Platicando con el Vasco

Al otro lado del teléfono, desde su casa en Madrid, el señor Javier Aguirre, técnico del Leganés.

Todo esto lo hacemos gracias a la maravillosa aplicación de Zoom que tanto ha ayudado en estos complicados días.

Como siempre, contento y de buen humor, me cuenta cómo va llevando la cuarentena obligatoria en España, donde solamente te permiten salir de tu casa para ir al supermercado o a la farmacia.

Dos de sus hijos están en México y el tercero en Madrid, con la novia. Está en casa con Silvia, su compañera de toda la vida.

Todos los días tiene contacto con su cuerpo técnico, jugadores y directivos, para que cuando vuelva el futbol todos estén en forma para afrontar lo que resta de liga si es que ésta se reanuda en este semestre o se da por terminada la temporada sin descensos y solamente con el ascenso de dos equipos, con lo cual la siguiente campaña en España se jugaría con 22 equipos.

Le vino en mal momento el parón por el coronavirus, ya que su equipo venía levantando poco a poco y se estaba acercando en la tabla a la zona de salvación. Está convencido de que los jugadores de todas las ligas resentirán, sobre todo, la falta de ritmo futbolístico.

Me recuerda que en esta temporada en España solamente tres extranjeros están dirigiendo en Primera División, que son él, Simeone y Zidane.

Y está convencido de que técnicos como Miguel Herrera o Nacho Ambriz podrían trabajar en Europa sin ningún problema y podrían triunfar.

También recuerda que, en su momento, entrenadores como Mejía Barón, Lapuente y La Volpe recibieron ofrecimientos del futbol español terminando las copas del mundo y que decidieron seguir sus carreras en México.

Le queda un pendiente en su carrera, que es poder dirigir en Inglaterra, lo cual es un sueño que probablemente ya se cumpla.

Cerca del retiro, me confiesa que volverá a vivir en México, pero que no será entrenador en nuestro país. Quiere ser directivo.

Es Javier Aguirre, buen amigo y, a mi parecer, el mejor entrenador mexicano de toda la historia.

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