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PGJ CDMX revela archivos del delito

Más de siete millones de objetos, como la ropa de La Mataviejitas o el mensaje póstumo del Caníbal de la Guerrero, son resguardados desde 1997 en el almacén de Bienes Asegurados, ya que sirven como elementos para condenar o exonerar a presuntos criminales

Gerardo Jiménez | 22-10-2018
La bata roja y el llavero con una foto de luchadora, con el que fue capturada Juana Barraza, La Mataviejitas. Fotos: David Solís

CIUDAD DE MÉXICO.

Colillas de cigarro, revolvedoras de cemento, cuadros al óleo de Martha Chapa, la bata roja y el llavero con una foto de luchadora, con el que fue capturada Juana Barraza, La Mataviejitas, o el mensaje póstumo que escribió antes de ahorcarse en su celda, José Luis Calva Zepeda, El Caníbal de la Guerrero, forman parte de los siete millones de objetos que alberga el almacén de Bienes Asegurados de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México.

En este almacén se resguardan todos los objetos que han sido asegurados por el Ministerio Público en su investigación; tenemos de todo, desde colillas de cigarro, todo se va resguardando; tenemos objetos voluminosos, muebles, electrónicos, computadoras; tenemos un área de cinco mil metros cuadrados  y, bajo resguardo, siete millones de objetos”, dijo David Reynoso Mendoza, director ejecutivo de Bienes Asegurados  de la Procuraduría General de Justicia capitalina.

En entrevista con Excélsior, Reynoso Mendoza agregó que este inmueble comenzó a funcionar desde 1997 en diferentes sedes; primero en un inmueble de la colonia Doctores, posteriormente, en las instalaciones de la PGJ de Iztapalapa, hasta que se establecieron sobre avenida Jardín, en la colonia del Gas, en la alcaldía Azcapotzalco.

 

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Las armas con las que se han cometido robos y homicidios también se resguardan en el almacén de Bienes Asegurados. 

 

En esta media hectárea de almacén, la más grande de Latinoamérica, la Procuraduría de Justicia ha distribuido, en diversas áreas, todos los elementos de prueba que han servido para condenar o exonerar a personas de delitos cometidos, como una de electrónicos, donde hay cerca de 40 mil teléfonos celulares reunidos, desde modelos antiguos, hasta los de gama alta.

Así como una bóveda de narcóticos, donde existe, dentro de sus embalajes, un paquete de 700 mililitros de cocaína líquida, resguardado con las máximas medidas de seguridad, el cual es llamado El bebé, que fue extraído a una mujer de origen colombiano, quien falleció al trasladar la droga en el estómago, guardada en condones.

 

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Obras de arte de autores famosos y desconocidos forman parte del inventario que conserva la PGJ de la CDMX. Fotos: David Solís

 

VESTIDOS PARA MATAR

El director ejecutivo de Bienes Asegurados  de la PGJ de la ciudad va diseccionando con el dedo una serie de objetos que se encuentran sobre una plancha de concreto, como si se tratara de una venta de garaje, pero no es ropa de segunda mano, son prendas que fueron utilizadas por asesinos como Juana Barraza, La Mataviejitas, José Luis Calva Zepeda, El Caníbal de la Guerrero, y amuletos, como una pata de guajolote con incrustaciones y lentes usados por Francisca Zetina, La Paca, durante su detención.

De este lado, tenemos algún otro folleto de él, José Luis Calva Zepeda era el nombre completo. Un mensaje que escribió antes de suicidarse, si se dan cuenta en la redacción, él como que se está despidiendo de una persona, como que se estaba ya despidiendo como previendo lo que iba a realizar”, explicó Reynoso.

 

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En el almacén de la Procuraduría, ubicado en la alcaldía Azcapotzalco, conservan toda clase de objetos en considerables cantidades, desde colillas de cigarro, hasta tanques de gas, lavadoras y teléfonos celulares. Foto: David Solís 

 

En otro extremo, está una bata de color rojo, resguardada en este lugar más de 12 años, junto con un llavero y un estetoscopio, indumentaria de La Mataviejitas.

Esta bata roja corresponde a aquel asunto de La Mata Viejitas. Juana Barraza, quien actualmente se encuentra recluida, en el momento en el que se le detuvo, traía esta bata roja, es como un abrigo, usaba también el estetoscopio, recordarán que ella se hacía pasar por enfermera, por asistentes social,  y engañaba a los adultos mayores”, rememoró el funcionario.

 

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Entre otros tantos objetos, el almacén de la PGJ archiva piezas de arte que han sido requeridas en investigaciones de delitos. Foto: David Solís 

 

ENERGÍAS

El Área de Destino Final llama la atención por el altar a la virgen de Guadalupe y la serie de santos que la flanquean, pero hay uno en particular que podría ser el patrono de este almacén del delito, es San Pafnuncio, muy socorrido por los asistentes, quienes, en este mar de objetos, a veces necesitan de un milagro para encontrar algún objeto que puede ser requerido en cualquier momento por un juez.

Un día teníamos un requerimiento de un juez, que ya tenía muchos meses que no podíamos encontrar una moldura, y en una de ésas, uno de los licenciados trajo una imagen y dijo: ‘Récenle y van a ver que van a encontrar su bien que andan buscando’, y al día siguiente encontramos nuestro bien que necesitábamos”, relató el asistente David Ponce Medina.

Este hombre de bata color caqui se pone nervioso y trata de minimizar las historias sobrenaturales que se cuentan en este lugar, pero afirma que de ellas se habla mucho; finalmente, aseguró que todos estos objetos tienen energías, y que la mayoría son negativas.

 

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Las autoridades preservan siete cajas de objetos relacionados al caso de El Caníbal de la Guerrero, uno de los más emblemáticos. Foto: David Solís 

 

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