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Peligra estenografía en Donceles

Adrián Rueda

Adrián Rueda

Capital político

 

Para nadie es un secreto que la lucha interna en la fracción de Morena en el Congreso de la Ciudad de México es por la repartición de dinero, y que los pejistas se apuñalan entre ellos por obtener plazas para sus allegados.

Eso ha sido desde que dominaban los priistas, los panistas y ni se diga con los perredistas; ahora que mandan los morenos se llenan la boca apelando a la supuesta honestidad valiente y austeridad republicana, cuando, en realidad, siguen siendo unos verdaderos rateros.

Se supone que este medio día la diputada Valentina Batres, una de las dos encargadas de la subcoordinación del grupo parlamentario pejista, recibirá en sus oficinas a los seis estenógrafos que laboran desde hace casi 30 años en Donceles.

El problema de esta área es que los diputados de Morena, ávidos de dinero y posiciones, designaron a los nuevos encargados de la dirección, subdirección y jefatura del Departamento de Estenografía del Congreso local.

Eso sería lo de menos si se tratara de gente calificada o que al menos dejara trabajar, pero resulta que Genoveva Chacón, Rocío Medina y Jesús Valdivia son gente muy, pero muy cercana a los diputados Efraín Morales, Leticia Estrada y Alberto Martínez Urincho.

La cosa es que ninguno de los nuevos integrantes de ese departamento le sabe al asunto de la estenografía y cada quien reporta a los intereses de sus patrones —o referentes, como les llaman—, lo que ha ocasionado que las versiones estenográficas no estén disponibles.

Como cada uno de ellos trae una instrucción diferente, a los estenógrafos les ordenan darle prioridad a las versiones que se generan en las reuniones de grupos parlamentarios o de ciertas comisiones, descuidando incluso las sesiones plenarias.

Las quejas de los reporteros por falta de dichas versiones son constantes, aunque eso sería lo de menos, pues la transcripción íntegra de los discursos y debates son necesarias para la calificación de dictámenes de leyes.

Sin ese material no se puede elaborar el diario de los debates, que es el documento legal que sustenta las tareas legislativas del Congreso, aunque eso parece no importar a la mayoría rapaz de Morena, que lo único que busca es dinero, como siempre lo ha hecho.

El área de Estenografía de Donceles es eminentemente técnica, pues sus integrantes se prepararon en una materia que hoy incluso ya no se imparte y, aunque la mayoría de ellos está desde que inició la Asamblea de Representantes, hace 30 años, no tienen ni base.

Con todo y eso, el principal problema es que cada tres años les cambias jefes y les regatean sus puestos, por lo que algunos ya no están dispuestos a soportar maltratos y en esta semana su suerte quedará decidida.

Si los estenógrafos se van, en menudo lío estarán metidos los diputados, pues sin las versiones estenográficas será como tener hojas de pentagramas para música, pero sin notas musicales.

Esos son los morenos, que se dicen reivindicados, pero que son los mismos que cuando eran perredistas o de otros partidos.

CENTAVITOS… La semana pasada circuló una imagen donde presuntamente Claudia Sheinbaum viaja de incógnita en la Línea 2 del Metro. Lejos de operar en su favor, la foto desató diversas interrogantes en las redes que dejaron mal parada a la jefa de Gobierno. Claudia va muy solita y cómo es que nadie la reconozca, pues se supone que más de la mitad de los capitalinos votaron por ella. La otra es, ¿a qué hora se va a la chamba, pues el vagón donde viaja está casi vacío y todo el mundo sabe que a la hora del trabajo eso está a reventar? No dan una en el Zócalo.

 

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