Hacia los archivos sin paredes; desafíos de la pandemia

CIUDAD DE MÉXICO.

En el Archivo Histórico de la Ciudad de México, que resguarda el patrimonio documental de la capital mexicana que data de 1524, trabajaban 60 personas antes de la pandemia, 40 empleados fijos y 20 colaboradores; pero, a diez meses de la emergencia sanitaria que los obligó a cerrar temporalmente, sólo pueden laborar desde casa un máximo de 20 personas.

Éste es uno de los grandes retos que ha enfrentado esta dependencia del gobierno capitalino, comentó ayer la jefa de departamento, Belén Fernández Díaz, en una conferencia virtual, quien aceptó que tuvieron que adaptarse e improvisar, “estar a prueba y error”, ser flexibles, tener nuevos canales de comunicación y resistir, “porque la mayor parte del trabajo requiere hacerse in situ”.

Reconoció que no todos los procesos del Archivo se han podido trabajar desde casa y que algunos, como la restauración y la preservación de los documentos históricos o el escaneo, se tuvieron que detener. “La investigación, la clasificación y la descripción sí se han podido llevar a cabo, así como la difusión”.

En la mesa Los archivos en tiempos de pandemia, organizada por la UNAM, en la que participaron además Miguel Castillo Fonseca, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, y Nelson Pulido Daza, de La Salle Colombia, Fernández Díaz detalló que tuvieron que capacitar a su personal mayor de 60 años que no dominaba el formato digital.

Logramos revisar unos 391 mil 100 registros. Nos dimos cuenta de que tenemos que incorporar las nuevas tecnologías, avanzar hacia la creación de catálogos virtuales, tener planes de emergencia y subir la información a la nube digital”, añadió.

Esta institución fue el ejemplo que ilustró las reflexiones de Pulido Daza, quien urgió en que se debe preparar a los archivistas para los nuevos desafíos de la sociedad. “Tenemos que ajustar la arquitectura institucional y centrarla en el individuo; incorporar en el currículo las habilidades del siglo XXI y preparar mejores maestros para tener mejores profesionales, articulados con la realidad social”, dijo a manera de conclusión de su ponencia.

Castillo Fonseca se centró en analizar el papel que debe jugar el Archivo General de la Nación como guía en la materia en México. “Debe elaborar un Plan Estratégico Archivístico Nacional, integrando las medidas sobre bioseguridad y administración digital de archivos en caso de contingencia”.

El investigador llamó la atención sobre la necesidad de proteger los datos personales y afinar la ciberseguridad y la vigilancia tecnológica para evitar el robo de identidad, el hackeo y el mal uso de la información, pues “existe un vacío legal en esta materia”.

Y destacó que urge además “crear nuevos entornos laborales para el manejo de archivos sin paredes, que jueguen un papel determinante ante los ciudadanos”.