Volver al templo interior, Pablo d’Ors

Foto: Cortesía Pablo d’Ors / Fotoarte: Horacio Sierra

CIUDAD DE MÉXICO.

Lo espiritual, la contemplación, el silencio, la meditación, la armonía, la introspección y la paz. Territorios y caminos que el hombre contemporáneo ha perdido o relegado en aras de un mundo ruidoso, acelerado y violento.

Por esta razón, el escritor español Pablo d’ Ors (1963) piensa que estos valores son hoy más necesarios que nunca. “Somos víctimas de un hechizo de la razón y la tecnología. La espiritualidad es el cultivo del cuerpo y de la mente en medio de la tensión, para dar frutos de armonía y compasión. Es un acto de cultura, de cultivo y debemos cultivar cuerpo y mente, pues somos seres corporales y mentales”.

En entrevista con Excélsior, el narrador afirma que, en este sentido, la pandemia trajo al mundo un doble mensaje, uno ético y otro místico. “El primero es que debemos cambiar de vida; no podemos seguir maltratando al planeta, consumiendo de manera desaforada, viajando como locos. Y el segundo es que, por primera vez, existe un mal que aflige a toda la humanidad, que nos ha revelado que todos somos uno, que somos interdependientes”.

Quien acaba de publicar Biografía de la luz (Galaxia Gutenberg), considerada su obra definitiva, está convencido de que esta emergencia sanitaria “es una oportunidad para lograr la ‘concientización global’, es decir, volver a la espiritualidad perdida desde un nuevo paradigma, que es la conciencia”.

Destaca que este ensayo está pensado para todos los buscadores espirituales y, por ello, escrito desde una perspectiva cultural más que confesional. “Es una especie de manual poético de la interioridad, en el que se presentan imágenes y metáforas que son auténticos espejos de la identidad humana”.

El novelista está convencido de que la gente tiene una necesidad de conocerse mejor a sí misma. Y da como ejemplo la respuesta que tuvo su Biografía del silencio, (2012), en la que narra su experiencia de silenciamiento y meditación diaria y rigurosa, de la que se han vendido 200 mil ejemplares.

Tuvo un éxito colosal. Dos años después, a raíz de la gente que me escribió, fundé la red de meditación Amigos del Desierto, que tiene como propósito la profundización y la difusión de la tradición contemplativa. La red ha ido creciendo, incluido México; somos ya un millar de personas”, explica.

El autor agrega que la palabra contemplación apunta al templo. “En algunas de las religiones se entra al templo para descubrir que tenemos un templo interior: que estamos habitados, que tenemos un huésped en el alma, que hay algo vivo dentro de nosotros.

Si meditamos descubriremos que todo es un templo, cualquier lugar; pero antes hay que peregrinar. Mis libros quieren ser un peldaño que favorezca la entrada a la interioridad. Hay que regresar, estar en casa. Esa es la propuesta”.

Quien estudió Filosofía y Teología en Roma, Praga y Viena añade que, “así como los historiadores miran lo grande, los narradores vemos lo pequeño, lo ordinario, lo cotidiano, lo anónimo. Es ahí donde se juega la felicidad y la plenitud del ser humano”.

Señala que en sus dos biografías ha relatado, a modo ensayístico o narrativo, “qué es lo que pasa cuando haces silencio en tu interior, y qué ocurre cuando empiezas a tener más luz en tu vida. No sólo para hablar de mí, sino para invitar a los lectores a que vivan esta experiencia”.

Dice que intenta imprimir en este ejercicio una perspectiva cultural. “Mi mirada ha sido más hacia las imágenes de los textos filosóficos y sagrados que hacia las ideas; como paisajes que podemos habitar y contemplar, antes que reflexionar. Deseo que los lectores los disfruten, como quien va de excursión”.

Quien ha fundido a la literatura y a la mística, “es la vocación al silencio y a la palabra”, admite que, a pesar de que trabajó cinco años en su libro más reciente, “no descarto la posibilidad de escribir una tercera, que podría ser la biografía del cuerpo o la del amor, aún no lo sé”.

Por lo pronto, d’Ors se encuentra en México, “es mi segunda patria”, para promover su ensayo y visitará San Miguel de Allende.