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Función

Hogar, Familia y Amor; McCartney III

Sir Paul recupera los pilares que han hecho de esta trilogía una serie conmovedora, personal y emblemática y que hoy concluye con su nuevo disco

Jorge Santamaría | 18-12-2020
Foto: Universal Music

CIUDAD DE MÉXICO.

“La guerra ha terminado! Si tú quieres. Feliz Navidad”.

En diciembre de 1969, Sir Paul McCartney, desde su exilio en Escocia, despertó con la novedad de que Yoko Ono y John Lennon le ofrecieron tregua tras el pleito gigantesco, a causa de dinero y diferencias creativas, que culminó con la existencia de The Beatles, a través de anuncios y pósters pegados en 12 de las ciudades más importantes del mundo.

No se inmutó en absoluto. En Cavendish, según recuerda el biógrafo Philip Norman, llegó su respuesta: la primera parte de la ahora trilogía McCartney nació en autogestión, con la única compañía de su fallecida esposa Linda, grabado visceralmente con el orgullo y las ganas de demostrar que él sólo podría salir adelante sin John.

Paul tocó la guitarra, bajo, batería, panderos, piano, maracas, xilófono y hasta unas copas de vino para dar vida a 13 rolas y a su carrera como solista. Fue “una dicha doméstica” que lo liberó de la tensión con John, George y Ringo, que lo acercó más a Linda, la fotógrafa del álbum.

El mensaje del disco estaba claro: “Hogar. Familia. Amor”, todo lo que perdió el Cuarteto de Liverpool a raíz de la intromisión de Yoko Ono, según platicó Macca a Peter Brown, parte de la mesa directiva de Apple Corps, discográfica de The Beatles.

La magia de McCartney fue sanadora para Paul, mayoritariamente terapéutica. A finales de los 70, su banda Wings ya no carburaba. Se había aburrido, pero también sintió que el resto de la banda ya lo había abandonado, sobre todo Denny Laine, el guitarrista, quien hizo una banda junto a su esposa a la par de los Wings.

Y como colofón, para no decir que fue una especie de autosabotaje, lo arrestan en Japón por portar mariguana. Harto, se vuelve a aislar del mundo y graba McCartney II, otra vez junto a Linda. Una fuerte declaración, en audio y temas como Coming Up, que sólo anunciaban el atropellado final de los Wings.

Musicalmente, la segunda parte de su álbum distaba mucho del primero. Sir Paul apostó por la corriente electrónica y las bases del pospunk para hacer su disco más experimental hasta la fecha, lanzado en 1980, curiosamente el mismo año que Yoko y John lanzan Double Fantasy, el último álbum en vida de Lennon, pues fue asesinado un
mes después.

 

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Foto: Universal Music

 

CONMOVEDORA TERCERA PARTE

Cuarenta años han pasado para la tercera entrega de McCartney, impulsada por la ansiedad de Paul y el confinamiento obligado que vivió a causa de la pandemia, en casa de su hija, la fotógrafa de este material, Mary McCartney.

Y en absoluto tienen que ver, lo único que los hila es la autogestión de parte de un hombre que, aparentemente, cura sus demonios con la habilidad de escribir y tocar todos los instrumentos que le ponen a su paso, como si fuera un niño de cinco años jugando con sus figuritas de acción.

Los únicos que supieron que un disco de McCartney se avecinaba fueron sus nietos y yerno, pues cada noche, durante la cena, Paul sacaba su teléfono y les mostraba las canciones que iban tomando forma. Aceptaba elogios, recomendaciones o lo que fuera que saliera al calor de la charla y unas cuantas copas de vino.

Once canciones se incluyeron de forma formal e, irónicamente, otras cuatro fueron agregadas a la versión japonesa, una nación que cuatro décadas tuvo el infortunio de presenciar el principio del final de los Wings. Posiblemente sea otra parte más de las merecidas disculpas que en ese entonces quedó a deber, de acuerdo con su biografía.

