Que 21 años no es nada

Cómo ha pasado el tiempo... Recuerdo perfectamente la transmisión del partido final entre León y Cruz Azul de hace 21 años, en el que tuve la oportunidad de estar.

Domingo al mediodía, con un calor infernal y en el que La Máquina logró su último campeonato.

Al final del partido entrevisté a todos los jugadores y a un emocionado Luis Fernando Tena, técnico del equipo cementero, que le dedicaba a su familia el histórico logro.

Ahora, 21 años después, el mismo equipo puede volver a ser campeón.

Pero en esos 21 años han pasado tantos tragos amargos para uno de los equipos grandes del futbol mexicano, que sería imposible recordarlos. Yo sólo pienso en su gente, en sus fieles fanáticos que han aguantado todo tipo de burlas y de insultos, por lo que no han sido capaces de hacer ni la directiva ni los entrenadores ni los jugadores que han pasado por el club.

Hace apenas un año que Pedro Caixinha llegó al equipo y el cambio fue inmediato. El carismático portugués, que venía de fracasar en Escocia, llevó a cabo una revolución interna que ha rendido sus frutos, al grado de estar en la final, de haber ganado la Copa y de ser el superlíder del torneo.

Claro está que el dinero fue prioritario y que se gastaron cerca de 45 millones de dólares para reforzar al equipo.

Contra Monterrey, mientras estaba en el Teletón, observaba cómo Caraglio fallaba un penal y que los fantasmas regresaban, pero, al final, se impuso la justicia en el partido de vuelta muy mal jugado por Monterrey. Por eso La Máquina es finalista.

Le deseo toda la suerte del mundo a Cruz Azul en la final, porque sé lo que han sufrido.

Le deseo toda la suerte del mundo a Pedro por su gran capacidad de trabajar en este negocio.

Le deseo toda la suerte del mundo a los miles de trabajadores de la Cooperativa, que han sufrido durante 21 años.

Le deseo toda la suerte del mundo a los jugadores que se han matado en este semestre y han dejado de ser un equipo gris.

Total, 21 años no es nada.

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