Comar hará más con menos dinero; solicitudes de refugio

CIUDAD DE MÉXICO.

Con un crecimiento exponencial en el número de solicitudes de refugio en los últimos cinco años, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) enfrentará en 2020 el reto de resolver con menos de 50 millones de pesos de presupuesto, de los 124 millones que solicitó, el rezago de atención a personas migrantes de otros países.

En un balance al cierre de 2019, Andrés Ramírez Silva, titular de la Comar, advirtió el incremento de solicitudes para refugio. Detalló, por ejemplo, que mientras en 2014 procesaron dos mil 137 peticiones, al cierre de 2018 llegaron a 29 mil 634. Este año, en el corte al 30 de noviembre, tienen registradas 66 mil 915, lo que significa un aumento de 125 por ciento de todo lo que fue el año pasado.

“Tenemos la necesidad de eficientar nuestros servicios en las oficinas, sin menoscabo de la calidad de los procedimientos”, señaló.

Los países de origen de los solicitantes de refugio son, en primer lugar, Honduras con 29 mil 146 y le siguen los de El Salvador con ocho mil 711; Cuba ocho mil 074 y Venezuela con siete mil 174.

“Hago énfasis en que, a pesar de que la cantidad de solicitudes es muy importante, más importante es la oportunidad de hacer estos procedimientos porque estamos hablando de vidas humanas que nosotros debemos respetar, que no vayan a ser deportadas personas cuya vida corre riesgo en su país de origen”, subrayó el funcionario.

Reiteró el compromiso de la Comar por disminuir el rezago que hay respecto a este tipo de solicitudes y se hace en conjunto con el Instituto Nacional de Migración y con el apoyo de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur).

Informó que se eliminó el sistema de citas y ello permitió agilizar la recepción de solicitudes conforme fueran llegando. Además, se llevó a cabo un programa de capacitación del personal con el respaldo de la Acnur.

Su mayor anhelo es reunirse con los suyos

REYNOSA, Tamps.– En diciembre, la mayoría de las personas busca pasar en familia la Navidad, despedir el año que termina y dar la bienvenida al nuevo. La renovación de esperanzas, retos y sueños hace mejorar nuestras vidas.

Sin embargo, para cientos de migrantes nada de esto será posible. Es el caso de Jorge Luis Pérez, un cubano que tiene más de siete meses fuera de su país.

“Es el primer año que la he pasado lejos de mi familia. Se siente mucho dolor, yo lloro todas las noches. Me pongo a llorar echando de menos a la familia y esto nunca nos había pasado: salir fuera y dejar la familia así, nunca. Siempre todas las navidades hemos estado juntos, igual el día 31, siempre”, señala.

Saritza Pacheco espera el 31 de enero de 2020, cuando tendrá su tercera cita ante la corte de Estados Unidos para ser aceptada como asilada y radicar en ese país. Desde hace cinco meses huyo de la violencia y la falta de oportunidades que se padece en Venezuela.

“Es la primera Navidad que no voy a estar con ellos (su familia). Estoy triste por la situación que me hizo salir de mi país para pedir refugio”, relata.

Como ellos, más de 400 migrantes permanecen en el albergue Senda Vida ubicado en esta ciudad fronteriza de Tamaulipas. Con apoyo de personas altruistas de ambos países, los migrantes reciben comida, ropa y juguetes para ellos y sus hijos.

“Queremos que se involucren en todo esto que está pasando, nada de pensamientos negativos. Hay que aplicar pensamientos positivos para seguir adelante porque esto es darle ánimo a toda esta gente para que no se sienta afligida”, dice Héctor Silva, director del albergue.

Para los migrantes, recibir asilo por parte de Estados Unidos para estar juntos en familia es su mayor propósito en este Año Nuevo.