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Geopolítica, abastecimiento energético y el surgimiento de Eurasia. (II)

Amos Olvera Palomino | 17:02
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En el contexto actual, respecto al suministro y abastecimiento energético, la geopolítica se ha vuelto el arma más eficaz que utilizan las grandes potencias para garantizar su posicionamiento o reposicionamiento mundial, de ahí que se han llevado a cabo grandes estrategias que como en un juego de ajedrez, determinarán en un futuro o la continuidad del momento unipolar de la hegemonía estadounidense, o bien, el comienzo del mundo multipolar como lo estamos observando ahora.

 

II.- Disputas por las rutas de suministro energético. La integración Eurasiática -nueva ruta de la seda-.

 

A partir del año 2000, Rusia se convirtió en el principal obstáculo para el plan de Estados Unidos de apoderarse del Control de las vías energéticas entre Europa y Eurasia a través de los Balcanes y Asía Central.

 

Desde entonces, Estados Unidos y la Unión Europea han tratado por todos los medios de diversificar el aprovisionamiento de los países europeos para reducir su potencial dependencia de  Rusia. Surgiendo así el proyecto del gasoducto Nabucco, hoy prácticamente abandonado, que consistía en garantizar que Europa se alimentara con el gas proveniente de Azerbaiyán y de Turkmenistán, recurso que transitaría a través de Turquía, evitando el territorio de Rusia y bordeando Grecia. Alrededor de ese proyecto existía un ambicioso plan geopolítico estadounidense que consistía en convertir al aliado turco en eje de un «Medio Oriente ampliado como parte del proyecto del Nuevo Siglo Americano», que habría que remodelar previamente, y en centro regional del tránsito energético entre el Medio Oriente y los Balcanes.

 

El proyecto Nabucco fracasó porque Turkmenistán se volvió hacia China y Azerbaiyán se acercó por su parte al proyecto ruso denominado South Stream, desarrollado en 2007, mismo que consistía en permitir a Rusia mantener el control del aprovisionamiento a Europa esencialmente a través del Mar Caspio y de Kazajstán (país miembro de la Unión Aduanera), incorporando a la vez a Serbia, cuya importancia para la Unión Europea en el plano energético sería en el futuro muy grande, sin embargo, nunca cristalizó.

 

En el año 2009 apareció un proyecto de varios países sunnitas que hubiese podido contar con el apoyo de Estados Unidos. El gas Catarí, mismo que se proyectaba ser enviado a Europa a través de un gasoducto que partiría de Catar, atravesaría Arabia Saudita y posteriormente Siria hasta llegar a Turquía. Ese proyecto resucitaría el Nabucco, respaldado por turcos y estadounidenses pero fue abandonado debido a la ausencia de proveedores confiables. Además, resulta evidente que el proyecto de Catar sólo sería realizable si en Siria se contara con un gobierno dócil; lo cual explica las razones que han llevado a cierto número de países relevantes a implicarse activamente en el respaldo a la oposición Siria.

 

En este sentido, el abogado Robert Kennedy junior, sobrino del expresidente norteamericano John F. Kennedy en un artículo para la revista “Político”*, señaló que la decisión de Estados Unidos de organizar una campaña para derrocar al presidente de Siria Bashar al-Assad, en gran parte se basó en la negativa de este mandatario a permitir el paso por su país de un gasoducto de Catar hacía Europa, negativa realizada para defender los intereses de Rusia su aliado histórico.

 

Esa infraestructura hubiera garantizado que los reinos suníes del Golfo Pérsico tuvieran una ventaja decisiva en los mercados mundiales de gas y hubiese fortalecido a Catar, que es el aliado más cercano que Estados Unidos posee en la Región y en donde se encuentran las principales bases militares norteamericanas y la sede del mando Central de Estados Unidos en Oriente Medio.

 

Desde el momento en que el presidente Putin negoció un acuerdo para detener la invasión estadounidense de Siria por el ataque con armas químicas atribuido al presidente sirio Bashar al-Assad, Putin ha sido el foco principal de la política exterior estadounidense.

 

La invasión frustrada, ayudada por la traición del primer ministro David Cameron en el parlamento del Reino Unido, preparó el escenario para convertir el levantamiento de Maidan en Kiev en el derrocamiento del presidente ucraniano Viktor Yanukovich y la sangrienta guerra para evitar la secesión de Donbass que se ha desatado desde entonces. Eso llevó a la reunificación de Crimea por parte de Rusia y a la peor derrota estratégica para Estados Unidos desde Vietnam.

