Julia Urbini, sin perder la infancia

CIUDAD DE MÉXICO, 11 de abril.- Es pequeña, apenas tiene 13 años de edad; sin embargo, su carrera ya la podría envidiar cualquier adulto, pues Julia Urbini, quien le da vida a Tania, hija de Álvaro (Khotán Fernández), en la teleserie El sexo débil, que transmite de lunes a viernes Cadenatres ya tiene en su haber varios premios y reconocimientos.

“Ya he hecho novelas y películas y he ganado premios. Cuando tenía ocho años, con la película Más que nada en el mundo (2006), dirigida por Andrés León Becker y Javier Solar, estuve nominada y gané el Silver Peacock, una presea especial que el jurado da a la revelación del año, en el Festival de Cine de la India.

“También obtuve la Chimenea Villaverde en el Festival de Cine Latinoamericano en Madrid. Además estuve nominada para la Diosa de Plata”, comentó a Función con orgullo Julia Urbini.

Esta pequeña que, tanto en la ficción de la teleserie El sexo débil como en la vida real, demuestra mucha madurez, también ha participado en telenovelas como Montecristo (2006) y en la serie Drenaje Profundo (2010), además de una decena de cortometrajes, pero estos cinco años que ha pasado entre los reflectores no le han quitado la niñez, como muchos aseguran que pasa con los niños actores.

“Es mentira eso, no pierdo la infancia, porque estoy jugando, riendo, es mi mundo y creo que al contrario si me quitarán esto, entonces sí acabarían conmigo”, enfatizó.

La niña tiene entre sus planes seguir con la actuación y aunque aún no lo decide ciento por ciento, de tomar una segunda opción profesional se inclinaría por las leyes. Mientras su objetivo es emular a una estrella estadunidense con la que se identifica.

“Tengo 13 años, pero me esfuerzo para ser alguien importante, quiero ser como Julia Roberts, es mi ídolo me encanta como actúa y es bellísima”, dijo.

Aunque los llamados de la teleserie son intensos, Urbini ha encontrado la manera de seguir con sus estudios sin comprometerlos, está formula le ha servido durante su carrera artística.

“Voy en segundo de secundaria y la escuela me da el apoyo para cumplir con ambas partes, me permiten faltar y ponerme al corriente con trabajos o exámenes especiales, eso ha hecho que no repruebe ninguna materia, aunque matemáticas sigue siendo la asignatura que más se me complica”, concluyó.