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Conflictos del PRD llevan a las armas; diputada denuncia amenazas

La diputada federal perredista Esthela Damián tiene cuatro escoltas con rifles para defenderla de una tribu de su propio partido

Alejandro Sánchez / Fotos: Jaime García/TVAzteca | 18-02-2011

CIUDAD DE MÉXICO, 18 de febrero.- La diputada federal perredista Esthela Damián reveló ayer que cuenta con cuatro escoltas armados con rifles, debido a que el jefe delegacional de Venustiano Carranza, Alejandro Piña, la tiene amenazada.

El refuerzo de la seguridad personal de la legisladora y el nivel que han alcanzado las disputas entre las llamadas tribus del PRD en la Ciudad de México salieron a la luz debido a un incidente vehicular, ocurrido afuera de la Cámara de Diputados.

Todo comenzó en la calle Emiliano Zapata, cuando los cuatro guaruras encañonaron a la conductora de una camioneta que se les había cerrado en el camino. La mujer se desmayó a causa de la impresión.

Tras el revuelo ocasionado, la perredista afirmó que la CNDH avaló que le otorgaran escoltas, que, según su versión, fueron asignados por la Sedena.

Destapan guerra entre tribus

Un conflicto vehicular en la Venustiano Carranza destapó hasta dónde ha llegado la guerra entre las corrientes del PRD en la Ciudad de México: la diputada Esthela Damián trae cuatro escoltas de la Secretaría de la Defensa con metralletas, porque el grupo rival a ella, el del jefe delegacional Alejandro Piña “la quiere matar”.

Piña es un tipo temible entre perredistas que no piensan como él. Lo ven como un individuo de armas tomar y dispuesto a todo con tal de quedar bien con su “patrón”, el ex delegado Julio César Moreno, más cuando lo traicionan y Moreno se sintió abandonado por Damián a quien ayudó a ser diputada federal.

Los escoltas, asignados por la Defensa, según la legisladora,  habían pasado con aparente secrecía en los últimos meses hasta ayer, cuando una señora que conducía una vagoneta color verde sobre Eduardo Molina a la altura del Palacio de San Lázaro, tuvo la desgracia de cruzarse en el camino de los guardias.

En el trayecto la señora viajaba acompañada de su marido. Escuchaban “Ponte en mi lugar”, en la estación de radio La Z; un éxito del cantante Espinoza Paz, pero de la música pasaron a uno de los tragos más amargos. Sin proponérselo obstruyeron el paso de un auto Malibu en el que viajaban los cuatro custodios.

Al despegarse de la camioneta de la legisladora uno de los cuatro escoltas puso cara de ¡quítate¡ La señora entre frenó y arrancó, porque más que entender de lo que se trataba se asustó.

—“¡Ábrase, ábrase chingaoooo¡ —según escuchó el esposo.

Los escoltas maniobraron para recuperar su lugar, pero el tránsito hizo que ambos vehículos se fueran cerrando el paso. Incluso doblaron a unos metros, en la calle Emiliano Zapata, frente a uno de los accesos principales de la Cámara de Diputados y vino el desenlace.

Los hombres, vestidos de oscuro, altos, fornidos, con bigote unos, pero con  cara de pocos amigos todos, abrieron las puertas del auto y bajaron dispuestos a todo: cada quien con una metralleta y apuntaron hacía los tripulantes de la vagoneta… la señora se desvaneció sobre el volante al mirar que la encañonaron.

Al interior del recinto, la sesión estaba en unos de sus puntos más acalorados, cuando entre curules empezaron las preguntas.

¿Qué la diputada traía qué?, preguntó la priista Marcela Guerra a uno de sus compañeros. ¿Pero por qué, a cuenta de qué?, cuestionaba Mario Di Costanzo.

Los cuestionamientos de por qué Esthela Damián cuenta con seguridad, la cual ni siquiera se le ve al presidente de la Cámara, al menos no con esas armas, se propagó como pólvora. De pronto, la diputada, quien es presidenta de la Comisión de Vigilancia convocó a una conferencia para disipar dudas.

Pero en el exterior, socorristas llegaron a atender a la paciente que estaba en el auto.

“Tengo problemas y la CNDH y la Secretaría de la Defensa consideraron que mi vida corre peligro”, aseguró la legisladora.

—¿Qué problemas, de narco?

—Problemas —contestó la diputada sin decir más.

Versiones de diputados del PRD cercanos a Damián, que conocen los antecedentes de la legisladora, así como integrantes del Consejo Político Nacional del partido, confiaron y confirmaron, por separado, a consideración de no revelar sus nombres, lo que su compañera ha contado a sus correligionarios.

“Es la lucha por el poder de Venustiano Carranza lo que me llevó a levantar una denuncia ante la CNDH y a la Defensa a pedir protección. El grupo de Julio César Moreno —ex diputado local— y del jefe delegacional Alejandro Piña han mandado a saquear mi casa de gestoría y recibo amenazas constantes. ¡Yo ya no puedo vivir así, acechada. Estos hijos de la chingada están dispuestos a atentar contra mi vida”, explicó la legisladora hace más de cinco meses.

Preguntamos a las fuentes qué hay detrás de las amenazas, en caso de existir, y revelaron que Damián los traicionó, pues a pesar de que fue impulsada como diputada por ese grupo, — ligado a la ex legisladora y ex perredista Ruth Zavaleta— al final les dio la espalda y se fue con el grupo de Los Chuchos a cambio de la presidencia de la Comisión de Vigilancia.

Después de recuperarse del desmayo, la víctima de los escoltas de la diputa les otorgó el perdón y mandó “bendiciones” a Esthela Damián.

 

Condenan agresión de escoltas

El presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín, condenó la presunta agresión sufrida por ciudadanos de parte de los guardaespaldas de la legisladora del PRD, Esthela Damián Peralta.

Ramírez Marín reprochó a la diputada del Partido de la Revolución Democrática (PRD) la contratación delos  escoltas.

“Condeno que en los alrededores del Palacio Legislativo los legisladores tengan que andar con escolta, nadie en la Mesa Directiva tiene protección especial y creo que a los diputados, la protección nos la da el fuero”.

Los escoltas de la diputada Damián Peralta circulaban por la calle Zapata a bordo de un Malibú azul marino y tuvieron un percance con un automóvil modelo Fiesta en el que viajaban dos personas.

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