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Nacional

Senado tirará edificio; complejo de la Cámara Alta

Iniciaron las obras para derrumbar el sitio donde estuvo el cabaret Run-Run, pero no concluirán las obras pendientes desde 2012, pues tirar la construcción es por mandato de Protección Civil

LETICIA ROBLES DE LA ROSA | 04-07-2022
220 m2 es el área del cabaret Run-Run, además de otro edificio habitacional de 180 metros.
El edificio que tirará el Senado está dentro de la manzana que compró. Fotos: Eduardo Jimenez/Especial.

Una década después de dejar en suspenso la construcción de los edificios que le permitan incluir todas sus oficinas en una misma área, con la nueva sede como centro de decisiones, el Senado comenzó las obras para derrumbar el edificio donde estuvo el cabaret Run-Run, pero no concluirá las obras pendientes desde 2012, pues tirar el viejo edificio es por una obligación de Protección Civil. 

 El Senado contrató a la empresa Constructora Mozaco, SA de CV, para que realice “desmantelamiento, demolición, carga y acarreo de escombro del inmueble ubicado en Plaza de los Ferrocarriles 11”, por un costo de cinco millones 757 mil 736.36 pesos, porque desde el sismo del 2017 las autoridades de protección civil plantearon la urgencia de quitar ese edificio, porque representa un peligro para los cientos de miles de transeúntes que caminan sobre la avenida Insurgentes rumbo a Reforma. 

 Al comenzar los planes para la construcción de su nueva sede, el Senado logró adquirir prácticamente toda la manzana comprendida entre Reforma, Insurgentes, Madrid y París, pero en el primer semestre del 2007, aún había dos predios que no le pertenecían, uno donde se ubicó el cabaret Run-Run, de 220 metros cuadrados, y otro un edificio habitacional de 180 metros cuadrados; ambos colindantes. 

 En 2007, el entonces presidente de la Comisión de Administración del Senado, el panista José González Morfin informó a Excélsior que los senadores iban a hacer hasta el último esfuerzo para que los dueños accedieran a vender esos dos edificios, a fin de que toda la manzana quedara en posesión del Senado. 

El 3 de diciembre del 2007, el Senado logró la compra de los inmbueles, como consta en el Libro Blanco de la construcción de la sede, por una cantidad de 27.3 millones de pesos, pero el litigio emprendido con la empresa constructora GAMI, así como los diferendos registrados con Banobras, que fue la responsable de toda la obra, provocó retraso en la concreción de todo el plan original, a pesar de que desde el primer momento fue evidente que la nueva sede le quedó chica al Senado. 

 Hacia el final de la LXI-II Legislatura, que tenía una mayoría del PRI, quedaron los planes para demoler los edificios y construir los nuevos, tanto en los predios que quedarían libres, al tirar los viejos edificios, como el terreno baldío que le donó el gobierno capitalino, pero la austeridad de la LXIV Legislatura, con una mayoría de Morena, canceló toda obra para concretar la nueva sede en sus planes originales. 

DIFERENDOS 

 Inconformes por los evidentes retrasos en la entrega de la obra, que estaba programada para estrenarse en noviembre del 2010, para celebrar el centenario de la Revolución Mexicana, los senadores de la LXI Legislatura decidieron mudarse a la nueva sede del Senado el 13 de abril del año 2011, a efecto de mostrar su inconformidad con los responsables de la obra. 

 De acuerdo con la explicación oficial, contenida en el Libro Blanco, “entre los factores y necesidades que determinaron que los senadores ocuparan la nueva sede se encontraron el grado de avance de los trabajos; la necesidad de integrar en un único espacio físico las actividades legislativas y administrativas que desarrolla la Cámara de Senadores. 

 “La reducción en los costos de operación que implica utilizar espacios en arrendamiento para el desarrollo de las diversas actividades del Senado, tales como telefonía, personal de resguardo y seguridad, costos de mantenimiento de instalaciones, papelería y mensajería. 

“La necesidad de eliminar la duplicidad de personal que desarrolla las mismas funciones en sitios diferentes; la necesidad de hacerse cargo del mantenimiento de las instalaciones de la nueva sede”, dice la versión oficial. 

 Añade que “esta ocupación del inmueble se llevó a cabo bajo circunstancias especiales, ya que al momento de ser ocupado por los senadores y su personal de apoyo, éste todavía se encontraba inmerso en actividades de ejecución de trabajos, principalmente de instalaciones especiales y acabadas. Lo anterior generó situaciones que afectaron los tiempos de desarrollo de los procesos, ya que se restringió el acceso al inmueble, a ciertos días y horarios, siendo que en diversas ocasiones se provocó la suspensión de las actividades del personal de la Constructora, entendiblemente motivado por las labores legislativas”, dice el relato oficial de lo ocurrido. 

El 31 de agosto del 2011, la empresa constructora notificó el fin de la construcción y equipamiento de la nueva sede; sin embargo, fue hasta el 23 de agosto del 2016 cuando concluyó la entrega total, con las escrituras incluidas. 

