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Busca Bejarano doblegar a Sheinbaum

Adrián Rueda

Adrián Rueda

Capital político

Vivo como es, René Bejarano Martínez ya está pensando cómo sacarle raja a la victoria de Morena y al aplastamiento del PRD, a fin de darle fuerza a su Movimiento Nacional de la Esperanza y empezar a ocupar espacios en todo el territorio nacional.

Tal como estaba pronosticado, Bejarano usó a su aliado Miguel Ángel Vázquez, coordinador del Gabinete de la CDMX, para acarrear a dirigentes y trabajadores del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la CDMX, que aún lidera Juan Ayala.

Secretarios generales del Sindicato fueron obligados a llevar el sábado anterior al Palacio de los Deportes a familiares, comisionados y a empleados de la llamada “nómina ocho” a la realización del Consejo Nacional del MNE y dar la apariencia de gran fuerza.

La idea del profesor es hacer una fuerza nacional que se apodere poco a poco de las principales candidaturas en el país, y su base económica es la nómina de la burocracia capitalina, que maneja desde hace varios años.

Incluso, en la actual administración, mantuvo a buena parte de su estructura cobrando en plazas del gobierno de la CDMX, a través de Vázquez, a quien el gobierno de Miguel Ángel Mancera le cedió el control de esa área, vital para el activismo del de las ligas.

Al evento del sábado asistió Ayala, que ya es rehén del veterano profesor, quien le ofreció inmunidad por las tropelías que hizo con el dinero del sindicato e incluso, le prometió que seguiría de líder hasta el año entrante y que no sería perseguido.

La promesa de Bejarano tanto a Vázquez como a Ayala se dio en una reunión realizada en Oaxtepec, donde el de las ligas les aseguró que ya tenía un acuerdo con el futuro gobierno de Claudia Sheinbaum para que no los tocaran.

Incluso, les aseguró que los trabajadores de “nómina ocho” —contratados por periodo determinado— continuarían laborando sin problema, a pesar de las promesas de Sheinbaum de reducir la burocracia y los aviadores.

La intención de Bejarano es hacer que Ayala y los secretarios generales afines sientan que se la deben y apoderarse del SUTGCDMX, pues aspira a ser él quien imponga al futuro dirigente sindical para controlar absolutamente ese gremio.

Con la idea de integrar a los dirigentes sindicales al MNE, el profesor arranca una campaña para afiliar —según él— a un millón de personas a su organización, que originalmente iba a convertir en partido político.

Solamente que, inteligente como es, Bejarano sabe que si diera ese paso, sería aplastado por Andrés Manuel López Obrador, quien no aceptaría ni partidos opositores que le compitieran ni tribus al interior del suyo.

Sin embargo el profesor, avezado en estas batallas, irá por partes, pues al hacer rehenes a los líderes sindicales busca fortalecerse para negociar posiciones ante Sheinbaum, a quien pretende doblegar.

En su entorno dicen que esta misma semana iniciará las negociaciones para blindar a Ayala, Vázquez y demás cómplices, y para tener a raya a la oposición sindical que busca un cambio en el sindicato.

Ah, que, por cierto, una idea de nombre para su partido era la de Construyendo el Buen Vivir. No cabe duda de que es listo el de las ligas, quien entendió muy bien que no debe dar la cara, sino ejercer su poder desde las sombras.

CENTAVITOS… Por cierto, si de por sí tenía muy pocas posibilidades de coordinar la bancada de Morena en San Lázaro, luego del evento del sábado en el Palacio de los Deportes, Dolores Padierna sepultó toda posibilidad de hacerlo.

 

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