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Expresiones

Cervantes y Camões, vidas paralelas

Nobles arruinados, soldados y aventureros. Rasgos que marcaron las vidas paralelas de dos pilares de la literatura universal: el portugués Luís de Camões y el español Miguel de Cervantes

EFE | 22-01-2019
 El autor de Os Lusíadas y el autor de El Quijote no se conocieron en persona. Cervantes murió en 1616. Luís de Camões, en 1580. Imagen: Especial
El autor de Os Lusíadas y el autor de El Quijote no se conocieron en persona. Cervantes murió en 1616. Luís de Camões, en 1580. Imagen: Especial

LISBOA.

Nobles arruinados, soldados y aventureros. Rasgos que marcaron las vidas paralelas de dos pilares de la literatura universal: el portugués Luís de Camões y el español Miguel de Cervantes, homenajeados ayer.

La azarosa peripecia de Cervantes (Alcalá de Henares 1547-Madrid 1616) lo llevó a Lisboa a finales del siglo XVI, tras perder un brazo en la batalla de Lepanto y sufrir cautiverio en Argel. Buscaba entonces el favor de corte de Felipe II, instalada en la localidad lusa de Tomar.

Por desgracia para él, y por fortuna para la literatura, no tuvo suerte, recordaron ayer expertos cervantistas en un acto celebrado en el Instituto Camões de Lisboa.

Su mala estrella lo obligó a volcarse en la escritura y, a la postre, terminó por convertirlo en el más grande autor en letras hispanas.

Camões (Lisboa 1524-1580) también fue soldado y aventurero, y aunque no conoció a Cervantes era, sin saberlo, admirado por el autor de El Quijote.

Las vidas y obras de ambos fueron objeto de un profundo debate durante un congreso organizado en Portugal en 2016 que se tradujo en un libro de ensayos, Camões y Cervantes, contrastes y convergencias, presentado ayer en la capital lusa.

Camões fue, según el escritor portugués Helder Macedo, “pionero de la moderna conciencia universalista”, mientras que Cervantes aparece como “el pintor de Lisboa” en el ensayo de Carlos Alvar. Los textos subrayan que el autor de Os Lusíadas —epopeya sobre Vasco da Gama— llegó a escribir en español mientras que Cervantes residió en Lisboa, entre 1581 y 1583. Dos años en los que disfrutó de los días y las noches portuguesas: “Para fiestas, Milán; para amores, Lusitania”, llegó a escribir.

Los lisboetas, describió, “son agradables, corteses, son liberales y son enamorados, porque son discretos; y que la hermosura de sus mujeres admira y enamora”.

Portugal “hizo escritor a Cervantes, porque si le hubieran dado el trabajo que buscaba, hubiera sido un burócrata”, apuntó el director del Instituto Cervantes en Lisboa, Javier Rioyo.

El autor de Novelas ejemplares “leía en portugués, y no sabemos si hablaba portugués o portuñol”, bromeó Rioyo. “Tenía admiración por Camões y dejó recuerdos de su Portugal en Los trabajos de Perfiles y Segismunda. Habla de Portugal con pasión”, recordó el director del Instituto Cervantes, el escritor español Luis García Montero.

Cervantes y Camões, según García Montero, compartieron experiencias vitales que se tradujeron en visiones sobre una sociedad justa. “Conocer la cultura española de la mano de Cervantes y la portuguesa de la mano de Camões es esencial”, añadió.

El homenaje conjunto demuestra, afirmó, la importancia de impulsar “la colaboración y la hermandad entre estas dos lenguas”. En el marco de esa colaboración, dijo García Montero, el Instituto Cervantes pone a disposición del Instituto Camões sus instalaciones en el mundo para difundir el portugués.

 

cva

 

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