Para algunos, la intervención de Rusia en la guerra en Siria, establece la línea de demarcación entre el momento unipolar de la hegemonía estadounidense y el comienzo del mundo multipolar ahora en marcha.

La transición al mundo multipolar, se va entretejiendo en el año 2013 cuando se firmó la alianza política encabezada por China y Rusia, con lo cual debuta el reposicionamiento geopolítico de China, ya que se presentan nuevos escenarios respecto al suministro energético con la nueva ruta de la seda y, que sin duda, ponen en riesgo el objetivo de los Estados Unidos por conservar el Monopolio Unipolar a través del control estratégico de los recursos energéticos.

 

En este contexto, en diciembre de 2019, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, han inaugurado por teleconferencia el gasoducto Fuerza de Siberia, a través del cual comenzará el suministro de gas Ruso a China.

Fuerza de Siberia es el sistema de transmisión de gas más grande en el Lejano Oriente ruso, a través del cual el gas de los campos en Yakutia y la región de Irkutsk se transportará tanto al mercado interno ruso (a través de Jabárovsk hasta Vladivostok) como a China (a través de Blagovéshchensk). La longitud total del gasoducto es de unos 3.000 kilómetros en Rusia y 5.100 kilómetros en China.

China es el mayor consumidor e importador mundial de recursos energéticos. Su consumo anual de gas es de 280.300 millones de metros cúbicos y, de acuerdo con las previsiones de la CNPC, para el 2035 la demanda crecerá a 610.000 millones de metros cúbicos, con un nivel de producción nacional de menos de 300.000 millones de metros cúbicos.

 

En el 2018, China importó 125.500 millones de metros cúbicos de gas: el 42% provino de gasoductos y el resto fue gas natural licuado, originario de Estados Unidos.

 

De este modo, el gaseoducto Fuerza de Siberia diversifica las importaciones de gas y mejora la seguridad energética de China, los gasoductos son las costuras de que unen a los países como señalo Tom Loungo.

 

Por otra parte, China e Irán firmaron un acuerdo multimillonario que desafía descaradamente las sanciones impuestas por Estados Unidos contra la República Islámica. Ya eran socios estratégicos, pero con este acuerdo están reforzando sus estrategias en el escenario internacional para oponerse al unilateralismo estadounidense. Ambos países ya habían acordado una asociación estratégica en 2016, pero este último acuerdo permite que la economía de Irán tenga una apariencia de normalidad con esta oleada de inversiones que se necesitan desesperadamente.

 

Efectivamente, se espera que el acuerdo garantice el suministro de petróleo iraní a China durante los próximos 25 años, lo que sin duda beneficia a ambas partes, ya que Estados Unidos tiene la intención de bloquear completamente las exportaciones de crudo iraní para privar al país de dinero extranjero.

 

El acuerdo es una gran victoria para la Iniciativa del “Cinturón” y “la Ruta” (Belt and Road) de China, ya que las nuevas inversiones importantes en  Irán en transporte, ferrocarril, puertos, energía, industria, comercio y servicios mejorarán la red de China en la región. Irán sirve como punto de encuentro entre el sur de Asia, Asia central, el Cáucaso y el Medio Oriente, lo que lo convierte en uno de los países más importantes para la Iniciativa de la nueva ruta de la seda (Belt and Road). El acuerdo asegura el suministro de petróleo y gas a China con una ruta terrestre que ofrece otra opción lejos de las vías fluviales del sudeste asiático, especialmente en un momento en que las hostilidades entre China y Estados Unidos en el Mar de China Meridional están aumentando, en este escenario hay que señalar que el transito marítimo a través del océano pacifico es controlado aun por la armada norteamericana.

 

El acuerdo incluirá inversiones chinas por valor de 400.000 millones de dólares en la infraestructura de Irán, incluidas mejoras en la industria petrolera y la construcción de un ferrocarril de 900 kilómetros entre Teherán y Mashhad, la segunda ciudad de Irán y un centro de peregrinación cerca de las fronteras con Afganistán y Turkmenistán. Esta línea ferroviaria no solo conectará dos de las ciudades más importantes de Irán, sino que, como está a las puertas de Asia Central, dará a China e Irán un mayor acceso a Eurasia.

 

* “Todo por un gasoducto: Un miembro del clan Kennedy revela la verdadera causa de la guerra en Siria.” Actualidad.rt.com, Publicado:24 feb 2016 01:32 GMT.

Amos Olvera Palomino

*Analista  amosop@hotmail.com  @PalominoAmos

Colaboración de: Rubén Torres Muñoz y Alejandro Olvera Jiménez

 

 

 

 

Aclaración: El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.

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