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Expresiones

Luisa Josefina Hernández, revelan secreto literario

Reúnen las memorias de la narradora y dramaturga, quien aún tiene textos inéditos y no ha editado sus obras completas

Juan Carlos Talavera | 30-05-2016

CIUDAD DE MÉXICO.

La narradora y dramaturga Luisa Josefina Hernández (Ciudad de México, 1928) es una joya de la literatura mexicana del siglo XX, un secreto de las letras mexicanas que aún no ocupa el lugar que merece. De ahí que su obra espere lectores de nuestro tiempo, otros montajes que la rescaten del silencio, la edición de su obra completa y la publicación de textos inéditos como: las novelas El ojo en el cielo y El parentesco, sus Epístolas demenciales y una serie de diálogos.

Así lo revela en el libro Memorias, compilado por el dramaturgo David Gaitán, quien dice a Excélsior que se trata de un retrato íntimo de la autora que, en noviembre próximo, cumplirá 88 años; un encuentro donde la ganadora del Premio Xavier Villaurrutia (1982) y Nacional de Ciencias y Artes en el área de Literatura y Lingüística (2002) habla, por primera vez, de su iniciación en el teatro y la relación amistosa que sostuvo con Juan Rulfo, Sergio Magaña, Emilio Carballido, Jorge Ibargüengoitia, Seki Sano y Guillermina Bravo.

También habla sobre el feminismo, su teoría dramática, las telenovelas, la creación literaria, la autopromoción, sus traducciones y complicidades, sus cuatro décadas como maestra en la UNAM, sus insatisfacciones, sus maestros, alumnos y diferencias con James Joyce y Marcel Proust… Todo en un esbozo autobiográfico para los apasionados del teatro y la literatura honesta, en la voz de una de las más brillantes intelectuales de México.

La primera aduana del libro recae en los orígenes de la autora de Aguardiente de caña, donde afirma que su acercamiento al teatro sucedió a los cuatro años.

Entonces pensaba que eso era parte de la vida dominical de cualquier niño. “Hasta mucho después caí en la cuenta de que eran muy pocas las niñas que hubieran visto tanto teatro. No reflexioné inmediatamente que el teatro era literatura y, como tal, requería de un dramaturgo… (Así que) el teatro iluminó mi niñez sin que yo cayera en la cuenta”.

Un rayo inacabado

Publicado por Ediciones El Milagro, “Memorias. Luisa Josefina Hernández” nació como un proyecto del editor y dramaturgo David Olguín, apoyado en la relación literaria y familiar entre Josefina Hernández (abuela) y David Gaitán (nieto): una conversación epistolar que por ahora sólo se vende en la VI Feria del Libro Independiente, y en un par de meses llegará a todas las librerías de México.

¿Cómo definir a esta dramaturga?, se le inquiere a Gaitán. “Sin proponérselo como un objetivo fundamental, terminó siendo un parteaguas para generaciones en cuanto a dramaturgia, voces latinoamericanas, el teatro, la narrativa y como mujer; un personaje fundamental del siglo XX”.

¿Está su obra bien valorada? “Te diría que mucho menos de lo que merece, porque tiene tanta obra que es complicado que se conozca toda; eso es sinónimo de que aún hay mucho por descubrir”.

¿Por qué su obra Oriflama no se ha montada hasta ahora? “No tengo una respuesta. Se me ocurre que no es un material fácil, sino desafiante, lo que implica un espacio complicado para los creadores”.

¿Algún día se publicará su novela El rayo verde? “No lo creo porque es una novela inacabada. Eso será decisión de ella. Pero si no le satisface, pienso que no. Lo interesante de esto es que somos testigos del rigor en su técnica, al punto que se plantea la existencia de un material que no le gusta y que quizá nunca quedará listo”.

¿Ocupa el lugar que merece en el panorama de las letras mexicanas? “No el que merece. Ella es una piedra angular de la literatura mexicana del siglo XX, por sus aportaciones narrativas, lo vasto de su obra y el contexto en que la realizó. Me parece que tienen que colocarla junto con otros escritores determinantes de la literatura mexicana”.

Vulgaridad inenarrable

A continuación algunas ideas escritas por la narradora, dramaturga y traductora, de quien en 2014 la Compañía Nacional de Teatro estrenó Los grandes muertos, compuesta de seis obras que recrean una saga familiar que recorre más de un siglo:

Sobre la escritura: “Escribir ha sido seguir un instinto, sin reflexionar demasiado al respecto. Me ha dado satisfacciones, pero no me ha librado de los malos ratos. Por ejemplo, las malas puesta en escena”.

Los montajes de su obra: “Son por lo general insatisfactorios, noventa y nueve por ciento queda por debajo del texto; hay algunos que van en contra del texto. En suma, los textos están sujetos a toda clase de aberraciones…”.

El lenguaje: “Yo, a plena conciencia, elegí un lenguaje neutro que sirva para comunicar.”

Las telenovelas: “… te diré que han alcanzado un gran momento comercial de vulgaridad inenarrable.”

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