Otro dato curioso es que Macca, posiblemente, recordó aquel diciembre de 1969 con toda esa parafernalia que Yoko y John montaron para ofrecerle tregua y escogió paredes de capitales del mundo, entre ellas la Ciudad de México, para adelantar las partituras de sus canciones, entre ellas Pretty Boys.

Uno de los primeros en tenerlas fue el cantautor mexicano Daniel Quién, un beatlemaniaco de la nueva generación que tiene sus propios sentimientos encontrados con el amanecer de esta tercera entrega, disponible desde hoy.

Siento que esta canción es una crítica al consumismo de la sociedad hacia lo estético o lo que consideramos perfecto en lo físico; y está esta sátira sobre ‘a los chicos lindos no los puedes tocar, sólo los puedes ver’.

Paul mantiene esa esencia de estar consciente de las problemáticas sociales y de las cosas con las que nos obsesionamos, es algo que me permite relacionar esta tercera parte con las primeras dos”, opinó para Excélsior.

El guitarrista hizo su propia versión del tema, y fue de los primeros en tenerla porque escribió una canción para Paul, no la grabó, pero en recompensa pudo ser de los primeros en hacer una nueva versión que aún no había sido estrenada.

The Guardian ha sido certero: “el mejor disco que ha sacado en los últimos años. Un álbum conmovedor y personalmente muy agradable”, dice el portal, que suele ser duro con sus compatriotas ingleses en su apartado de críticas.

Éste no es un rockero jubilado que se burla de las bandas de pop fabricadas en los últimos tiempos, sino un hombre en los 80 años que fue objeto de histeria, que dejó de tocar en vivo porque no podía escuchar por los gritos. Es Paul McCartney, también, con sus cursis canciones de amor (Seize The Day) navegando sin siquiera sudar”, agregó el diario.

FIGURA PARA LA NUEVA GENERACIÓN

Vuelve a ser el encargado de todo, bien dicen por ahí que ser tu propio jefe es de las máximas satisfacciones en la vida, y esa libertad no la tenía cuando estuvo con The Beatles, sobre todo en la última etapa en la que la dupla Lennon-McCartney se fracturó como sociedad.

Nadie logra entender tu mundo interior más que tú mismo, que él tenga esa osadía es algo tremendo y hermoso”, compartió Daniel, “eso hace que no se limite creativamente y es un gran mérito a su favor, siempre será recordado por eso, por no depender de la visión de otros. Eso nos enseña Paul con esta trilogía”, agregó.

La visión sobre el mundo Beatle de Daniel es valiosa, por ser un joven que tomó la guitarra en un estado como Sinaloa, donde la mayoría de la música es regional, e impulsado por su amor por el Cuarteto de Liverpool, alcanzó el sueño de hacer música, que lo escuchen y hasta firmar con Universal Music.

El punto de vista de los longevos ya está dicho, pero es la palabra de la nueva generación la que reafirma que John, Paul, George y Ringo son y siguen como los pilares del mundo del rock y pop, por más que exista polarización de opiniones con respecto a The Rolling Stones.

Sesenta años después, Daniel, como muchos otros, tienen claro el legado de The Beatles para su época.

Cada uno de los cuatro tenía sus aportaciones, eso no queda duda, pero sí te pone a pensar que si Paul hubiera tomado la rienda de la producción de The Beatles hubiera sonado diferente, quizá con otra esencia y esto es interesante. ¿Cómo hubiéramos escuchado Across the Universe o Revolution 9 si él lo hubiera hecho al 100 y no al 25%?”, aportó.

 

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PARA SABER

  • McCartney III estará disponible hoy en formato físico y digital.
  • Las canciones, que estaban a medias, fueron terminadas en el confinamiento por la pandemia, en un juego de palabras del inglés lockdown, que el británico usó como “creadas durante el rockdown”.
  • Desde la semana pasada dio a conocer en varias ciudades, entre ellas la de México, algunas canciones, cuyas partituras fueron colocadas en edificios o muros públicos.

 

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