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El crimen que revolucionó la medicina forense

La investigación sobre el cuerpo exhumado de un agente parisino sería uno de los más grandes logros de la medicina forense y la criminalística

Reuters | 24-08-2016
Reuters

PARÍS

En julio de 1889, el agente parisino Toussaint-Augustin Gouffé desapareció. Normalmente un suceso como este causaría un gran revuelo. Esto fue en el marco de la exposición Paris World Exposition, con tantas personas moviéndose a través de la ciudad de las luces, pocas fueron las sospechas sobre la desaparición de Gouffé. Fue hasta que un cuerpo apareció tres semanas después a casi 300 millas, cerca de Lyon, que las autoridades comenzaron a investigar.

El cuerpo fue hallado por un trabajador, quien siguió el olor nauseabundo de una maleta de hule escondida entre los arbustos cerca de la carretera. Dentro había un cuerpo desnudo, envuelto en siete metros de cuerda, y con una bolsa de tela negra que cubría su cabeza. Los investigadores concluyeron que el cuerpo pertenecía a un hombre que había muerto por estrangulación, tres o cinco semanas antes de que fuera encontrado. Dos días después de que descubrieran el cuerpo,  un baúl fue encontrado muy cerca. El equipaje olía a descomposición y tenía una etiqueta de Paris. Todo indicaba que había una conexión entre este hecho y la desaparición de Gouffé.

En un principio no se encontró ninguna indicación de que el cuerpo fuera de Gouffé.

El cadáver tenía entre 35 y 45 años, mientras que Gouffé tenía 43. El cuerpo tenía cabello negro a diferencia de Gouffé que era castaño. Ni siquiera el cuñado del oficial quien había sido traído para que identificara el cuerpo pudo hacerlo. De modo que este fue depositado en una fosa común.

Pero no quedaría ahí.

Unos meses después, la jefa de la unidad de investigaciones de Paris,  Marie-François Goron pidió a las autoridades de Lyon exhumar el cuerpo para examinarlo de nuevo. Primero se resistieron pero tras cuatro meses de insistencia, no había duda que algún análisis fuera fructífero. Sin embargo Goron tenía una coartada, llamada Alexandre Lacassagne.

El doctor Lacassagne era un afamado criminalista y especialista en el campo forense. En noviembre de 1889, el empezó una autopsia de los restos exhumados. Basado en un ejemplar de su cabello que tomó del peine de Gouffé, así como una descripción de una cicatriz en su espalda que aparecía en el reporte. Lacassagne pudo identificar al dueño del cuerpo.

Una vez que el cuerpo fue atribuido a Gouffé, el resto del caso comenzó a tener sentido. Las autoridades comenzaron a indagar en las actividades del oficial justo antes de su desaparición y encontraron que había convivido con dos estafadores: un hombre llamado Michel Eyraud y su amante, Gabrielle Bompard. La pareja dejó Paris el 27 de julio, justo dos días antes de que Gouffé fuera reportado como desaparecido. Además un carpintero en Londres, confirmó que había vendido el baúl a Eyraud y Bompard.

Según parece, la pareja habían tramado un plan para llevar al buen hombre al departamento de Bompard para poder robarlo y después matarlo. Gouffé era un buen agente, así como un conocido mujeriego, lo que lo convirtió en el blanco perfecto. Tras matar a Gouffé, la pareja ató al hombre y lo puso en el baúl. El baúl fue transportado en tren hasta la estación de Lyon, donde Eyraud y Bompard recuperaron el contenedor y lo llevaron hasta el lugar donde se encontraban.

Nunca pensaron en tirar el baúl que llego a su puerta a mano de las autoridades, sin embargo  como el olor se volvió insoportable así como el peso,  no tuvieron más remedio que tirarlo.

Los criminales fueron aprehendidos  y juzgados en diciembre de 1890. Bompard fue sentenciada a muerte y sería guillotinada en Febrero de 1891. Ella insistió que Eyraud la hipnotizó para que cometiera el crimen. Así que recibió 20 años de condena, y pudo salir libre gracias a su buen comportamiento. Murió a principios de los años 20.

La satisfactoria identificación del cuerpo por el doctor Lacassange, fue uno de los mayores logros de la medicina forense. Las subsecuentes investigaciones se convirtieron en caso de estudio para los criminalistas. Muchos de los métodos que utilizó Lacassange en aquella época, son prácticas estándar para los exámenes forenses. 

sarr

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