Logo de Excélsior                                                        
Expresiones

Luis Goytisolo rehúye del lector conformista

Al catalán Luis Goytisolo, quien hoy recibe el Premio Carlos Fuentes, le disgusta la sociedad poco informada

Juan Carlos Talavera | 01-11-2018
Foto: David Hernández
Foto: David Hernández

CIUDAD DE MÉXICO.

Hace falta que las personas viajen y descubran el mundo, pero que no se queden con la playa y crean conocerlo todo, que no se conformen con las respuestas de los teléfonos inteligentes”, afirmó ayer el escritor Luis Goytisolo (Barcelona, 1935), quien hoy recibirá el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español, conformado por un diploma, una obra escultórica diseñada por Vicente Rojo y el equivalente, en pesos mexicanos, de 250 mil dólares estadunidenses.

Hace falta que conozcamos realmente el mundo y que no sólo tecleemos en los aparatitos para encontrar respuestas, porque es necesario conocer realmente el mundo, la filosofía, pensamiento, la literatura, la geografía y todo lo escrito. Se necesita viajar y saber dónde estás con un poco de historia universal elemental, desde Babilonia a Grecia, Roma y la importancia que ha tenido en los idiomas que hablamos actualmente”, asegura en entrevista con Excélsior.

Autor de la celebrada novela Estela del fuego que se aleja, del ensayo Naturaleza de la novela, de la tetralogía Antagonía —considerada su obra maestra—, Luis Goytisolo detalla que en los próximos meses saldrá a la luz Chispas, un libro sobre su desencanto por esa sociedad poco informada, y adelanta que durante el discurso que pronunciará hoy hablará de sus vínculos con Carlos Fuentes y otros autores mexicanos.

Hablaré de mi relación con Carlos Fuentes que fue buena, especialmente buena con Juan Rulfo, con Octavio Paz, Sergio Pitol y prácticamente con todos los escritores conocidos de esa época, situación que no me pasa en ningún otro país”.

 

EL CAUTIVERIO EN CARABANCHEL

 

¿Hay algún momento crucial en su relación con Fuentes?, se le pregunta al también autor de El atasco y demás fábulas. “Antes de conocerlo me ayudó y me hizo un favor inmenso. Entonces yo estaba en la prisión de Carabanchel (acusado de actividades subversivas) en la época de Francisco Franco, cuando ya había publicado Las afueras, mientras él hacía campaña en México a favor de los exiliados españoles, especialmente con Max Aub.

Ese trabajo tuvo mucha repercusión en Latinoamérica y en Europa, lo cual probablemente me benefició para salir de prisión tras cuatro meses de encierro, mientras que hubo gente que ahí pasó muchos años”.

¿Cuál es el mayor reto que enfrenta la narración de nuestro tiempo? “Que el lector ponga algo de su parte, en un esfuerzo contrario a lo que sucede con el best-seller, que lo da todo masticado. Yo creo que la tradición literaria en español tiene grandes autores en América Latina y en España; veo gente con talento.

“Pero hoy se lee más best-seller, que en el siglo XIX era el folletín, porque ha conseguido un lugar amplio en una sociedad regida por el mercado, donde este tipo de libros se leen como si hubiera cierta obligación para el lector, pero es un tipo de lectura que no tiene nada que ver con los grandes nombres”.

¿Considera que su más reciente libro, titulado Coincidencias, es un texto en forma de rompecabezas o una trama construida como si fuera un cubo de Rubik? “Es una buena metáfora. Diría que Coincidencias no es una novela, sino una trama que se acerca a la fábula, donde los protagonistas transitan a lo largo (del libro), pero no es tan cómodo.

 

LA “OBLIGACIÓN” DE LA SELFIE

 

Durante la charla, Goytisolo —quien ingresó a la Real Academia de la Lengua (RAE) desde 1995— se remonta a Cervantes y afirma que tanto el Quijote como las Novelas ejemplares son ejercicios de una prosa divertida. Y aunque reconoce que el siglo XVIII trascendió sin creación de gran peso, el XIX fue impulsado por la novela rusa y francesa, con autores como Stendhal, Balzac, Flaubert.

Mientras que el siglo XX le correspondió a la novela estadunidense, después de lo cual apareció el primer mito en torno a la novela. “No hace mucho se decía que el cine iba a derrumbar a la novela, pero no fue así, la novela continúa su camino, pero el cine sí que tiene un panorama difícil”.

¿A qué se lo atribuye? “A que ha aparecido la pequeña pantalla (el teléfono celular) que lo ha perjudicado mucho. Aunado a esto, el cine es casi lo mismo: utiliza un tipo de foto oscura, basada en primeros planos, fogonazos, explosiones. Esto ha cansado a la gente. A mí me da mucha pena ver a actores y a actrices estupendos en películas de hace 10 o 20 años en papeles y seriales que no valen nada, pero tienen que trabajar ahí, no hay otro remedio. La pequeña pantalla ha hundido al cine, lo cual no ha sucedido con la novela”.

¿Esas pantallas están afectando la memoria? “¡Por supuesto! Hoy se ha creado la obligación de la selfie ante cualquier cosa y se toman millones de fotos para una tontería; por ejemplo, cuando te pones delante del Museo del Prado… pero el contenido te importa un bledo. Hoy la gente visita muchos países, pero no se entera de nada. Eso es muy triste y propicia la desaparición del conocimiento, porque todos están en el celular”.

¿Cuál es su mayor preocupación en el terreno de la lengua? “Me preocupa mucho la tendencia a sustituir o adaptar el español con palabras en inglés, sobre todo en el campo de los negocios y la publicidad”.

¿Considera que la lengua española se contraerá? “No lo sé, pero digamos que las novelas son la resistencia de esa contracción”.

¿Mantiene alguna esperanza en las próximas generaciones de lectores? “Yo creo que siempre habrá gente que seguirá leyendo, porque es una forma en que nos interesa conocer el mundo”.

¿Aunque la novela no ha muerto, los lectores sí? “De momento, obviamente se han reducido… porque los lectores de best-seller no cuentan y desde hace mucho cayeron en la trampa de lo muy vendido”.

 

cva

 

Te recomendamos

Tags

Comparte en Redes Sociales