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Lamentable, aún ven a indígenas como ‘pinches indios’

Expertos, representantes de pueblos originarios y de comunidades afromexicanas hablan del racismo y clasismo desde su perspectiva, además ofrecen soluciones para ir acabando con este ‘cáncer’ en México

Juan Carlos Segundo Esteban | 02-04-2019
Lamentable, aún ven a indígenas como ‘pinches indios’
Foto: Cuartoscuro

CIUDAD DE MÉXICO

El racismo en México es un fenómeno complicado, sui géneris y con sus particularidades, donde las principales víctimas suelen ser las personas indígenas, afromexicanos y mexicanos de piel morena, afirmó la doctora Olivia Gall, coordinadora de INTEGRA, la Red de Investigación Interdisciplinaria sobre Identidades, Racismo y Xenofobia en América Latina, proyecto apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

El racismo no es un simple sentimiento, un simple conjunto de prejuicios, una simple manera de referirse a los demás, es mucho más complicado, es un tema de clasificación de la gente, donde se ponen a las personas en lugares de poder y a otras en inferioridad”, señaló la también investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.   

En México a quienes se considera inferiores, por cultura y por raza, es a los pueblos indígenas y a las comunidades afromexicanos, “se tiene la idea de que no quieren progresar, no quieren la modernidad”.

Por ejemplo la frase ‘pinche india’ de Sergio Goyri a Yalitza Aparicio es porque él tiene en su cabeza, en su educación y en sus prejuicios esta idea de que una mujer indígena mexicana es inferior”, aseguró la licenciada en Sociología y doctora en Historia Política. 

Pero muchos más en México siguen pensando así, que la gente indígena son ‘pinches indios’, “bueno esto tiene raíces históricas muy profundas”, agregó.

Explicó que el México independiente no se concibió como una nación de sangre pura y blanca, nuestro país nació de sangre y cultura mezclada, entre españoles e indígenas, pero tampoco nunca visibilizaron  o reconocieron a los africanos, destacó la investigadora.

Todos hemos aprendido desde niños que somos un país de cultura mezclada, pero debajo del manto supuestamente no racista, supuestamente integrador de mestizajes, debajo hay un mensaje de que cuanto más blanco seas tendrás éxito y de cuanto menor indígena seas te va ir mejor, debajo de eso está el racismo en México”, afirmó.

En días pasados el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y el Conacyt, dieron a conocer el prontuario de Resultados en la Encuesta Nacional Sobre Discriminación 2017, donde señalaron que una de cada cinco personas de 18 años y más ha sufrido discriminación en nuestro país en el último año.

 

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‘Mi color de piel no me define’: comunidades afromexicanas 

 

Para el doctor Carlos Flores, integrante de la comunidad afromexicana y sacerdote yoruba, aunque en México no existe un racismo exacerbado, sí hay microracismos dentro de las familias, en las escuelas, en los trabajos y en la vida cotidiana, “se dan por ignorancia, por miedo y por arraigo, pero el color de piel no define quiénes somos, pero sí de donde venimos”.

Podemos notar que incluso para insultar a una persona le decimos prieto, para referirnos de forma peyorativa. Eso entonces a la larga en la sociedad mexicana ha repercutido en que ser negro o moreno es motivo de discriminación”, apuntó.

Señaló que a un afromexicano si le cuesta un poco más de trabajo destacar, porque aún persiste el racismo, el clasismo y la discriminación en la educación, en el transporte, "cuando ven a un negro en la calle lo confunden con un extranjero, pero cuando saben que es mexicano, le dicen: ¡hazte para allá!”

Si hay un trato de ser humano de segunda y en diversos niveles, son lo que yo llamo los microracismos. El trato a los afromexicanos no dista mucho del pasado, solamente se ha ido modernizando con sus respectivas actualizaciones”, aseguró.

Afirmó que a los afromexicanos los encasillan particularmente como brujos, pero eso se da por la falta de información que se tiene de este  sector de la población.