 En la ceremonia oficial, el entonces presidente del Senado, Roberto Gil Zuarth, dijo que la firma de la escritura pública es “un momento histórico; un momento profundamente fructífero para todos, un momento que nos da cuenta de que esta institución es fuerte por sus hombres, por sus mujeres, pero sobre todo por su historia y su futuro”. 

 Y en esa ocasión “se recibió también el testimonio notarial de seis inmuebles más, que se encuentran alrededor de la sede del Senado de la República; mismos que han sido adquiridos a lo largo del tiempo y que ahora constituyen parte del patrimonio integral del Congreso de la Unión. 

 “Seis inmuebles que, junto con una reserva de prácticamente 575 millones de pesos que dejamos en el Fideicomiso, van a ser, al final de cuentas, el horizonte de desarrollo inmobiliario del Senado de la República”, comentó el senador Gil Zuarth. 

 SUSPENSIÓN DE LAS OBRAS 

Desde el año 2016 comenzó a planearse el diseño de los edificios que albergarán las oficinas del Senado, que quedaron fuera de la nueva sede, donde se ubican las oficinas de los senadores, las comisiones de trabajo, de los órganos de gobierno y el Salón de Plenos. 

Una de las prioridades en esas obras fue ampliar el servicio de los elevadores, porque los originales son insuficientes para la movilidad de siete mil personas que se congregan en el edificio principal en días de sesión. 

 Tan sólo en la Torre de Comisiones, que tiene 14 pisos, el traslado es de hasta 20 minutos, por la tardanza del servicio de elevadores. 

 Además, en días de sesión las autoridades administrativas del Senado cierran el servicio de la mitad de los elevadores del Hemiciclo, donde se ubican las oficinas de los senadores, para que sean de uso exclusivo de los legisladores federales, lo que complica la movilidad de los trabajadores. 

Los integrantes de la LXIII Legislatura, que encabezaba el priista Emilio Gamboa, como presidente de la Junta de Coordinación Política y líder de la fuerza política mayoritaria, ya no alcanzaron a concretar los trabajos para los elevadores y los edificios aledaños. 

Dejaron avanzados los trabajos de adecuación para la entrada al edificio por la calle de Madrid, en la que se colocaron techos y accesos especiales para automóviles de emergencia y personas con discapacidad, pero dejaron la planeación y algunos contratos para el caso de los elevadores, de acuerdo con la información que dejó la Secretaría General de Servicios Administrativos. 

 Pero el triunfo contundente de Morena en las urnas, en el año 2018, provocó que cambiaran las prioridades en el Senado. 

 Encabezado ahora por Ricardo Monreal, como presidente de la Junta de Coordinación Política y líder de la fuerza mayoritaria, el Senado decidió aplicar una política de austeridad que llevó a cancelar todas las obras que estaban pendientes. 

 En una declaración ofrecida en septiembre del 2018, Ricardo Monreal explicó que el Senado podía trabajar en las actuales instalaciones y los planes para los edificios aledaños se suspendían, sin fijar una fecha para retomarlos. 

 Sin embargo, la LXIV Legislatura no pudo cumplir con la austeridad que pretendía en materia de obras, porque la urgencia para arreglar el Patio del Federalismo, que provocaba encharcamientos que causaban que el agua se colara a las oficinas de la planta baja, llevó al Senado a canalizar 301 millones 389 mil 138.57 pesos en ocho obras, para corregir los errores estructurales de su nueva sede y fallas en otros de sus inmuebles. 

MÁS ELEVADORES 

 Pero además, comenzó a concretar los trabajos para ampliar el servicio de elevadores en los edificios de la Torre de Comisiones y del Hemiciclo, que tiene planeado empiecen a funcionar en este mismo año; es decir, ya en el próximo periodo ordinario de sesiones el Senado deberá contar con un mejor servicio de movilidad vertical. 

 También debió canalizar cuatro millones 963 mil 565.83 pesos para demoler el edificio de Plaza de Ferrocarriles 11, que ya sumado el impuesto implica un total de cinco millones 757 mil 736.36 pesos, porque las autoridades de protección civil de la Ciudad de México urgieron al Senado a quitar el inmueble, dado el riesgo de seguridad que implica para todos los transéuntes que usan esa calle, que está a unos metros de la estación Reforma del Metrobús y es obligada para el transbordo entre líneas de ese servicio de transporte. 

 Así, desde hace unas semanas, el Senado ordenó comenzar con la demolición, por lo que el edificio que alguna vez albergó durante décadas en su planta baja al cabaret Run Run, así como a una taquería de 24 horas de servicio y diversos consultorios de dentistas y abogados, fue cubierto por una tela negra para no provocar daños a las personas que caminan por ahí, por lo que los trabajos se realizan en horarios determinados. 

El plan del Senado es que el edificio quede completamente derruido a más tardar en agosto, pero definitivamente no hay planes para construir las nuevas oficinas; sin embargo, la decisión estará en manos de la Comisión de Administración del Senado, dado que el terreno quedará vulnerable por la presencia de jóvenes que fuman mariguana en el Jardín Pasteur. 

 

 

 

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