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Comunidad

Madre e hija contra el Covid desde su trinchera

Teresa es uno de los 14 mil 148 trabajadores sindicalizados de limpia de la Ciudad de México; ella y su hija Catherine, médico y especialista en colposcopia, luchan cada una desde su trinchera contra la pandemía

Abraham Nava | 07-06-2020
Teresa tocando a las puertas para recoger la basura y Catherine recogiendo las preocupaciones y necesidades de las mamás doctoras, no han detenido su labor. Foto: Cortesía

CIUDAD DE MÉXICO

Teresa Morales, de 50 años, trabajadora de limpia de la Ciudad de México, no lo duda: los médicos son héroes en esta pandemia del coronavirus. “Pero siento que también habemos otro tipo de héroes que no traemos bata blanca; quizá nuestra bata está percudida, sucia, apestosa, pero también aquí estamos.”

Sin ellos, asegura, los hogares de los mexicanos serían un mayor foco de infección. “La basura, de plano no, aguanta dos días, porque ya se echó a perder, así como nos echamos a perder cuando nos morimos, la basura es peor.”

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Teresa es una de los 14 mil 148 trabajadores sindicalizados de limpia de la Ciudad de México que, junto con otros diez mil voluntarios, se encargan de recolectar 13 mil toneladas de basura cada día, de acuerdo con el Inventario de residuos sólidos de la Ciudad de México.

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PROTECCIÓN CONTRA EL CORONAVIRUS

Para protegerse, Teresa recurre a los consejos de su hija. “Mi hija es la doctora Catherine Vargas Morales, su carrera salió de aquí, por eso yo estoy tan contenta, tan orgullosa de este trabajo; ella está más cerca de todo este tema (del coronavirus), y ella es la que me proporciona toda la información y me da el material para protegerme”.

Catherine, de 31 años, al igual que su madre, hace frente al coronavirus desde su trinchera. Es especialista en colposcopia y, aunque no está atendiendo a pacientes en este momento, es coordinadora de la asociación Mamás Doctoras en la zona norte de la Ciudad de México, además tiene su propio consultorio.

Mamás Doctoras es un grupo conformado por 13 mil 500 mujeres aproximadamente, mujeres mexicanas, médicos y que cumplen con la característica de ser mamá; en un principio fungía como una sociedad altruista; sin embargo, por las condiciones de la pandemia en este momento salimos a buscar ayuda para poder llevarla a nuestras compañeras médicas y para nuestros compañeros, todo el personal de salud”, señala

Teresa va tocando puertas para recoger la basura y Catherine recogiendo las preocupaciones y necesidades de las mamás doctoras, no han detenido su labor en los 101 días que el coronavirus lleva afectando a los mexicanos. Cathy, como le dice Teresa de cariño, sabe que la labor de su madre es igual de importante.

Yo le decía: ‘Mamá, mucha gente no valora tu trabajo, no sabe del riesgo al que estás expuesta’; ella siempre es muy animosa, siempre tiene una respuesta para tratar de controlar mis miedos. A final de cuentas creo que yo tengo una doble preocupación, la de saber el riesgo exponencial en el que ella está y el saber las posibles complicaciones con las que pudiera terminar”.

La Güera”, como le dicen los vecinos, con cubrebocas, goggles, guantes y los consejos de su hija peina todos los días la zona que le encargaron, en la colonia Palmatitla, desde el pasado 16 de abril, su compañero Félix era parte de los grupos poblaciones con riesgo de contagio. Pero él ya no regresará, el 10 de mayo le notificaron que había muerto por un paro respiratorio. No saben si fue por covid-19.

Tengo temor, pero a la vez también tengo la certeza de que en algún momento nos va a tocar (morir), por el único motivo que no me gustaría morir en estos momentos es porque tengo a mis padres enfermos, vulnerables y tengo un hijo vulnerable.” El hijo de Teresa tiene 22 años y padece hipertiroidismo, lo que provoca que su sistema inmune esté siempre bajo.

Teresa y su hija están en constante contacto, pues viven una al lado de la otra, pero para mantener la sana distancia y protegerse una a la otra hablan a través de la barda de su casa, cuando va acompañada de su hijo menor, Renata su nieta saca una pistola de agua y traviesamente los moja, un momento de diversión en familia.

Estoy muy orgullosa de mi mamá”, dice Cathy. “Le agradezco todo el esfuerzo, todos los sacrificios, todas las lágrimas que ha derramado por mí; mis hermanos y yo la necesitamos, necesitamos que esté sana para nosotros”.

Teresa no planea dejar su puesto en el departamento de limpia, toma precauciones cada que recibe una bolsa o cuando le dicen que en tal o cual casa hay un enfermo o alguien que murió por covid-19.

Teresa Lleva 20 años viviendo de ese trabajo, que comparte con Francisco, su compañero de vida. En diciembre pasado se graduó de la licenciatura en derecho por la UACM, plantel Cuautepec, aunque al principio quería estudiar medicina, influenciada por la labor de su hija. Su tesis está en pausa por la contingencia. 

Es una escuela que muchas personas decían: ‘Esa escuela que no sirve’. Yo pienso que no es la escuela, es el alumno el que hace la escuela, Tengo varios compañeros que tienen buenos trabajos, que estamos laborando, que nos han llevado a diferentes lugares; pero yo digo: ‘llegar a esta edad a una universidad y haber culminado’, entonces que me digan esas personas por qué no sirve esa universidad”.

Así es como muchos vecinos de Palmatitla, en la alcaldía Gustavo A. Madero ignoran que La Güera que les grita ‘la basura’ trabaja actualmente en su tesis sobre discriminación racial y también está inscrita a una maestría en Derechos Humanos.

 

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*brc

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