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Nacional

“Soy guerrero y no me dejo caer”; desfilan soldados honorarios

Ocho soldados honorarios nombrados por la Secretaría de la Defensa Nacional formaron parte de la columna militar

Laura Toribio | 17-09-2019
“Soy guerrero y no me dejo caer”; desfilan soldados honorarios
Los soldados honorarios estuvieron puntuales en la cita para participar en el desfile militar del 16 de septiembre.

CIUDAD DE MÉXICO.

Ocho soldados honorarios nombrados por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) formaron parte de la columna militar que desfiló con motivo del 209 Aniversario de la Independencia.

Se trata de pequeños guerreros que libran a diario una batalla en contra de una enfermedad, pero que ayer se pusieron el pantalón, la camisola y gorra verde militar para ser soldados por un día. 

A las 8:20 en punto, los soldaditos honorarios se reunieron en el metro Chabacano para partir rumbo al Zócalo Capitalino

“Tengo leucemia mieloide aguda, la tengo diagnosticada desde hace un año y para mí significa un honor y un gran compromiso estar desfilando:  un honor porque es como estarle desfilando a la bandera haciendo Patria”, dijo César Alexis Díaz Garnica, uno de los soldados honorarios.

Al desfilar, los pequeños soldados honorarios vivieron una experiencia única, pero serán guerreros de por vida.

“Es muy importante, creo que es un reconocimiento a todos estos pequeños por todo lo que han sufrido, mi hija estuvo casi dos años en quimioterapia y pues la verdad es una etapa muy difícil en nuestras vidas“, comentó  Juan González papá de África, la más pequeñita de los soldados honorarios  de tan solo cinco años.

Reconocen valentía

Para Luis Fernando Terán Contreras, teniente de infantería paracaidista, perteneciente al primer batallón de fusileros paracaidistas en el Campo Marte la participación de los soldaditos honorarios es una manera de reconocer su valentía.

“Se le reconoce de una manera especial porque la verdad son unos guerreros estos niños; de ellos aprendemos demasiadas cosas, su fortaleza, su voluntad que tienen para seguir adelante, ese amor a la vida que le demuestran día con día porque prácticamente día con día están librando una batalla que es muy importante, que es la batalla más importante que tenemos, que es la vida”.

“Sí me siento un guerrero porque no me deprimo y no me voy a dejar caer por la enfermedad”, advirtió Emanuel Edwin Ochoa, soldado honorario que padece linfoma no hodgkin.

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