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¿Por qué Raymundo Collins?

Adrián Rueda

Adrián Rueda

Capital político

 

La inminente llegada de Raymundo Collins a la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México es el movimiento más importante del actual sexenio en esta materia, aunque luce un poco tardío.

Que “es un tipo rudo”, que “es muy malo”, que “tiene amigos de dudosa reputación”, empiezan a decir sus detractores; seguramente, no es una blanca paloma.

En el combate a la delincuencia, y más a los niveles alcanzados en la capital, no se necesita de una monja o un fraile para enfrentarlos, sino de un tipo al que no sólo los delincuentes respeten, sino, en especial, los mismos policías.

Ingeniero de profesión y formado en la Marina, nadie puede negar que Collins conoce la materia, pues no solamente ha sido subsecretario de la SSP capitalina, sino también director de la Policía Judicial Federal y un experto en las operaciones del crimen organizado.

Uno de los problemas más graves que por fin se reconocen en la capital es la operación del narco, y se requiere de un experto para enfrentarlos, a pesar de que solamente vaya a estar unos meses al frente de la corporación.

Amigo de Marcelo Ebrard, pero también de Miguel Ángel Mancera —dualidad rara en estos tiempos—, el aún director del Instituto de Vivienda de la Ciudad de México es visto con recelo por algunos mandos de la Policía capitalina.

Saben que Collins no es Hiram Almeida, el flanecito que Mancera les mandó y a quien nunca hicieron el menor caso, por la sencilla razón de que jamás tomaron en serio ese nombramiento.

El control del mayor cuerpo policiaco del país no es nada fácil, y menos si sigue bajo la influencia de la legendaria “Hermandad”. Por eso, se necesitaba del perfil de alguien como Collins, que les hable en su propio idioma y los ponga a chambear.

La propuesta de que el veracruzano encabece la SSP no deja de sorprender, sobre todo, porque hasta hace relativamente poco no tenía una gran relación con José Ramón Amieva, jefe de Gobierno sustituto.

Incluso, cuando Amieva fue ratificado para el cargo, se llegó a rumorar que uno de los que saldrían del gabinete sería, precisamente, Collins, pero el jefe de Gobierno sustituto habló con él y le pidió que lo apoyara.

Aunque tardía, la decisión de quitar a Almeida de la Policía capitalina es una de las más atinadas en la actual administración, a fin de dejar el área en manos expertas, no de aficionados que solamente llevaron el barco a pique.

Sólo es mero trámite que el presidente Enrique Peña Nieto apruebe la propuesta de Amieva para que asuma Collins. Como dicen en el rancho: “Pa’ los toros del Jaral, caporales de allá mesmo”.

 

CENTAVITOS… Envalentonados por su triunfo, los morenos quieren impedir a toda costa la realización de un Periodo Extraordinario en la ALDF para modificar el Presupuesto 2018 de la CDMX y liberar fondo para la reconstrucción en la capital. Los pejistas temen que los actuales diputados les quieran dar un madruguete y aprovechar el Extraordinario para hacer nombramientos relacionados con el Sistema Anticorrupción de la capital, entre ellos, el Fiscal, ahorita que pueden juntar mayoría. Los morenos olvidan que ese sistema está impugnado ante la Corte y que de nada valdrían los nombramientos si el Tribunal Supremo falla en contra, por lo que nadie se arriesgaría a hacer movimientos a estas alturas del partido…

En el fondo, quieren ser ellos quienes lo pongan a partir de la próxima Legislatura, donde serán abrumadora mayoría y se despacharán con la cuchara grande. Es decir, los morenos van a hacer lo que no quieren que les hagan ahora.

 

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