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Segundo round Monreal contra Martí

Adrián Rueda

Adrián Rueda

Capital político

Caprichoso como es, el destino vuelve a poner frente a frente a Ricardo Monreal y a Martí Batres, quienes disputan el control del Senado de la República a través de la bancada de Morena.

Aunque Andrés Manuel López Obrador ya mandó la señal de que sea el zacatecano quien encabece al rebaño moreno en la Cámara alta, Batres se aferra a tomar parte del pastel queriendo hacer contrapeso a su rival.

Si Monreal se queda con la coordinación de Morena, Martí quiere para él la presidencia de la Mesa Directiva. De ninguna forma quiere que su rival se quede con todo.

Todo el mundo tiene claro que el exceuísta no es del peso de Monreal y que el exgobernador de Zacatecas está en otras ligas, pero el dirigente del partido en la CDMX aún no supera varios traumas.

El primero es que no acaba de aceptar que no es del agrado de López Obrador, quien no confiaba en él para entregarle un cargo importante, y menos después de que se atrevió a querer bloquear la integración en la capital de Andrés López Beltrán, su hijo.

Cuando Andy intentó meterse al partido en la capital el primero que lo bloqueó fue Batres, por lo que —asesorado por su padre— el junior se dedicó a armar una estructura paralela a la del partido, a fin de controlar los principales nombramientos.

Y es que Andrés Manuel no había olvidado que en una elección seccional en Copilco, Martí había tenido la osadía de operar para mandarlo al tercer lugar de la votación, lo que en verdad causó irritación al tabasqueño.

Fue así como Andrés Manuel anuló a su dirigente local en la definición de la mayoría de cargos legislativos, alcaldías y, por supuesto, a la Jefatura de Gobierno, donde impuso a Claudia Sheinbaum.

Pero el de Macuspana no sólo anuló a Batres, sino que lo utilizó para frenar inicialmente a Monreal, que era el aspirante más fuerte a gobernar la capital y era un oponente muy difícil para Claudia.

Como presidente de Morena en la capital, el exceuísta sancionó a seis diputados locales afines al zacatecano, quienes en la Asamblea Legislativa se abstuvieron de votar en contra de dejar sin presupuesto a la CDMX para 2017. 

Batres quería anular a su rival, al grado de tratar de impedir que Néstor Núñez fuera su relevo en la delegación Cuauhtémoc, pero al final no sólo se quedó con las ganas de hacer la travesura, sino que fue anulado.

Ahora quiere meterse a como dé un lugar a un espacio preponderante en el Senado y, en una de ésas, hasta lo consigue, aunque quién sabe para qué le pudiera servir porque sus mismos compañeros no lo dejan de ver como alguien que le cargaba las maletas a René Bejarano

Como quiera, se reedita la pelea entre los dos morenistas, sólo que esta vez será en el terreno del zacatecano y en una categoría en donde el exgobernador lleva todas las ventajas.

CENTAVITOS… Dicen las malas lenguas que dos alegres compadres —más bien excompadres— reanudarán en breve el pleito que tenían pendiente y que dejaron en pausa mientras pasaban las elecciones. Ambos son del oriente de la capital y uno fue jefe del otro durante tres años, hasta que su subalterno lo desconoció y quiso tomar su ruta propia traicionando a medio mundo, al grado de que fue corrido por su partido, pero lo recogieron algunos morenistas. Aunque quien traicionó está confiado porque cree que desde la cúpula de Morena lo protegerán, dice que viene un golpazo tan duro que nadie se atreverá a meter las manos por él. Ah, y que ya no tarda ni tantito.

 

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