Logo de Excélsior                                                        
Expresiones

Déjame, novela dedicada al clásico “no te vayas”

El telón de fondo del nuevo relato del narrador tepiteño es la nostalgia, a ritmo de bolero, por el Centro Histórico

Juan Carlos Talavera | 28-02-2019
Armando Ramírez nació en la Ciudad de México en 1952. Foto: Quetzalli González
Armando Ramírez nació en la Ciudad de México en 1952. Foto: Quetzalli González

CIUDAD DE MÉXICO.

El lenguaje de los barrios populares también es literatura”, dice a Excélsior el escritor mexicano Armando Ramírez (Ciudad de México, 1952), quien publica Déjame, su más reciente novela, creada con una mezcla de nostalgia por la ciudad, una memoria que evoca el pasado prehispánico, sus vestigios, los rastros de los barrios y el amor.

En una parte del libro yo digo que soy la lengua… la lengua que nos heredaron los españoles, un español muy vivo y rico que en cada país tiene su propio vocabulario, porque lo llenamos de riqueza. No olvides que la Ciudad de México ha aportado palabras desde el caló”, comenta el afamado autor de Chin Chin el teporocho, Noche de califas, Quinceañera, Violación en Polanco y Tepito.

Un ejemplo está en la palabra fifí, que refiere a ese cuate riquillo y presumido; o chairo, que era ese cuate que se hacía una chaira.  “Son palabras de barrio que cada rato renuevan el lenguaje. Así que el español está vivo, es intenso y no deja de producir nuevos giros y sentidos. Eso es lo que me ha aportado la escritura y el hecho de vivir en Tepito”.

Imagen intermedia

 

Sin embargo, el también cronista y autor de La crónica de los chorrocientos mil días y Bye, bye, Tenochtitlan, que nació en el corazón de Tepito, reconoce su nostalgia por la ciudad de los años 60 y 70.

Dicen que la nostalgia está en el recuerdo de uno. Yo crecí a ocho calles del Palacio Nacional, en Tepito, que es el centro Histórico, nada más que nos discriminaron y nos pusieron como perímetro B. Pero en realidad ahí está la Casa del Obrero y el domicilio donde murió, por ejemplo, José Guadalupe Posada.

Pero es cierto, el barrio ya no es lo mismo de antes y eso se acabó cuando la Asamblea de Representantes modificó la ley y autorizó que cualquier lugar habitacional del Centro Histórico pudiera ser utilizado como comercio.

Un ejemplo claro está en el edificio de la calle Aztecas esquina con Costa Rica, donde hace unas décadas había 80 familias, pero hoy ya son 20 familias y 60 bodegas. “La realidad es que Tepito se está despoblando y llega gente de otras partes. Yo siento que los gobiernos han abandonado el barrio para que se vuelva tan decadente y así toda la gente se vaya”.

Con Déjame, Armando Ramírez se vuelve a ocupar de su primer amor: el Centro Histórico, ese espacio de tres capas y mil enigmas. “Porque he podido ver cómo es que conviven tres culturas en un mismo espacio, la prehispánica con el Templo Mayor y sus descubrimientos que nos llevan hasta San Ildefonso, y todo ese rollo de los concheros que tratan de revivir lo azteca como una afirmación del mundo prehispánico.

Pero también esa gran presencia de la cultura novohispana, con su inmensa cantidad de edificios barrocos, conventos y palacetes que puedes ver cotidianamente; y, claro, todo el México contemporáneo. Créeme que a mí me asombra mucho esa convivencia del ser mexicano”.

Pero antes de continuar, el también cofundador del colectivo Tepito Arte Acá, quiere aclarar que él no se siente el heredero de un pueblo vencido ni conquistado. “Mucho se dice que los aztecas son los vencidos por los españoles con ayuda de tlaxcaltecas, xochimilcas y texcocanos. Yo digo que tenemos abuelos españoles y aztecas. Así que no somos conquistados. Yo creo que hay que quitar ese síndrome de la conquista y del complejo de inferioridad. Tampoco estoy de acuerdo en referirme a España como la madre patria; en todo caso, somos como primos hermanos de los españoles, pero no sus hijos”.

En esta novela, Ramírez se apoya en esa palabra que resume la distancia y la extrañeza entre un hombre y una mujer. “Es una palabra que me llamaba la atención porque se dice ‘déjame’, pero en realidad tiene un tono de “no te vayas”. Es como en los boleros que llenan la atmósfera de este libro, de esa música romántica contemporánea que cuenta ese tipo de historias que son muy del romanticismo latinoamericano”.

Y recrea la historia entre un personaje —que podría ser el autor— y una mujer llamada Lucía Buñuel, en quien descubre una tensión emocional que resume la relación conflictiva entre dos culturas que no terminan por reconciliarse, mientras recupera fragmentos de la historia del México antiguo y contemporáneo, donde rescata su pasión por el habla de la gente.

Por último, el autor desmintió que tuviera algún problema grave de salud, como circuló en redes sociales hace unas semanas. Sin embargo, reconoció que enfrenta un padecimiento en dos vértebras, lo que le impide tener la movilidad habitual, pero ya se encuentra en tratamiento.

 

cva

 

Te recomendamos

Tags

Comparte en Redes Sociales