Logo de Excélsior                                                        

Callan como momias en el caso de Oliver

Anabella Pezet | 19:06
https://cdn2.excelsior.com.mx/media/pictures/2016/06/07/caldero-politico-ok.jpg Anabella Pezet

 

Los dos se apellidaban López, los dos cayeron a manos de policías abusivos que les quitaron la vida. Uno se llamaba Oliver y el otro Giovanni. A Oliver lo mataron a finales de marzo en Tijuana, Baja California. A Giovanni el pasado 4 de mayo en Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco. En ambos casos, los videos de sus muertes se hicieron virales, como en el caso del afroamericano en los Estados Unidos, George Floyd.

Oliver López era un indigente, una persona en situación de calle, que supuestamente estaba tirando piedras, cuando un convoy de policías lo sometieron, lo tiraron al piso, lo golpearon y uno de ellos le colocó el pie en su cuello, hasta asfixiarlo por completo. La autopsia reveló que murió a causa de varias contusiones en la cabeza y un balazo en el pie.

En el video de su muerte se aprecian a cuatro policías a su alrededor, dos sometiéndolo. Después se ve cómo llega la patrulla P-2900 de la cual descienden otros agentes, y al tratar de levantar a Oliver del piso, se aprecia que su cabeza cae inerte al piso. “¡Lo mató, lo mató, le aplastó el pescuezo, lo ahogó, mira cómo está morado, lo mató, mira está muerto!”, señalan los dos hombres que grabaron el video, desde el interior de su automóvil. Después ambos les indican a los policías que el joven estaba muerto, sin que hubiera respuesta y ahí termina el video.

Giovanni López era un albañil que estaba con su familia, en el video se aprecian, por lo menos, cinco policías sometiéndolo e intentando meterlo a una patrulla. Se escuchan gritos de parte de sus familiares: “Mira cómo lo traen, estaba sentado tranquilo, a ver Manny tranquilo”, le dice su tía, mientras le reclama a los policías que no lo pueden detener por no usar cubre bocas. “Vamos a ir por ti”, le grita su hermano, mientras que uno de los policías le grita “Cállate pinche joto”, al tiempo que éste le responde “No hay pedo si lo matan, no hay pedo”.

Las palabras de su hermano se hicieron realidad pues el cuerpo de Giovanni apareció al día siguiente, sin vida. La autopsia reveló que murió a causa de los golpes que recibió.

El pasado 2 de junio se rivalizó el video de Baja California, dos días después el de Jalisco.

Ante ambos hechos, los gobernadores publicaron mensajes en sus redes sociales.

 

Imagen intermedia

 

 

Sin embargo, el tratamiento de ambos casos resulta paradójico. Mientras que, en el caso de Oliver López, no hubo marchas, tampoco pintas, ni destrozos. Pareciera que la vida del joven de la calle a nadie le importó. Es más, han pasado cuatro días desde que se dio a conocer el caso, y no existe ningún detenido por parte del gobierno del Estado de Baja California.

Las únicas noticias que se tienen de ese estado son las del coronavirus, además de la nueva iniciativa de ley presentada en el Congreso, en una nueva intentona del gobernador Bonilla por perpetrarse en el poder.

En cambio, el tema de Jalisco se volvió un festín para el gobierno actual. El día de ayer se llevaron a cabo destrozos en la capital del país, quemaron el Palacio de Gobierno y hasta intentaron, cobardemente, quemar a un policía por la espalda.

La diferencia entre ambos casos es muy clara: Bonilla es de casa, es de Morena y hay que protegerlo. Alfaro, en cambio, es un enemigo a vencer, sobre todo por sus aspiraciones políticas que tiene rumbo a la presidencia de la República.

De ahí que la respuesta de todo el aparto gubernamental, en ambos casos, sea muy diferente. El gobierno de Jalisco responsabilizó directamente al gobierno actual, y en específico al partido Morena de estar atrás de los destrozos y desmanes, provocados por anarquistas profesionales. Varios detenidos provenían de estados como Michoacán, Yucatán y la Ciudad de México.

Hasta el Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, tuiteó sobre el caso. La Secretaría de Gobernación pidió información al gobierno de Jalisco sobre el asesinato. También hubo un pronunciamiento por parte de Ricardo Monreal, Coordinador de los morenistas en el Senado.

Y por la muerte de Oliver en Tijuana, nada. Nadie dijo nada, ningún funcionario público del gobierno federal expresó algo. Como les encanta decir a algunos, mejor “Callaron como momias”.

Descansen en paz Oliver y Giovanni, que sus memorias sirvan para algo mejor, para profesionalizar a las policías y no para ser, otra carnada política.

 

 

 

 

Aclaración: El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.

Comparte en Redes Sociales