Humillación

Las cosas como son. Ambos llegaban con altas expectativas al clásico y solamente uno estuvo a la altura y ése fue el América. El Guadalajara no existió y fueron testigos de una histórica humillación como pocas veces.

Tiene razón Fernando Ortiz cuando mencionó, al finalizar el partido, que ellos no hablaron antes del partido y lo cumplieron en el campo. Ortiz le dio una lección a Veljko Paunović de cómo sacar adelante un partido importante y, además, dejar muy golpeado al rebaño en todos los aspectos, sobre todo en lo anímico.

Y para terminar de arreglar la noche, el señor Víctor Guzmán se hace expulsar y se perderá el partido ante Atlas. Peor, imposible.

También quedó claro quién tiene mejores jugadores y cuando hay momentos importantes no se esconden. El América le pasó por encima a las Chivas de principio a fin.

Es más, la realidad, por lo visto, era de una goleada mayor, pero después del cuarto bajaron las velocidades. Una auténtica humillación.

Nadie imaginaba una noche tan negra para el Guadalajara. Llegaban con un buen torneo y un nivel de juego bastante alto. Lo que pasó fue que enfrente tuvieron a un equipo que sabe jugar bajo presión y muestra su mejor versión cuando más se necesita.

En el América nadie se esconde y dan la cara en los partidos importantes. Jonathan Rodríguez lo hizo el sábado con su doblete para poner un claro ejemplo.

Y canteranos como Emilio Lara demostraron por qué son titulares en un equipo importante.

Dice Paunović que promete que regresarán de manera importante en este mismo torneo y yo lo veo muy complicado. El golpe anímico que recibieron tendrá que sanar durante mucho tiempo.

No le queda más a Chivas que seguir lamiendo las heridas y tratar de no perder el clásico tapatío.

Reconozco públicamente a los jugadores del América y a su cuerpo técnico por haber preparado y ejecutado tan bien el plan del clásico. Por algo pesa tanto su camiseta, por algo son el equipo con más títulos en este país.

Terrible decepción para los rojiblancos y, repito, pudo ser peor, sin embargo, los cremas bajaron la velocidad. Pudo ser una goleada de escándalo. En resumen: fue una humillación.

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