Nos confunden con brujos, que si hago amarres, nos asocian con Catemaco, Veracruz, porque ahí hacen limpias, pero nos encasillan como los brujos, pero no saben que ahí se come riquísimo, que hay playas hermosas”, destacó.

Asimismo, reveló que hay mucha desconfianza dentro de las mismas comunidades afromexicanas y se presentan también casos de microracismos, si no eres tan negro como ellos no eres afromexicano, “yo soy hijo de una mulata y un veracruzano, pero me han dicho tú no eres parte de nosotros, tú eres de la ciudad”.

El que logra llegar más, va tener un nivel de supremacía, se discriminaban más ellos en lugar que a mí, dale tal plato porque él viene de la ciudad, siéntese aquí porque es más cómodo. Automáticamente ellos se degradan, es una sensación de que están buscando servir porque ven supremacía en el otro”, detalló.

Dijo que las personas tienen que autodenigrarse para llegar a algún nivel, para poder cambiar su calidad de vida, de decir yo no soy negro, yo no vengo de africanos, pero el negar las raíces también es una forma de microracismo.

Señaló que el racismo en México es un fenómeno que no se puede comparar con el resto del continente, porque aquí está acompañado de que la estigmatización del origen étnico conlleva un estatus social y económico.

El mexicano discrimina a los mismos mexicanos y aspira mucho a algo en cuanto a condiciones étnicas no es, cuánta gente por el apellido cree que son de ascendencia española y van a buscar una nacionalidad que les de un estatus, porque ser mexicano es ser mano de obra barata, aguantamos todo lo que nos haga el gobierno y no decimos nada, el mexicano es aguantador porque está acostumbrado a ser sometido, ahí tenemos un prejuicio histórico. El mexicano todo lo aguanta, menos a otro mexicano”, aseguró.

No nos gusta ver que otro mexicano triunfe y menos si es moreno, indígena o afromexicano, ahí está el caso de Yalitza, agregó.

Carlos Flores también comentó que ha sido víctima de microracismos en la CDMX, en el transporte público, en el trabajo y hasta en un restaurante.

Hace mucho que deje de trabajar para alguien, porque no te dan puestos de trabajo por mi color de piel. En otra ocasión en un restaurante, dos horas para que me tomaran la orden, pero a la gente ponle un traje, un uniforme y le das supremacía disimulada”, comentó.

En la clase media estamos igual de fregados, pero hay divisiones y microracismos, aparentando una vida que no podemos pagarnos, tratando de desaparecer nuestras raíces y esa aspiración es un temor generalizado a no ser menos que el otro, finalizó.

De acuerdo a datos de la Encuesta Nacional Sobre Discriminación 2017, el 20.2% de la población de 18 años y más declaró haber sido discriminada en el último año por alguna característica o condición personal, tono de piel, manera de hablar, peso o estatura, forma de vestir o arreglo personal, clase social, lugar donde vive, creencias religiosas, sexo, edad y orientación sexual.

 

‘Nuestra apariencia tampoco nos define': La situación en los pueblos originarios

 

Para representantes de pueblos indígenas el desprecio, el maltrato, la discriminación y la indiferencia por su apariencia, son pan de cada día en la vida de sus hermanos originarios, principalmente en las grandes ciudades.

La misma palabra indígena les agrede, aunque es de uso común, pero lo correcto es llamarlos pueblos originarios o por el nombre de su comunidad, explicaron.

Alejandro González León, gobernador indígena de la Ciudad de México, informó que se encuentran trabajando para la dignificación de sus hermanos originarios.

Las comunidades originarias sufren todo tipo de racismos y discriminaciones, además son invisibles para muchos mexicanos. Y cuando llegan a acercarse a los lugares más concurridos los menosprecian por su apariencia, se les cierran las puertas, no hay oportunidades para ellos, pero nuestro aspecto no define quiénes somos”, afirmó. 

