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El PRI abandonó la idea de renovarse: Adolfo Orive

Análisis de exasesor de Labastida; afirma que en la elección de 2000, la sociedad vio al partido dividido e incongruente y se dio cuenta que era demagogia hablar de un nuevo PRI

Ivonne Melgar | 10-07-2015
Experiencia. Adolfo Orive Bellinger fue coordinador de asesores de Francisco Labastida Ochoa en la Secretaría de Gobernación y director de Prospectiva en su campaña presidencial, en 2000.

CIUDAD DE MÉXICO, 10 de julio.- Coordinador de asesores de Francisco Labastida Ochoa en la Secretaría de Gobernación y director de Prospectiva en la campaña presidencial del abanderado del PRI en 2000, Adolfo Orive Bellinger explica la derrota desde el otro lado de la medalla:

“El PRI no se convirtió en un nuevo PRI ni en 1999, cuando Paco (Labastida) lo planteó por primera vez, ni en estos últimos 15 años”.

En entrevista con Excélsior, el economista, luchador social y actual diputado federal del Partido del Trabajo advierte que ahora, al igual que entonces, el partido en el poder requiere un cambio de fondo y es necesario que “salga del hoyo” que lleva cavando desde hace 30 años.

Aclara que nunca ha sido portador de una credencial del PRI, pero que sí ha trabajado con muchos priistas: con el expresidente Carlos Salinas de Gortari, de quien fue maestro en la UNAM; con el gobernador mexiquense Arturo Montiel, y con el asesinado Luis Donaldo Colosio.

Desde esa experiencia, Orive Bellinger considera que, ahora, el PRI debe atender lo que está sucediendo en Europa.

“La extraordinaria iniciativa de Pascal Beltrán del Río, de analizar lo que pasó hace 15 años, a dos meses del cambio de dirigencia en el PRI, debe obligar a los priistas a reflexionar sobre la necesidad y la responsabilidad histórica que tienen de transformarse y constituirse en un nuevo PRI”, asevera.

Colosio quería otro partido

Recuerda que Colosio, en la dirigencia de ese partido, en 1991, cuando ya habían pasado tres años del programa Solidaridad, pensaba hacer del tricolor el partido de la solidaridad.

“Eso implicaba transformar la organización del PRI y el proceso de selección de candidatos. Desgraciadamente, el presidente (Salinas) decidió que no se hiciera esa transformación”.

El legislador petista sostiene que el cambio no tiene que ver con un nombre, sino con la concepción del partido.

“El ejemplo es lo que está pasando en Europa, con Podemos y con la organización En común. El PRI tiene que entender esas lecciones que están dando los ciudadanos a los partidos: o se transforman o no van a poder estar a la altura de las necesidades ni de la confianza de la gente”, alerta.

“No se trata de regresar al proteccionismo ni al autoritarismo. Pero el proyecto de la Revolución Mexicana, actualizado para el siglo XXI, implica un proyecto de nación al que todos podamos contribuir y todos nos sintamos sujetos de la historia”, enfatiza. 

No hubo nuevo PRI

Rememora que hace 15 años se prometió un cambio, el de atender las necesidades de la gente. Y sin embargo, asume, al final no se concretó.

Recuerda que el candidato presidencial priista publicó a inicios de ese año un libro que se llama La gente hace el cambio, cuyo subtítulo fue la consigna de campaña: “Que el poder sirva a la gente”.

“Me duele que Paco (Labastida) no haya recordado el libro que escribió. Y es que su contenido y su título tenían que ver con un nuevo PRI, con un cambio que no se ha llevado a cabo. Y mientras no se haga, va a ser muy difícil que el PRI pueda volver a jugar la historia que jugó desde 1929”.

Como el partido de los regímenes de la Revolución Mexicana, explica, tenía un proyecto de nación de largo plazo, diseñado para los mexicanos y “transcrito” en la Constitución de 1917. “Pero se abandonó a partir de los años 80”. 

Orive lee algunos de los párrafos del citado texto: “Paco tiene una frase que es extraordinaria, tomada de un libro de Séneca: No importa el tamaño del viento, la fuerza del viento y su dirección, si no hay puerta de llegada”.

El petista comenta: “Y los mexicanos no tenemos puerta de llegada desde hace 30 años”.

Destaca otra cita de Labastida: “El proyecto de nación que propongo es que el poder sirva a la gente. No que el poder sea un mundo solamente de los políticos para los políticos”.

Orive subraya que “desgraciadamente, eso no lo llevó a cabo el PRI”.

Fue demagogia

Autor de la Ley General de Competitividad, Orive dice coincidir con los testimonios de los protagonistas de aquel 2 de julio del 2000 en cuanto a la falta de apoyo que afrontaron. Pero matiza: “los eventos históricos nunca están determinados por una sola causa. Lo que dijeron Labastida, Roberto Madrazo, Manuel Bartlett y Dulce María Sauri es cierto, yo también lo viví. Es una condición necesaria para entender la derrota. Pero no es suficiente”.

Difiere de la declaración de Labastida de que una renovación del PRI fue haber tenido elecciones primarias al estilo estadunidense. “El PRI quedó totalmente dividido. La gente que votó por Bartlett no quería a Labastida. Y lo mismo con la gente que votó por Madrazo”, recuerda.

A su juicio ese fue un error, al igual que la falta de congruencia con la oferta de un nuevo PRI.

“La elección de todos los candidatos fue de viejos priistas. Y la gente no es tonta, vio las mismas contradicciones que ve ahora con la izquierda; se dio cuenta que era demagogia hablar de un nuevo PRI”, concluye.

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