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Nacional

El Presidente alaba lealtad de Semar y Sedena; festeja el Día de la Armada

López Obrador refrenda que tanto soldados como marinos son pilares fundamentales del Estado mexicano

Raúl Flores | 24-11-2019
El presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó la ceremonia del Día de la Armada de México en  el Panteón Civil de Dolores en la Ciudad de México, donde reconoció la lealtad de las Fuerzas Armadas. Foto: Notimex
El presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó la ceremonia del Día de la Armada de México en el Panteón Civil de Dolores en la Ciudad de México, donde reconoció la lealtad de las Fuerzas Armadas. Foto: Notimex

CIUDAD DE MÉXICO.

El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció la lealtad de los soldados y marinos de México y aseguró que, junto con los integrantes de las Fuerzas Armadas, van a seguir “haciendo realidad principios, valores y preceptos como la libertad, la justicia, la democracia y la defensa de la soberanía nacional”.

Durante la ceremonia conmemorativa del Día de la Armada de México en el Panteón Civil de Dolores en la Ciudad de México, el mandatario federal aseguró que tanto la Defensa Nacional, como la Armada de México son pilares fundamentales para el gobierno y el Estado mexicanos.

Son dos instituciones, dos pilares del gobierno y del Estado mexicano la Secretaría de la Defensa y la Secretaría de Marina, y reconozco la lealtad de los marinos, de los soldados de México y juntos vamos a seguir haciendo historia, vamos a seguir haciendo realidad principios, valores, preceptos como la libertad, la justicia, la democracia y la defensa de nuestra soberanía nacional”.

Aseguró que el almirante Rafael Ojeda Durán es “un hombre leal”, por lo que celebró “que no me equivoqué al nombrarlo secretario de Marina” y reiteró la lealtad de soldados y marinos de México y la disposición para apoyar en las labores de seguridad y pacificación.

Nos han apoyado mucho, con mucha lealtad, tanto la Secretaría de la Defensa como la de Marina, ayudándonos ahora en la tarea tan importante de garantizar la paz y la tranquilidad en nuestro país, ayudándonos para que haya seguridad en nuestro país, sin titubeos; ayudándonos para que la Policía Militar y la Policía Naval pasaran a formar parte de la Guardia Nacional para cuidar, proteger a nuestro pueblo”.

 

Apoyo Incondicional

En su oportunidad, Ojeda Durán refrendó su  lealtad absoluta al presidente Andrés Manuel López Obrador “bajo cualquier circunstancia”.

Resaltó que la Marina “está lista para seguir velando por los intereses más importantes de la nación y de las familias mexicanas; una Armada formada con honor, deber, lealtad y patriotismo en el mar, en el aire y en la tierra”.

Hoy sabemos que mucho podemos hacer por nuestra patria desde la trinchera de la honestidad, la legalidad y la verdad; hoy sabemos que el patriotismo de nuestros días se forja con actos de solidaridad y de justicia”, aseguró.

Ojeda dijo que la institución naval es humanitaria y muy respetuosa de los derechos humanos, y a 194 años, quienes portan este uniforme, “tenemos el mismo amor patrio de aquellos que nos antecedieron, y así lo refrendamos”.

Señaló que “en cada uno de los habitantes de este gran país, existe un héroe que lucha día a día por sus propias causas, y busca su mejoría y la de los suyos desde la legalidad y así se ponen las bases para una mejor nación”.

Resaltó que hace 194 años, la victoria nacional fue fruto de la estrategia naval, así como del valor y unión de todos los mexicanos y, “gracias a esas enseñanzas, hoy sabemos que los intentos por reconquistar el suelo patrio sucumbieron ante la fortaleza moral de un pueblo que pugna por la paz y la libertad”.

 

ESE DÍA NACIÓ LA ARMADA DE MÉXICO

 

El Fuerte de San Juan de Ulúa, ubicado en este puerto, tiene gran importancia en la Independencia de México y en la transformación de la Armada de México.