En la CDMX pasa lo mismo, vemos a las personas que venden artesanías en la calle, se les ve con desprecio y cuando les compran tratan de regatearles a lo máximo, deberíamos de tener ese sentido de que sus trabajos son obras únicas, porque son hechas a mano, destacó.

Para Ana Lucía Zavala Rodríguez, gobernadora indígena de Tamaulipas, el racismo y el clasismo es más evidente en el centro del país y en las grandes ciudades, como la CDMX, donde incluso ella fue víctima en un restaurante por ir vestida con ropa de una comunidad originaria. 

Entonces alguien me grita, licenciada Zavala, entonces un cambio total del empleado, entonces dices, a mí me conocen, pero qué pasa con nuestros hermanos originarios, que trato se les da”, comentó.

Sin embargo, dijo que sentirse orgullosa de su lugar de origen y a donde quiera que va trata de destacar a su estado y sus raíces, por ejemplo “en Tampico, Tamaulipas, se encontró una pirámide, la Pirámide de las Flores, pero nos queremos comparar con otras cosas, se quieren parecer más a los estadunidenses, pero tenemos que rescatar esas raíces”.

Para Luis David Arenas, jefe del Supremo Consejo Indígena en la alcaldía de Miguel Hidalgo, el tema de la indiferencia contra los pueblos originarios es la forma de discriminación más evidente que existe.

Son personas que son originarias de México y muchas veces no pueden disfrutar siquiera de su tierra, pareciera que son los visitantes”, afirmó.

Comentó que eso pasa porque desde pequeños nos enseñan a discriminar, a dividir, a ser racistas y clasistas, “yo nací en Iztapalapa y creo que a veces se nos sale lo racista a los chilangos por inseguridad, al ser yo de Iztapalapa sufrí mucha discriminación, en las escuelas públicas empieza la violencia, la discriminación y el racismo. Y después eso se replica en los trabajos. Luego viene como el desquite, a mí ya me lo hicieron ahora busco con quien desquitarme. Es como un cáncer”.

Dentro de las mismas comunidades también hay un tanto de celo, por la cuestión de ser un poco más, muchos han perdido ese sentido de sentirse originario, de reconocer sus raíces, todo por la publicidad que hay, te dicen, oye espérate, yo ya traigo mis tenis de marca, ya adoptaron lo extranjero, dijo Alejandro González León.

Tenemos el caso de abuelas que hablaban una lengua originaria y que ya no se los transmitieron a sus hijos, a sus nietos, para que ya no los denostaran en la calle, porque ves a alguien hablando un dialecto y los clasificas en una clase social, son indígenas, son inditos o las marías”, destacó.

Y no debería ser así, debemos cultivar ese tipo de tradiciones, esa cultura tan bonita que tenemos, tenemos 68 lenguas originarias en nuestro país y varias se están perdiendo, afirmó.

Asimismo, destacó que hay mucha falta de información sobre los pueblos originarios, “nos da flojera informarnos sobre nuestras comunidades originarias, nosotros en la Gubernatura Nacional Indígena estamos dando a conocer información, es la forma en que podemos dignificarlos”.

Los motivos más frecuentes de discriminación son la apariencia, las creencias religiosas y el género para las mujeres; en tanto que para los hombres son la apariencia, la manera de hablar y la edad, de acuerdo a datos de la ENADIS 2017.
 

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El México xenófobo

 

Ante el arribo de migrantes centroamericanos a nuestro país, el mexicano demostró que también es xenófobo, porque tenemos un desprecio, miedo, rechazo a los que vienen de otros países, no queremos que se queden en nuestro país, pero con los centroamericanos además de ser xenófobos somos racistas, señaló la doctora Olivia Gall.

En el fondo los mexicanos, aunque nos duela reconocerlo, tratamos a los centroamericanos como si fueran inferiores a nosotros, los vemos más pobres, más susceptibles de ser criminales”, afirmó.

Mientras que para Carlos Flores existe una constante hipocresía social en México, “particularmente con los migrantes centroamericanos, gente morena que mantiene más sus raíces locales. Nos quejamos de Donald Trump con sus comentarios contra los mexicanos, pero con nuestros hermanos migrantes a veces actuamos igual”.

