Francisco Toledo juega con fuego su nueva exposición Alballuri

El artista oaxaqueño presenta obra en vidrio, material que lo ha cautivado en los últimos años, por lo azaroso del resultado, definido por el fuego y el horno

Virginia Bautista | 22-03-2012
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CIUDAD DE MÉXICO, 23 de marzo.- “Cuando pintas, todo depende de ti. Aquí, el fuego y el horno tienen la última palabra”, comenta el artista plástico Francisco Toledo tras dos años de explorar, por primera vez en su larga trayectoria, las diversas posibilidades del vidrio.

“Lo que más me gustó de trabajar este material fue la sorpresa de qué figuras y colores adquiere la obra al final. En el resultado interviene el azar, es algo que yo no controlo. Eso fue muy interesante”, afirma vía telefónica desde Oaxaca.

“Juegas con la luz de una manera diferente, porque una pieza luce distinta si la colocas frente a una ventana o en un rincón. La oscuridad la vuelve más misteriosa y la luz le cambia los colores”, añade el creador de 72 años a propósito de su nueva exposición Alballuri.

La muestra titulada con este vocablo árabe que significa “cristalino, trasparencia” reúne 40 esculturas en vidrio realizadas entre 2010 y 2012, en las que da vida a un universo poblado lo mismo por pulpos, cangrejos, peces, caracoles, camarones y conchas que por chapulines, arañas, alacranes, pulgas y serpientes.

La idea de estos discos-burbuja, platos y otros objetos es, explica, encapsular un mundo, detenerlo, preservarlo. “Es como cuando un insecto se queda atrapado en el ámbar, como si la naturaleza lo protegiera para que se pueda observar después de siglos en todo su esplendor”.

Toledo combinó el vidrio con la hoja de oro y de cobre, con mica mineral y cristal de roca molido. “Creo que la contribución mexicana es la mica mineral, porque resiste altas temperaturas, y entre más calor tenga adquiere una apariencia de oro o de plata. Fue como un trabajo de alquimista. Me quedé muy acalorado por tantas horas junto al fuego”, añade de buen humor.

Narra que los primeros 13 discos de vidrio con diferentes diámetros los trabajó, a invitación del arquitecto Ricardo Legorreta, para las puertas abatibles del foro del auditorio Jesús Silva Herzog de la Unidad de Posgrado de Economía de la UNAM; mismos que se instalaron en julio de 2010.

“Me gustó la idea y la seguí practicando. También hice un vitral parecido para el antiguo Convento de San Pablo. Y las piezas para la exposición fueron realizadas en el Taller Studio Xaquixe, en San Agustín Etla”, señala.

“Es una aventura total. Es magia pura. Toledo transforma lo cotidiano en algo asombroso”, detalla Malu Block, directora de la Galería Juan Martín, donde mañana se inaugura la muestra.

“Lo maravilloso es que nunca descansa en lo ya hecho, sino que siempre busca cosas nuevas, sin interesarle si gusta o no. Su curiosidad e imaginación no tienen límites. Es un prodigio”, agrega la galerista.

“Es su manera de buscar otras soluciones, otro camino, a través de la sorpresa y el azar”, complementa Graciela Toledo, hermana del artista y principal promotora de su obra.

Por su parte, el poeta Jaime Moreno Villarreal se pregunta si Toledo plantea con estos universos una adivinanza o un enigma. “Son obras que guardan o atrapan algo en su interior, moción evidente tanto en las utilitarias (los floreros, por ejemplo), como en las que están contenidas en una cestilla de metal, u otras cuyo volumen abombado retiene alguna materia o forma, o las que inmovilizan ya en su cuenca, ya en su aplanado, figuras animales y estructuras orgánicas.

“Desde luego que todos esos contenidos cuentan algo más, y al contemplarlos detenidamente dan forma a algo semejante a un enigma acaso accesible”, apunta.

Con diámetros que van de los 35 a los 74 centímetros, las obras trasparentes de colores cálidos y fríos se exhibirán hasta mayo próximo.

¿Dónde y cuándo?

Alballuri se inaugura mañana sábado, a las 12:30 horas, en la Galería Juan Martín (Dickens 33-B, en Polanco), donde permanecerá hasta mayo próximo.

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cian

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