lo ha llevado a imaginar problemas e inventar causas, lo cual ha agravado nuestros viejos y graves problemas estructurales.

La irracionalidad con la cual se ve y juzga la realidad, ha llevado al actual gobierno a pretender replicar una etapa superada del país y su economía. Es tal el desapego y negación de lo que enfrentamos, que el gobernante piensa y actúa guiado, únicamente, por la obsesión de querer reproducir un pasado idílico, inventado por él.

Los cinco presidentes anteriores reconocían la realidad que enfrentaba el país durante su encargo, para de ahí partir; llevaron a cabo reformas profundas en algunos aspectos de la vida nacional y en otros, se rindieron ante el poder de ciertos grupos por lo que dejaron áreas intocadas.

Luego entonces, no se requiere mucha inteligencia para entender y aceptar, que la gobernación del actual gobierno debía ser (más aún, dado el apoyo recibido en la elección del año 2018), continuar con aquel proceso reformador que lejos de ver al pasado, puso la vista en el futuro; asimismo, continuar —así fuere lentamente— sentando las bases de un mejor futuro para el país y los mexicanos.

Sin embargo, no entender cuál era la prioridad y ante la caída brutal de la economía este bienio, no puede, no sabe o no quiere enfrentar nuestros graves problemas estructurales. De ahí que a pregunta expresa sobre la recuperación económica, broten la ignorancia y la falta de voluntad política; la respuesta que con dificultades articulan es: la recuperación de la economía dependerá del proceso de vacunación, y de Estados Unidos.

¿Quién respondió así? ¿Un desconocedor de nuestros problemas estructurales? ¿Alguien que ignora la importancia para el crecimiento de un pleno Estado de derecho, hacer respetar la ley sin distingo alguno y contar con un andamiaje jurídico con visión de futuro? ¿O el que ignora el papel que juega el respeto a plenitud del contenido de los contratos, y lo aprobado por el Senado de la República, ayer el TLCAN y hoy el T-MEC? No, el que respondió fue Herrera, sedicente secretario de Hacienda.

¿En verdad piensa él, el gobernante y el resto del gabinete, que no hace falta eliminar las trabas estructurales que bien conocemos y padecemos? ¿Tampoco actualizar el caduco andamiaje jurídico en lo laboral, el campo y lo educativo, por ejemplo? ¿Y qué decir de la violencia y la impunidad de facto que disfrutan los grupos delincuenciales en México, y qué hacer frente a ellos?

Por lo demás, podremos incluso vacunar a 90 millones de mexicanos en dos, tres o más años y la economía de Estados Unidos recuperar el crecimiento pero, si no enfrentamos nuestros problemas estructurales, el nulo o mediocre crecimiento seguirá; asimismo, si no abandonamos nuestras ideas caducas —o la visión esquizofrénica—, la desastrosa condición que padecemos durará muchos años más.

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