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Algo importante pasa con el turismo en Hidalgo

L. Alberto Rodríguez | 16:04
https://cdn2.excelsior.com.mx/media/pictures/2016/06/07/buitres_logo.jpg L. Alberto Rodríguez

 

Sin tener playas, de alguna manera Hidalgo se las está ingeniando para atraer más turismo nacional que grandes Estados como Zacatecas o Chihuahua. De hecho, de acuerdo con estimaciones de la secretaría de Turismo federal, esta pequeña entidad del centro del país se ubica como el séptimo destino preferido para visitar por quienes habitamos en México, por encima de Guerrero, Baja California y varios más estados costeros. ¿Por qué?

Por supuesto, SUS PRECIOS BAJOS. En la ciudad de Pachuca pueden encontrarse hoteles de tres estrellas con un costo por habitación desde los 250 hasta los 700 pesos, en zonas perfectamente céntricas. Desde ahí, es fácil tomar cualquier tipo de transporte público hacia destinos tan variados como las aguas termales en el valle semidesértico del Mezquital, o las románticas cumbres del bosque del Parque Nacional del Chico, donde se encuentran al menos cinco pueblos mágicos. Es decir, con pocos pesos, cualquiera puede vivir una experiencia turística similar, o incluso mejor, que las de varias zonas ricas del país. 

 

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Otro elemento que considero importante es la MEGADIVERSIDAD de sus regiones. Porque, mientras hay estados que son muy famosos por sus playas y, de hecho, toda su oferta turística depende de ello, de la misma manera que las ciudades coloniales, en Hidalgo pasa algo curioso –y lo mencioné un poco en el párrafo anterior: es fascinante descubrir lo fácil que aquí es pasar de un spa en aguas termales completamente naturales al estilo de medio oriente, salir y disfrutar de un pueblo colonial y minero como para sentirse en el sur de España, luego en dos horas hacer un picnic en un bosque de altos pinos y oyameles bajo un ambiente de bosques europeos, y en media hora estar listo para ver un partido de fútbol internacional. Sin mencionar que a cinco horas de camino está la Huasteca, que es una nación en sí misma. 

Esta entidad está compuesta por nueve regiones únicas en su tipo y creo que esa es la tercera razón en la cual esta entidad basa su éxito turísitico actual. Estoy seguro que HIDALGO es una JOYA CULTURAL que poco a poco está siendo descubierta por nacionales y extranjeros. Se compone de diez regiones geo-culturales: la Comarca Minera; el Valle del Mezquital; la Sierra Gorda; la sierra Alta; la sierra Baja; la Huasteca; la sierra Otomí-Tepehua; el Altiplano Pulquero; la Cuenca de México y el Valle de Tulancingo. Es decir, son diez territorios distintos entre sí, compartiendo un mismo Estado; diez experiencias turísticas y culturales propias para visitar. Por ejemplo, puedes estar en las exquisitas haciendas coloniales de Apan, beber pulque, cerveza artesanal y comer chinicuiles en un ambiente campirano, para en dos horas estar bebiendo el que, para mí, es el mejor café de México en Tenango de Doria, admirando los internacionalmente famosos Tenangos, cuya denominación está aquí, bajo la sombra del bosque húmedo, la niebla y el olor a leña.

Eso me pone a pensar en el cuarto motivo por el cual Hidalgo está llamando la atención y es su GASTRONOMÍA. Lo pondré así: Reclama el huapango que, si le han cantado a Veracruz, a Jalisco y Tamaulipas… Tanto que si hablamos de gastronomía, mucha fama tienen también Oaxaca y Yucatán; pero si tan sólo el mundo probara una barbacoa recién salida del hoyo, o las tortas de flor de sábila con chinicuiles en salsa de caracoles y xoconostle, con gusto toda la gente ya estaría hablando también de Hidalgo, cuando de comida mexicana se refiriera. Sé que nadie podría discutir la majestuosidad del mole negro oaxaqueño o el aguachile sinaloense, pero aquí hay algo que muy pocos conocen y que, de saberse, elevaría por encima de su propio promedio a la cocina de México.

Estamos simplemente ante el secreto mejor guardado de la cocina mexicana. Sus ingredientes yacen sembrados en los llanos desérticos del Valle del Mezquital donde la lengua Hñahñú colorea los páramos que permanecieron indómitos ante la colonización. Suben por las montañas incandescentes de la Huasteca y se refugian en el boscoso subsuelo de la Comarca minera, con el musgo y los oyameles que arraigaron a los celtas ingleses del siglo XVI. La tierra hidalguense es tan fértil que, sin tener mar, produce más mariscos que varios puertos mexicanos. De aquí brotan maravillas. 

Y sí, sí, se habla mucho de la barbacoa o de los pastes, del pulque o los quesos, pero qué tal un pozole, que no cualquier pozole, sino uno hecho con salsa de caracoles y xoconostle, y en vez de cerdo o pollo, una deliciosa mezlca atrópodos a base de chapulines, chinicuiles y xamúes ¿Hay postre? Mousse de granada y licor de jamaica para marinar. Y sino, un conejo en adobo y huansontles, o un taco de carne de víbora, zacachuil o bocoles, sopa de hualumbos, guisados a la leña, huevito con pemuches o yerbas que harían el banquete de todo vegetariano y, de todo carnívoro también porque, como se dice en el Valle del Mezquital: todo lo que se arrastra, camina o vuela, va a la cazuela. Para mí la GASTRONOMÍA HIDALGUENSE es el SECRETO MEJOR GUARDADO de la cocina mexicana. 

Y el quinto motivo que está colocando a Hidalgo en el foco del turismo nacional, sin duda, es la POLÍTICA TURÍSITICA implementada por el gobernador de la entidad, Omar Fayad. Las cosas tienen que decirse como son y nobleza obliga, diría el presidente López Obrador. Apenas este fin de semana concluyó en Pachuca el Tianguis de los Pueblos Mágicos, el primero en su tipo. La experiencia fue increíble. En una sola sede se pudo saborear lo mejor de los 121 pueblos mágicos que tiene el país y, por supuesto, de los seis que tiene este Estado. Baile, cultura, magia. Para quienes amamos viajar, el evento significó toda una fiesta. El propio secretario de Turismo federal, Miguel Torruco, destacó los éxitos del suceso: asistimos más de 151 mil personas; hubo una derrama económica de más de 147 millones de pesos; la ocupación hotelera en Pachuca estuvo al 100 por ciento; se realizaron más de 2 mil 700 citas de negocios, superando en un 48 por ciento el estimado inicial; y lo que más se vendió fueron productos de cultura y aventura. Y ni un incidente. Además, se inauguró el tejido más grande del mundo a base de Tenangos (sí, los usurpados por Louis Vuitton), con un tamaño de 103 metros cuadrados en el que participaron 1 mil 270 artesanos y artesanas.  El gobierno de Hidalgo mantiene a este territorio como uno de los cinco más seguros del país, a pesar de estar rodeados de verdaderos focos rojos como el Estado de México, Veracruz y Tamaulipas, bajo una estrategia denominada Hidalgo Seguro, basada en su centro de inteligencia C5-i que tanto utiliza la policía estatal, como la Guardia Nacional y El Ejército mexicano. Por eso todo salió de lujo. En verdad, muchas felicidades a todos y todas quienes nos brindaron esta experiencia. 

 

 

 

 

 

Aclaración: El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.

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