La Secretaría de Gobernación informó en días pasados que se está trabajando en una nueva política migratoria, donde se dejan atrás las prácticas de estigmatización, de discriminación y de criminalización contra los extranjeros que ingresan a nuestro país.

En la presentación de esa nueva política, la dependencia destacó que este plan se basa en los ejes rectores del respeto irrestricto a los derechos humanos; la no criminalización de los migrantes y el impulso del desarrollo económico y social en la región del sur del país y en naciones centroamericanas.

 

No más racismo y clasismo en México: soluciones al problema

 

Aunque el racismo y el clasismo no se va resolver de la noche a la mañana ni por arte de magia, la coordinadora de Red INTEGRA, Olivia Gall, reiteró que es importante que se reconozca que existe el problema debajo de ese manto antirracista que prevalece en México, para después pensar “cómo vamos a educar para ir cambiando esto”.

Hay que hacer campañas mediáticas que creen conciencia del racismo que hay contra y entre comunidades indígenas, afromexicanas, personas de piel de morena, principalmente, y la xenofobia contra algunos migrantes que cruzan por nuestro país para irse a Estados Unidos”, propuso.

Hay que luchar contra el racismo desde muchos lugares, desde la educación, desde el gobierno  y desde los medios de comunicación,  agregó.

La Red INTEGRA actualmente realiza un diplomado virtual “Racismo y Xenofobia vistos desde México”, en el cual participan expertos del tema con el objetivo de evidenciar y combatir el problema, así como identificar ideas, creencias, discursos y prácticas racistas y/o xenófobas en los entornos inmediatos de los participantes. Para mayor información pueden ingresar a su página https://redintegra.org/

Para Carlos Flores la solución está en la educación, en que las escuelas públicas tengan enfoques multiculturales, contacto con tradiciones y culturas de todos tipos, “para que vayamos haciendo de lado la discriminación, el racismo y el clasismo”.

Otro punto, señaló, es pedir dignidad en el trato y denunciar todos esos casos de racismo, porque muchas veces no se denuncian, apuntó.

Asimismo, reconocer a las comunidades afromexicanas y su cultura, la cual podemos conocer a través de exposiciones como la que se presenta en el Museo Nacional de las Culturas Populares, "Merequetengue, el color de la costa chica" o por medio de películas como "La Negrada", entre otras. 

Para los representantes de pueblos originarios la solución está en trabajar en el arraigo y el amor por nuestras raíces; así como resaltar la cultura, arte y valores de los pueblos originarios.

Desde la Gubernatura Nacional Indígena están trabajando en leyes para beneficio de los pueblos originarios, entre otras cosas están pidiendo que se enseñen lenguas originarias en las escuelas públicas, para ello están viendo la posibilidad de reunirse con la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Otra solución, señalaron, es la unión entre pueblos originarios y comunidades afromexicanas, prueba de ello es la firma de un convenio de adhesión y colaboración entre la Gubernatura Indigena de la Ciudad de México con el líder de Egbe Inmolorogun, Edgar Fernando Martínez Medina, quien se ha dado a la tarea de defender las culturas afro en México, así como de visibilizarlas, formando estrategias contra el racismo, la discriminación y el rescate de su identidad para poder establecer una sociedad más equitativa.

Para superar la discriminación y el racismo tenemos que sentirnos orgullosos de ser mexicanos, evidenciar los casos racistas, el tema de identidad debe permear en los pequeños desde la escuela, al igual que el civismo y el respeto a nuestro prójimo”, destacaron.  

Por su parte, la Segob también realiza una intensa campaña antidiscriminatoria que tiene como objetivo principal recuperar el valor de la cultura de acogida que tiene México, “porque el asilo, el refugio, el trato respetuoso a las personas de otras nacionalidades debe también ser parte del reconocimiento de la pluriculturalidad de esta nación”.

 

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