Fue construido el 22 de abril de 1519 en un islote de este puerto por los españoles al mando de Hernán Cortés, para evitar los ataques de piratas y corsarios de la época contra España.

Al fuerte de San Juan de Ulúa se le conoce como la Fortaleza de Coral, debido a que sus cimientos, paredes y techos fueron construidos con este material por los esclavos negros traídos en la época de la Nueva España.

Según Porfirio Castro Cruz, director del  Museo Fuerte de San Juan de Ulúa, en el Virreinato  no se tenía material para construir este tipo de edificaciones.

Se dieron cuenta que había un gran sistema arrecifal; entonces, cuando estos barcos en los vendavales encallaban y los tenían que desbaratar, traían fragmentos de coral que, al exponerse al sol, se solidificaban como una roca; éste fue el principal material que utilizaron para construir”. 

Las dimensiones del fuerte son de 5.34 hectáreas, cuenta con 50 bóvedas de resguardo de mercancía en tránsito, alojamiento de esclavos y tropa. Además de 12 bóvedas a prueba de bombas, con 16 cañones, dos aljibes, foso inundado y un puente elevadizo que comunicaba con siete bóvedas con víveres y pólvora.

En el Porfiriato fue considerada una de las prisiones más temidas, dónde estuvieron criminales, cautivos de guerra, sospechosos de brujería o herejía, opositores políticos, periodistas e intelectuales críticos.

Ahí estuvieron fray Servando Teresa de Mier, Benito Juárez, Melchor Ocampo y Jesús Arriaga, mejor conocido como Chucho el Roto, entre los reos más célebres.

Estratégico

Este fuerte fue muy importante para México, por su ubicación geográfica, cuando España intentó reconquistar el país, cuando se declaró la Independencia, al atacar la posición estratégica de los españoles, que recibían abastecimientos y tropas desde Cuba.

Por ello, las autoridades mexicanas acordaron la adquisición de barcos para impedir el abasto de suministros, integrándose la primera escuadrilla naval con las goletas Iguala y Anáhuac, las balandras cañoneras Tuxpan, Papaloapan, Tampico, Tlaxcalteca, Chalco, Chapala, Orizaba, Campechana y Zumpango.

La situación se complicó cuando Antonio López de Santa Anna, entonces comandante de la plaza de Veracruz, prometió entregarla al brigadier Francisco Lemaur.

Ante el engaño, la respuesta española fue bombardear el puerto el 27 de octubre de 1822, acción que se repitió en 1823, debido a que se estableció un bloqueo naval a dicha fortaleza.

A principios de 1825 fue relevado del mando de la fortaleza Lemaur por el brigadier José Coppinger.

El gobierno de Guadalupe Victoria nombró el 16 de agosto de ese año como jefe del Departamento de Marina de Veracruz al capitán de Fragata Pedro Sainz de Baranda, para que reorganizara la escuadrilla naval y apresurara el desalojo español de San Juan Ulúa.

Sainz de Baranda, oriundo de Campeche, había estudiado en la Real Compañía de Guardiamarinas de El Ferrol, España, y participó en la Batalla de Trafalgar en el navío Santa Ana, en 1805.

Su experiencia le permitió elaborar un plan estratégico para enfrentar a la flotilla española avistada el 6 de octubre de 1825.

Al mando de la escuadrilla mexicana —conformada por la fragata Libertad; los bergantines Victoria y Bravo; balandras Papaloapan, Tampico, Orizaba, Chalco y pailebot Federal, formaron línea de batalla para el ataque; pero un fuerte temporal provocó que los buques españoles se dispersaran y emprendieran la retirada.

El hambre, las enfermedades, la falta de armas y municiones obligó al brigadier Coppinger a capitular y entregar la fortaleza y el 23 de noviembre de 1825, los españoles abandonaron San Juan de Ulúa con destino a La Habana, Cuba. Ese día se izó la Bandera Nacional con una salva de honor, lo que consolidó la Independencia de México y quedó fijado en la historia nacional como el día de la Armada de México.

 

 

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