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La consulta, jugada maestra

Adrián Rueda

Adrián Rueda

Capital político

 

Sin entrar en detalle de si fue o no legal, democrática o justa, hoy está más que claro por qué la consulta para cancelar el Aeropuerto de Texcoco no sólo era necesaria, sino vital para Morena.

Que se iba a cancelar, era una decisión decidida con anterioridad por Andrés Manuel López Obrador, por motivos que sólo él sabe. La podía tomar sin pedir permiso a nadie, pero tenía que tender una red para amortiguar la caída.

El tabasqueño siempre estuvo consciente de que el suspender el multimillonario proyecto iba a costar mucho dinero al gobierno mexicano, pero había que buscar algún mecanismo para disminuir, hasta donde fuera posible, las sanciones.

Y lo encontró, pues en los contratos existe una cláusula que permite al gobierno cancelar la obra sin penalización, siempre y cuando sea por un interés público.

Y qué mejor argumento de “interés público” que el que los mexicanos que votaron por frenar el proyecto, así hayan sido pocos, argumentaron que iba a afectar la ecología, causar problemas sociales y dejar sin empleo a miles de capitalinos.

Eso sin contar que los terrenos aledaños habían sido usados para alimentar la “especulación inmobiliaria” en beneficio de unos cuantos y en perjuicio de las mayorías.

Esos argumentos, ciertos o no, son suficientes para enfrentar la inconformidad de los inversionistas, a los que se les tendrá que pagar lo que han gastado, pero no se les darán compensaciones extras.

Por eso, López Obrador insiste en que habrá un ahorro, aunque tenga que pagar, eso sí, lo que las empresas que participan en el Proyecto Texcoco hayan gastado; ahora está haciendo el respectivo cabildeo para que el tema no llegue a los juzgados.

El próximo presidente se reunió ayer con los empresarios que tienen intereses en la malograda obra y, además de asegurarles que se les pagará hasta la risa, les abrió la puerta a futuros negocios en obras del gobierno federal.

Sin calificar si fue correcto o no el ejercicio de la consulta, habrá que reconocer la habilidad de El Peje para usar a sus votantes y alinearlos en el camino por el que quiere llevar al país.

Cierto que hay muchas cosas que no se explican, como las verdaderas causas de la cancelación, ya que sólo ha dicho que en Texcoco había corrupción, pero no especifica quiénes ni cómo.

Pero haiga sido como haiga sido, la consulta de Morena le dio la posibilidad a López Obrador de concretar su decisión y utilizar a la gente como escudo ante mayores sanciones económicas.

Aunque para unos bueno y para muchos malo, habrá que reconocer que el invento de ese ejercicio fue una jugada maestra que le ayuda en sus intenciones, que no necesariamente son las de todos.

Ahora a ver si puede con Santa Lucía.

CENTAVITOS… Ayer, justo el día en que se hizo otra prueba para checar los altavoces del Sistema de la Alerta Sísmica, el diputado Víctor Hugo Lobo propuso una auditoría científica y técnica para incrementar el número de estaciones e intensificar su difusión en sitios estratégicos, para aumentar los tiempos de prevención. Una excelente propuesta que seguramente será apoyada no sólo por los ciudadanos, sino hasta por los mismos diputados morenos, pues el tema es altamente sensible en la CDMX. Quienes decían que en la “modesta” Comisión de Ciencia y Tecnología del Congreso de la Ciudad de México Lobo se iba a perder, ya vieron que, habilidad para mantenerse vigente, le sobra al perredista.

 

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