CIUDAD DE MÉXICO.
Habitantes del municipio de Nicolás Romero en el Estado de México pidieron ayuda a las autoridades federales para frenar la instalación de gaseras clandestinas en la zona las cuales aseguran se duplicaron durante la pandemia.
Señalaron que temen por su integridad ya que estos lugares incumplen con las medidas de seguridad e incluso venden el energético en pipas, lo que representa una bomba de tiempo.
Lo que hemos investigado es que el gas que venden es robado, lo ordeñan de los ductos de PEMEX y así, sin control alguno lo venden, imagina el riesgo en el que estamos. Cada uno de esos lugares paga al municipio para trabajar fuera de la ley y ese dinero se está invirtiendo en la campaña del alcalde que busca reelegirse”, alertó Manuela Castrellón, habitante de la colonia Ampliación Granjas de Guadalupe.
Al respecto, la asociación civil Conciencia Ciudadana señaló que desde noviembre del año pasado alertaron al presidente municipal, Armando Navarrete y al encargado de la Dirección de Operación de Protección Civil estatal, Samuel Gutiérrez de por lo menos 20 puntos de venta que no cuentan con las instalaciones adecuadas, ni seguras para operar.
Sin embargo, aseveran que los funcionarios municipales y estatales han hecho oídos sordos por lo cual pidieron la intervención de la federación.
Es un peligro latente en el que vivimos, aquí todo el día huele a gas porque surten los tanques pequeños y grandes desde las salchichas, ni siquiera tienen un lugar establecido, lo hacen en cualquier lugar. Las autoridades ya tienen toda la información, los datos que le hemos entregado y no se que esperan para clausurar o iniciar una investigación al respecto”, concluyó Israel Santana.
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