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Maradona, el 'rockstar' del futbol

Carlos Meraz | 10:04
https://cdn2.excelsior.com.mx/media/pictures/2017/06/06/play_logo.jpg Carlos Meraz

En la vida, lejos de las canchas, ha jugado con excesos como un auténtico rockstar. En el futbol es considerado, por algunos, un artista del balompié mundial y, por otros, simplemente un drogadicto con ideología comunista. Sus declaraciones, como su educada zurda, son de una escandalosa contundencia y dejan boquiabierto a cualquiera. Pero para Argentina él es mucho más que un mediocampista fuera de serie, es la encarnación de la catarsis, del mito viviente, es "el Carlos Gardel de la pelota", el D10s bonaerense del deporte: Diego Armando Maradona.

El Pelusa ha forjado su leyenda a punta de centellantes gambetas e inconcebibles goles para un "petiso y tonel regordete", como alguna vez lo calificó el afamado portero del Boca Juniors, Hugo “El Loco” Gatti, que profetizó que el astro del Argentinos Juniors nunca le metería un gol... al enfrentarse, en el Estadio de Vélez, no le propinó uno sino cuatro tantos al arquero xeneize. Aquella memorable tarde, del 9 de noviembre de 1980, con la humillación a la todopoderosa escuadra se gestaría su inminente fichaje al Boca, el club de sus sueños.
 
El miedo escénico no lo conoció ni siquiera cuando era la escuálida estrella infantil de Los Cebollitas del barrio de chabolas de Villa Fiorito, donde la miseria y las privaciones familiares en el epicentro del fracaso socioeconómico contrastaban con sus éxitos cancheros y la abundancia de goles en beneficio de los compañeros del club. 
 
El futuro ariete del Boca, del Barcelona, del Nápoles, del Sevilla, del Newell’s Old Boys y obviamente de la Selección Argentina, aún no era ese bulldog que no se achicaba ante ningún rival, que se crecía ante el dolor y que era una inspiración en cualquiera de los vestidores en los que militó, pero incluso ya de chaval se vislumbraba dándole a su gente una Copa del Mundo.
 
"Crecí en un barrio privado de Buenos Aires. Privado de agua, privado de luz, privado de teléfono", dijo en alguna ocasión.
 
Maradona sí se puede vanagloriar de ser profeta en su tierra, donde no tiene hinchas sino feligreses de su iglesia maradoniana —un culto que sólo se puede comparar al de Elvis y su secta presleyteriana— pero además cuenta con otros fieles devotos en el circuito del rock, como sus rockeros compatriotas Andrés Calamaro, Charly García y Fito Páez, cronistas incondicionales de sus hazañas deportivas.
 
Indiscutiblemente la canción más sensible y conocida jamás escrita en torno al Pibe es La mano de Dios, homónima al disco póstumo de “El Potro” Rodrigo, un cuartetazo en el que el desaparecido cantante argentino (fallecido el 24 de junio de 2000) hace una apología de virtudes y defectos que enaltecen su leyenda. 
 
"(Es) el tema más lindo que me hicieron y me harán. Lo escucho y lloro... Lo sé de memoria", advirtió Maradona.
 
Carga una cruz en sus hombros / por ser el mejor, / por no venderse jamás / al poder enfrentó. / Curiosa debilidad, / si Jesús tropezó, / por qué él no habría de hacerlo. / La fama le presentó / una blanca mujer / de misterioso sabor / y de prohibido placer, / que lo hizo adicto al deseo / de usarla otra vez / involucrando su vida. Y es un partido que un día / el Diego está por ganar...
 
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Al culto del mito se ha sumado su amigo Andrés Calamaro, cuya admiración redundó en dos canciones contenidas en el álbum Honestidad brutal (1997), donde el otrora líder de Los Rodríguez le dedicó el tema Maradona y lo invitó a un dueto con la ranchera Hacer el tonto, que se dice la grabaron totalmente desnudos.
 
Aunque es un declarado partidario del River Plate, Charly García es otro que ha honrado su gloria musical con El Maradona blues, un homenaje incluido en el disco Convocatoria 2 del artista Claudio Garbis, en el que el célebre músico del bigote bicolor plasmó el fervor hacia el ídolo, al extremo de perdonarle todo "pecado", como aquel desliz con la cocaína que tambaleó su carrera deportiva.
 
Pese a no ser partidario del Boca Juniors sino del Rosario Central, Fito Páez es otra celebridad que le compuso una melodía a la más grande estrella deportiva de Argentina, como muestra su tema Y dale alegría a mi corazón, del álbum Tercer mundo (1991).

A la vasta lista de reconocimientos musicales se suman, entre otros, Los Piojos, con MaradóLos Calzones, Yo te sigoLos CafresCapitán Pelusa; Ricky MaravillaLa pelota (El baile del rey)Los Ratones Paranoicos, Para siempre; los franceses de Mano NegraSanta Maradona, y el español Joaquín SabinaDieguitos y Mafaldas.

El indiscutible 10 de Argentina dejó claro que un pueblo abatido por dictadores requiere de héroes emergentes del ámbito que sea, algo que él pudo materializar en la histórica revancha contra el imperio británico, tras la derrota bélica por las Islas Malvinas, mediante una hazaña deportiva con dos portentos de goles a Inglaterra en los cuartos de final de la Copa del Mundo México 86: el primero, en un acto marrullero que, al describirlo como "La mano de Dios", lo convirtió en una genialidad, y el segundo, en un despliegue de protagonismo, donde dejó claro que él solo podía luchar y vencer ante media escuadra británica.

Maradona como Morrison, Hendrix y Cobain se pavoneó por el cielo de los consagrados y también deambuló por el infierno de las drogas, con la pequeña gran diferencia que vivió para contarlo. 

"Con mi enfermedad yo di ventajas. ¿Sabés qué jugador hubiese sido yo si no hubiese tomado droga?", sentenció en alguna ocasión, tras decir que "le cortaron las piernas" por su doping positivo en el Mundial de Estados Unidos 94.

Su enseñanza y legado han quedado plasmados en una célebre frase suya, qué pasó de declaración de principios a primer mandamiento del decálogo de su "religión", que sentencia: "Yo me equivoqué y pagué... pero la pelota no se mancha", afirmó durante su homenaje.

Eso es lo maravilloso del futbol y la moraleja de Maradona... que cualquier pibe por humilde que sea —sin condiciones físico-atléticas determinadas o extraordinarias, pero sí con inquebrantable decisión— puede soñar con llegar a ser una estrella mundial y hasta tocar la gloria... pese a ser un “petiso y tonel regordete”. 

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Aclaración: El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.

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