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Despojo intelectual

Luis Manuel Arellano Delgado | 12:16
https://cdn2.excelsior.com.mx/media/pictures/2016/06/07/ladooscuro_header.jpg Luis Manuel Arellano Delgado

 

La llamada Cuarta Transformación no ha podido proyectarse como alternativa ideológica frente a las élites intelectuales, que sistemáticamente la descalifican con críticas académicas y periodísticas.

Contra el monopolio del pensamiento, los argumentos y la “razón” del Estado histórico que esa cofradía monopoliza porque considera suyos, la 4T carece de una estrategia articulada que proyecte su alteridad.

De hecho, en Palacio Nacional creen tener el respaldo de pocos intelectuales. Es absurdo que no puedan percatarse de las abundantes voces críticas preparadas en la academia y en la ciencia que defienden el cambio impulsado, a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador no los escucha; la estridencia de las mañaneras opaca las contribuciones que esas mujeres y hombres podrían ofrecer al debate académico y en general a la discusión pública respecto al rumbo del país.

A diario el presidente López Obrador enfrenta desde su pragmatismo y sentido común los nichos cultivados en la corrección, el purismo y la erudición. Parece disfrutarlo, por cierto. Pero más allá de que el mandatario reclame su derecho de réplica ¿quién defiende orgánicamente la viabilidad de su gobierno en el plano conceptual e intelectual? Desafortunadamente para la 4T la “defensa” de su ambicioso proyecto de cambio quedó en manos de youtubers e improvisados influencers incapaces de discutir con solvencia aunque, eso sí, duchos en el insulto y la descalificación. No hay diferencia ni matices en la plaza pública cuando los argumentos de los defensores del cambio se confunden con los argumentos de sus detractores.

Al actual gobierno le hace falta depurar sus argumentos e incluir los referentes que las élites intelectuales han usufructuado, ya que siempre hay otras rutas para pensar y construir. No existe ninguna grande corriente del pensamiento filosófico humano, afirmaban hace algunos años los filósofos argentinos Arturo Roig y Hugo Biagini, “por firme o tal vez definitiva que se haya sentido en algún momento, que no haya generado, como expresión misma de su riqueza, formas alternativas de pensar”.

Y esas formas alternativas de pensar, que definitivamente existen en el actual gobierno, no forman parte del debate púbico y tampoco pueden proyectarse por la errática estrategia de comunicación. El Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 recoge una visión alternativa de país que poco se conoce.

La pregunta aquí es si, como advierten Biagini y Roig, ha surgido “una racionalidad distinta” por parte de quienes “no tienen razón” desde la perspectiva neoliberal. Coordinadores del ambicioso “Diccionario del Pensamiento Alternativo”, los autores señalan que el campo axiológico es dual porque siempre existe un valor y frente a él su antivalor. Muy en el fondo ese podría ser el sentido de la lucha ideológica actual: definir quién representa el valor y quién el antivalor.

Aunque López Obrador ha dejado en claro que quien manda en el país es él, lo cierto es que en sus pronunciamientos frente a la crítica de las élites se asume no como Jefe de Estado sino como opositor. Ahí es donde está fallando. Cuando el mandatario cuestiona el discurso de sus críticos parece que sigue en campaña. El mensaje persistente en sus conferencias mañaneras ha sido prácticamente el mismo desde que tomó posesión del cargo: enfrentar de manera reactiva la crítica de esos intelectuales, que denomina “orgánicos”, así como de los comunicadores y periodistas influyentes en las más importantes plataformas de comunicación en televisión, radio, prensa y redes sociales. No aparece el enorme aparato de Estado detrás de sus posicionamientos.

El mandatario mexicano buscó durante muchos años alcanzar una utopía y una esperanza a la que tenía derecho. Como asientan Roig y Biagini, esas aspiraciones forman parte de la naturaleza humana. Sin embargo, a López Obrador le falta incorporar el pensamiento divergente que desde múltiples trincheras lo acompañó a ganar las elecciones del 2018.

En el Diccionario del Pensamiento Alternativo de los filósofos argentinos participaron más de 200 intelectuales latinoamericanos, incluidos algunos mexicanos, que coincidieron en un esfuerzo académico divergente para replantear las salidas a los retos culturales, políticos y económicos de la región. No es el único referente para visualizar otras formas de alcanzar el desarrollo, pero sí un ejemplo de que existen muchas voces calificadas para diseñar nuevas rutas hacia ese propósito.

En tres años se elegirá al sucesor de López Obrador y su candidato estará compitiendo para extender el actual proyecto de nación. No aparecen en esa prospectiva los intelectuales disidentes y harán mucha falta. Bueno, ya hacen falta.

 

Referencia

  • Biagini Hugo y Roig Arturo. “Diccionario del Pensamiento Alternativo”. Ed. Biblos, 2008, Buenos Aires.

 

 

 

@LuisManuelArell

 

 

 

 

Aclaración: El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.

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