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Expresiones

Curador de realidad virtual ve mundos posibles

Javier Rodríguez López propicia una experiencia diferente entre el ciberespectador y la obra de arte, inspirado en la tecnología

Virginia Bautista | 04-10-2020
Ilustración: Horacio Sierra
Ilustración: Horacio Sierra

CIUDAD DE MÉXICO.

Con las teclas de navegación y el mouse, el espectador puede acercarse ahora a las obras de arte, rodearlas, verlas desde arriba o desde abajo, regresar a los detalles, detenerse en las texturas y pliegues, disfrutar lentamente de los colores y leer la ficha técnica. No como si estuviera en un museo físico, sino más cerca, más íntimo.

La utilización de los recursos digitales para crear una experiencia de gozo estético diferente entre el usuario, las obras y los artistas es un ejercicio que se ha vuelto relevante a partir del cierre de los museos durante cinco meses, debido a la emergencia sanitaria por la pandemia, y ha detonado la museografía y la curaduría virtuales, “que ya se practicaban de manera más experimental, pero ahora se han puesto de moda”, dice.

Explorador y creador de lo que llama nuevos mundos posibles, el curador y museógrafo de realidad virtual Luis Javier Rodríguez López explica en entrevista con Excélsior que la inspiración viene de dos áreas: la cultura popular y la ciencia.

En la cultura popular hay experiencias digitales muy ricas, como los videojuegos. Las grandes plataformas de comunicación han demostrado que hay maneras de conectar muy profundamente con el espectador. Los diseñadores de videojuegos tienen experiencia artística. Es una práctica importante, hay mucho dinero, pero está limitada por los objetivos del entretenimiento”, afirma.

Quien estudió mercadotecnia y la especialidad en cine digital está convencido de que “cuando se busca el contenido estético y la experiencia artística, tenemos que aprender de estas industrias, sus técnicas de inmersión, cómo arman sus narrativas, la manera en que utilizan la luz y el elemento sorpresa, cómo estimulan constantemente al espectador”, agrega.

Dice que la ciencia enseña caminos innovadores, porque “ha usado los recursos digitales para visualizar contenidos complicados, como las relaciones dentro del cerebro o convertir los modelos matemáticos en piezas visuales y gráficas. Debemos aprender de estos campos para que el público tenga acceso a las obras de arte, y los artistas a la tecnología para hacer sus obras”.

El también publicista y diseñador detalla que el reto principal de la curaduría y la museografía virtual es entender la obra de arte y lo que la gente obtiene al contemplarla; además de hacerla accesible en un espacio digital, para que se pueda interactuar con ella desde un dispositivo electrónico.

No es la misma experiencia que en una sala de exposiciones. Para presentar una muestra en el mundo digital se debe elegir bien la obra, porque no todas las piezas se pueden traducir adecuadamente, y entender la tecnología para que esa experiencia sea más rica.

El museógrafo digital tiene que perfeccionar esta experiencia, manteniendo los conceptos de los artistas y conjuntándolos en el espacio virtual, de manera que se conserve su voz, se amplifique y se contextualice”, añade el investigador.

Un ejemplo del trabajo del maestro en Estética y Arte por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla es la exposición Nuevos mundos posibles, primera en realidad virtual del proyecto COMM-POST, para la que convocó a 19 artistas de 12 países a “explorar posibilidades a partir de una falla en el sistema y responder cómo el ser humano interactuaba con su entorno hasta que algo rompió su modo de vida”.

A esta convocatoria acudieron artistas de Indonesia, Australia, Filipinas, Guatemala, Chile, Estados Unidos, Canadá, Irlanda, Sudáfrica, Nigeria y México, entre quienes destacan Chucks Brothel, Orson Heidrich, Yurex Omazkin, Gabriel Rodríguez, Stacie Ant, D. Denenge Duyst-Akpem, Luis Campos, True, Juliane Foronda, Ryan Clayton y King Debs. La exposición virtual se podrá ver hasta el 30 de octubre.

Se trabajó desde los bocetos con el artista, se crearon tablas Excel, réplicas del objeto. La obra de los creadores digitales sólo se adaptó al sistema de exhibición. Fue un trabajo en equipo en el que se descubren redes y comunidades, muy plural y de amplitud de voz. Al mundo le hacía falta estar más conectado, más consciente y participativo”, comenta Javier Rodríguez.

El también videoasta indica que tanto los artistas como el público son pioneros en esto; y adelanta que actualmente trabaja un proyecto con el Museo de Arte Popular, además en la exposición Nuevas fronteras de la abstracción, que se exhibirá en noviembre.

Con la pandemia se aceleró la manera de generar contenido y consumirlo. Los museos ya lo sabían desde años antes, el confinamiento sólo vino a dar celeridad a los proyectos que tendieron puentes singulares entre ellos y sus públicos”, concluye.

 

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cva

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