Logo de Excélsior                                                        
Nacional

Usan la cultura como arma en contra del delito

En Temixco, las autoridades han apostado por recuperar los espacios públicos y convertirlos en espacios para el arte

Andrea Meraz | 05-12-2015
Ingenios culturales. En la colonia Lomas del Carril, en Temixco, Morelos, se han recuperados los espacios públicos y que eran usados por criminales o simplemente estaban abandonados. Foto: Especial

CIUDAD DE MÉXICO.

La vida en la colonia Lomas del Carril, en Temixco, Morelos, ha cambiado. A través de la cultura se ha logrado evitar el contacto de los jóvenes con la violencia diaria.

El Ingenio Cultural, que es parte del Programa Nacional de Prevención del Delito (Pronapred), consiguió en menos de tres años rehabilitar zonas abandonadas para permitir que niños, jóvenes y adultos reintegren su comunidad.

En entrevista con Excélsior, el responsable de este proyecto, Samuel Mesinas, relató que para evitar en un futuro la violencia es necesario trabajar desde la niñez.

“El maltrato familiar, infantil, abuso sexual, abandono, además de la falta de interés de los niños y adolescentes genera la violencia que conocemos, ya sea en el noviazgo, en la familia y van in crescendo”, explicó.

Por ello, en su experiencia, dijo, la cultura es relevante, pues no es ajena a este tipo de situaciones, además no todo puede resolverse con leyes, sino con cosas estructuradas.

El polígono del que forma parte cuenta con tres parques: uno de ellos lo encontraron destruido, “era prácticamente un baño público”, y en poco tiempo lo convirtieron en un espacio multifuncional para hacer danza aérea y grafiti, además de área de juegos, entre otras.

Para hacer un cambio no basta con pláticas informativas, sino con actos que queden grabados en los niños. Por ejemplo, hay un taller que habla sobre el género a través de los chinelos —figura folclórica de Morelos—, que representan machismo. Además, con metodologías se toca el tema de la convivencia social y la tolerancia.

“La dinámica es pegar gomitas en un cartón sólo con un resistol entre todos, no lo logran porque se pelean. Al final se reflexiona sobre eso, los niños empiezan a acusarse y explicamos cómo se puede trabajar. Esa experiencia se repite al mes, uno se da cuenta si percibieron el trabajo colectivo o siguen las mismas dinámicas”, detalló.

Además se trata de hacer una reparación de los vínculos emocionales entre autoridad y ciudadanos, pues es el primer paso de hacer sociedad.

“El gobierno está reparando su disfunción con ellos a partir de acercarse hasta el espacio público y ellos empiezan a tener ese vínculo”.

Para los adultos también hay programas, en un “taller de modas” se les habla sobre empoderamiento de la mujer y los derechos.

“Hacemos ferias de servicio, donde llegan con capacitadores y sicólogas, por lo que muchas toman terapia. Lo que hacemos es devolverle un sentido social al Estado”, mencionó.

Hasta hace cinco años, Nestor Yeer grafiteaba en las calles, pero también fue de los primeros en llegar con Samuel Mesinas y al taller de caligrafía urbana.

Este acercamiento, en sus palabras, le cambió la vida. Incluso ha viajado a Colombia a dar talleres sobre lo que mejor sabe hacer: pintar.

 

OBJETIVOS

  • El Pronapred busca “atender los factores de riesgo y de protección vinculados a la violencia y la delincuencia”, y entre sus acciones están:
  • Incrementar la corresponsabilidad de la ciudadanía y de actores sociales en la prevención social, mediante su participación y desarrollo de competencias, así como reducir la vulnerabilidad ante la violencia y la delincuencia de las poblaciones de atención prioritaria.

Te recomendamos

Tags

Comparte en Redes Sociales