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Pete Buttigieg da nuevos aires a la política de EU

El demócrata, de 38 años, exalcalde de South Bend, Indiana, busca la candidatura presidencial. Es el primer político abiertamente homosexual y quien hace unos días ganó los caucus de Iowa

AFP | 16-02-2020
Ilustración: Jesús Sánchez

CIUDAD DE MÉXICO.

Cuando lanzó su campaña presidencial, el exalcalde Pete Buttigieg sólo tenía un equipo de cuatro personas.

Un año después, dio la sorpresa y se convirtió en el ganador de los caucus de Iowa, la primera batalla por la candidatura demócrata.

Hubo escépticos, muchísimos escépticos. ¡Iowa, demostraste que esos escépticos estaban equivocados!”, recordó después de los caucus, donde derrotó por una diferencia mínima al senador de Vermont, Bernie Sanders.

A sus 38 años, apenas tres años más que la edad mínima para ser presidente, al “alcalde Pete” lo impulsa una confianza en sí mismo que podría parecer excesiva, pese a que se enfrenta a candidatos que ya estaban en la política antes de que él naciera.

Sin embargo, esa fe en sí mismo no es nueva.

Buttigieg recuerda haber levantado la mano cuando un maestro de secundaria preguntó a quién le gustaría ser presidente.

No sé qué es lo que esperamos, que alguien sea alcanzado por un rayo y luego se convierta en alguien que puede convertirse en presidente”, dijo en una entrevista reciente para The New York Times.

Confía ciegamente en que puede aprovechar su momento. Representante de una nueva generación y “polo opuesto” del presidente republicano Donald Trump, quiere nada menos que arrojar “al propio trumpismo al basurero de la historia, al que pertenece” y comenzar una nueva era estadunidense.

Carece de experiencia política, más allá de la adquirida durante ocho años como alcalde de la ciudad de 100 mil habitantes donde nació, pero argumenta que es el único candidato demócrata con peso que ha servido en el Ejército. Su perfil de Twitter comienza con la frase “veterano de Afganistán”, y continúa con su experiencia: Alcalde de South Bend, esposo. Busco la presidencia para unir a los estadunidenses y encontrar nuestros desafíos urgentes.

CASI MILLENNIAL

Peter Paul Montgomery Buttigieg nació el 19 de enero de 1982 en South Bend. Sus padres eran profesores de inglés en la Universidad de Notre Dame.

Su padre, especialista en el filósofo y teórico marxista Antonio Gramsci, era un inmigrante maltés que viajó a Estados Unidos para obtener su doctorado, y allí conoció a la madre de Pete.

Hijo único, Pete sobresalía en la escuela. Fue aceptado en Harvard, recibió una prestigiosa beca Rhodes y pasó tres años en Oxford antes de ser reclutado por la consultora de gestión de élite McKinsey en 2007.

A los 25 años, la política lo llevó de vuelta a South Bend. Se postuló para ser el tesorero de Indiana, pero fue derrotado. En 2011 ganó la alcaldía de su ciudad natal, que a la postre sería su trampolín a la política nacional.

Reservista de la Marina durante varios años, suspendió sus funciones de alcalde en 2014 y pasó siete meses en Afganistán, donde trabajó como analista de inteligencia.

Cuando se le preguntó si se había unido al Ejército para impulsar su carrera política, admitió que se había hecho la misma pregunta.

Si la respuesta es sí, ¿eso significaría que el servicio no fue, de alguna manera, puro?”, preguntó retóricamente.

DEFIENDE LA IGUALDAD

Durante todos esos años, Buttigieg vivió en secreto su homosexualidad. Lo hizo público en 2015, antes de ser reelegido alcalde.

A través de Hinge, una aplicación de citas, conoció a Chasten Glezman, quien adoptó su apellido después de casarse en 2018. La pareja ha dicho que quieren hijos.

Mi matrimonio con Chasten me ha convertido en mejor persona. Me ha acercado más a Dios”, dijo.

El precandidato demócrata ha cultivado una imagen de un hombre del medio oeste: tradicional, devoto (bautizado católico, pero asiste a una iglesia episcopal). El programa de comedia Saturday Night Live lo representa como tímido y aburrido.

Sus rivales están molestos por frases como “Tenemos que arreglar el motor de nuestra democracia” y por sus planes para reformar la Constitución y la Corte Suprema.

Los críticos señalan que prácticamente no tiene apoyo entre los votantes negros, un grupo importante y tradicionalmente demócrata.

Pero la idea del exalcalde no es ganar sólo a sus compañeros demócratas. Para noviembre próximo tiene la intención de buscar votos del centro entre los desilusionados con Trump, a los que ya les gusta llamar “futuros exrepublicanos”.

Cuando anunció oficialmente su candidatura en abril de 2019, Buttigieg habló de la “audacia” de su candidatura a la Casa Blanca, una clara referencia a la frase distintiva de Barack Obama “la audacia de la esperanza”.

Si miras las lecciones que nos da la historia durante el último medio siglo, cada vez que hemos ganado o mi partido ha ganado la Casa Blanca, ha sido con un candidato que es nuevo en la política nacional”, dijo, evocando tanto a Obama como a Jimmy Carter y Bill Clinton.

Aunque antes de llegar a la Casa Blanca, Carter y Clinton fueron gobernadores y Obama, senador. El sector demócrata de Obama ve, no obstante, cualidades en el joven alcalde de oraciones claras y mordaces.

No mucho después de la victoria de Trump, The New Yorker le preguntó a Obama sobre la sucesión en el Partido Demócrata.

Obama mencionó a los senadores Tim Kaine y Kamala Harris, y agregó: “Y luego está ese tipo en South Bend, Indiana. El alcalde”. Pero no fue capaz de recordar, o pronunciar, su nombre.

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