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Omar no irá a ningún lado

Adrián Rueda

Adrián Rueda

Capital político

Apenas fue mencionado como uno de los posibles candidatos a suceder a Alfonso Durazo al frente de la Secretaría federal de Seguridad, Omar García Harfuch comenzó a recibir ataques de todos lados.

Muchos de ellos a través de los medios de comunicación, sobre todo en columnas políticas y redes sociales, donde se desató una andanada de descalificaciones a su trayectoria como funcionario público, pero también como persona.

Cierto que su andar por los cuerpos policiacos generó muchas dudas y que hay documentos que sustentarían muchos de los dichos en su contra, pero éstos no habían salido en cascada a la luz pública hasta que algunos lo empezaron a candidatear para sustituir a Durazo.

Entre los señalamientos más graves en su contra, se publicó que García Harfuch tuvo una carrera meteórica, de la mano de Luis Cárdenas Palomino, quien lo promovió hasta lo más alto en la Policía Federal, a pesar de no acreditar ni estudios ni exámenes de confianza.

Hoy que Cárdenas Palomino es perseguido por las autoridades, acusado de haberse coludido con grupos del crimen organizado en la era de Genaro García Luna, los enemigos del jefe de la Policía de la CDMX lo relacionan con ambos personajes.

Al respecto, García Harfuch ha dicho que a García Luna apenas si lo vio un par de veces, pues, prácticamente no tenía relación con él, mientras que de Cárdenas Palomino ha reconocido que no sólo era su jefe, sino su amigo, lo cual habla de lealtad.

Si ése es su delito, pues que lo castiguen, pero se supone que Claudia Sheinbaum revisó con lupa su expediente antes de aceptarlo como su jefe de Policía, y si hubiera encontrado algo grave, seguramente lo habría rechazado.

Sobre todo después de que su antecesor, Jesús Orta Martínez, resultó un pillazo sobre el que ayer se emitió una ficha roja para que lo busque la Interpol en todo el mundo.

Independientemente de las dudas que muchos tengan sobre su trayectoria, llama la atención la molestia que causa la sola mención de su nombre como probable sucesor de Alfonso Durazo.

Al interior del gobierno de Sheinbaum aseguran que la jefa de Gobierno está muy contenta con el trabajo de García Harfuch y, que, incluso ambos han platicado sobre las versiones que lo ubican en la administración federal, las cuales han descartado.

Por su parte, los cercanos al secretario de Seguridad Ciudadana de la capital aseguran que Omar no tiene la menor intención de moverse. Que si la oferta le hubiera llegado cuando esa Secretaría tenía cierta autonomía operativa, con los ojos cerrados la habría aceptado.

Y es que en la actualidad está muy claro que quienes controlan todo lo referente a la seguridad pública son las Fuerzas Armadas, y ellos no admiten ni siquiera la opinión de un civil, por muy capaz que este pudiera ser en la materia.

Pronto se sabrá quién se saca la rifa del tigre en la Secretaría federal de Seguridad Ciudadana, pero quienes saben del asunto afirman que si en la 4-T saben contar, no cuenten con García Harfuch para ese tema.

 

 CENTAVITOS

Y hablando del jefe policiaco, ayer recibió en sus oficinas a Diana Sánchez Barrios, dirigente de comerciantes en vía pública y activista por los derechos humanos, quien le pidió apoyo ante las denuncias de sus agremiados acerca del acoso de dealers para que vendan sus drogas, y de la extorsión por parte de algunos de ellos. Según la activista, García Harfuch le ofreció darle seguimiento a las denuncias y garantizó protección a los trabajadores… a ver si es cierto.

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