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Nacional

Graduarse en pandemia, del Kínder a la Universidad

Alumnos de diferentes niveles de estudios vivieron una época de contrastes ante la lejanía de las aulas

Claudia Solera | 13-07-2020
Las graduaciones también se adaptan al covid-19.

CIUDAD DE MÉXICO.

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Ellos soñaron con rendir protesta en el salón más exclusivo de su Universidad, se soñaron haciendo una fiesta rodeados por sus compañeros, profesores y familias. Eligiendo su ropa de gala. Vistiendo la toga y birrete en la foto de generación, pero en la realidad, con la pandemia, esto que imaginaron cambió por un reconocimiento desde sus casas, detrás de sus computadoras y con anuarios virtuales. Sus acompañantes no son los que siempre pensaron, pero sí estuvieron  los que más aman, hasta sus mascotas pudieron estar a su lado, en este día tan especial.

No sólo ser protagonistas de una graduación por internet los ha confrontado, también el miedo de contagiarse, de regresar a las aulas, de volver a tomar el transporte público para trasladarse cuando reabran las escuelas, tener grupos de clases divididos por apellido y no poder convivir con todos sus compañeros de grado.

Éstas son las historias de graduación en pandemia del kínder a la universidad de Braulio de 5 años, Alexa de 11,  Camila de 14, Josías de 14, Lía de 15, Fany de 17, Jimena de 18, Zyanya de 22  y Vanessa de 25.

Braulio, al ser felicitado por Zoom por todos sus compañeros de clase, gritaba y brincaba por la sala de su casa, porque había vuelto a ver a todos sus amigos juntos en una computadora y estaba muy contento por haber “superado el kínder”.

A Alexa lo que más la inquieta de pasar de primaria a secundaria es que será imposible conocer a todos sus compañeros de clase, porque estarán divididos a la mitad. Los apellidos de la A a la M asistirán a la escuela los lunes y miércoles y de la M a la Z los martes y jueves.

“También me voy a tener que acostumbrar a llevar a la escuela cubrebocas, careta y alcohol”, reflexiona.

Camila, Lía y Josías, quienes concluyeron tercero de secundaria, repiten que lo más triste de esta graduación y de no haber tenido la oportunidad de regresar a su escuela con sus antiguos compañeros, es el no haber podido despedirse, pues ninguno de estos alumnos consideró que con la suspensión de clases por la pandemia el pasado 23 de marzo, también se iría la oportunidad de volver a estar con sus compañeros en un mismo salón de clases. Los tres repiten que no dijeron adiós, como ellos hubieran deseado hacerlo.

“Pues me sentí un tanto triste.  No nos dio tiempo de despedirnos, ya que todos esperamos volver entrar a la escuela y convivir con ellos, pero ya no se pudo”, lamenta Josías.

Los padres de estos alumnos fueron un gran soporte para cada uno de ellos en este momento tan especial, pero difícil. Con globos, comidas, palabras de aliento, videos y fotos hicieron todo lo posible por verlos felices, sacarles una gran sonrisa y recordarles todo el esfuerzo que existió en este proceso.

“Por mi parte mis papás hicieron que mi celebración fuera especial. Hubo mucho apoyo, muchas bonitas palabras, muchos consejos, muchas sonrisas. Eso fue lo más bonito que pude haber recibido ese día”, dice Jimena.

La imagen que Fany tenía de su ingreso a la universidad está muy lejos de ser lo que toda su vida de estudiante idealizó. Tampoco pudo despedirse de sus 160 compañeros de generación.

“Nunca pensé que iba a empezar la universidad o esta etapa así, yo pensé que iba a ir a un salón de clases, a conocer a nuevas personas, que iba a poder interactuar con la gente”, asegura.

Ahora, lo único que Fany sabe con certeza es que deberá arrancar su formación universitaria en línea.

 “Me emociona mucho entrar a la escuela, porque normalmente cuando yo estaba en ésta, no me daba cuenta de lo que tenía, pero con todo lo que ha pasado en la pandemia, me ha hecho reflexionar mucho”, dice Jimena.

Tanto Fany, como Jimena, Braulio, Camila, Lía y Josías, que son generación del kínder, secundaria y preparatoria 2017-2020, son una, que ha marcado la vida de sus profesores, porque ingresaron en medio de situación muy adversa, como la de un terremoto, en la que juntos les tocó estar en esa terrible experiencia en un salón de clases y en donde sus maestros, sólo pensaban en salvar la vida de sus alumnos.

 

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Así fue como lo expresó en un video, Joan Burgos, profesora de Camila y Josías, de Formación Cívica y Ética e Historia: “Son una generación diferente, que se tiene que adaptar a todo lo que le está tocando vivir,  iniciaron con un temblor y se van en una pandemia. Luchen, decidan seguir adelante, los quiero mucho, les mando un abrazo”.

También son graduaciones en las que han habido muchas lágrimas, no sólo por los abrazos no dados y por las despedidas virtuales, sino porque a pesar de una pandemia cada alumno ha logrado seguir ofreciendo lo mejor de sí mismo en la escuela.

Una pandemia no impidió que Zyanya se graduara de la licenciatura de sicología en una de las mejores universidades públicas de Estados Unidos, Illinois State University, en Chicago, ciudad a la que llegó a los 10 años proveniente de la Ciudad de México, sin dominar el idioma.

Y el covid-19 tampoco impidió que esta alumna mexicana se graduara como una de las mejores de su generación.

“Yo creo que después de haberme graduado en una pandemia y haber superado todos los desafíos, que la vida me aventó en estos últimos cuatro años, pues ya nada me da miedo. Entonces lo que venga, aquí lo superamos”, asegura satisfecha.

En pandemia, Vanessa no sólo presentó su examen de titulación como médica veterinaria y zootecnia, en la UNAM, sino que consiguió hacerlo con una mención honorífica.

“¿Cómo me imaginé mi titulación?, pues desde primer semestre en la carrera, te enseñan el juramento profesional y obviamente, cada que pasas fuera de la sala de exámenes en CU, te imaginas tomando protesta en este lugar con tu familia y tus amigos a lado”, comenta.

En la realidad fue en la sala de su casa, con sus papás, dos de sus amigos y sus perros: “Resolvió al término del examen aprobarla con mención honorífica. Vanessa ya conociste el veredicto y muchas felicidades. Te mando un fuerte abrazo”, escuchó, a través de la computadora, a una de las cuatro integrantes del Consejo del Comité Técnico de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.

Frente a la pantalla, con sus perritos a un costado de sus pies y sus padres y amigos sentados detrás de ella, Vanessa con la voz entrecortada y pañuelo en la mano, para poder limpiar sus lágrimas, leyó en la pantalla de su celular el juramento profesional.

“Guardaré gratitud a mi facultad y a mi universidad, me conduciré con honradez, dignidad y prudencia, observando siempre los principios éticos, a fin de llevar con honor, el título de veterinaria zootecnista, que ahora recibo de la Universidad Nacional Autónoma de México”.

Felicidades, generaciones 2020.

 

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