Política de dando y dando

Siendo directos y coloquiales, debemos entender que a Estados Unidos “nada le embona”. Porque se ha hecho bastante esfuerzo en los últimos meses por darle gusto en la contención de migrantes, pero aún levanta la ceja en señal de reprobación.

Pero hay que jugar inteligentemente, la perspectiva de los estadounidenses no va a cambiar por más que el gobierno de la 4T lo desafíe o lo obedezca ciegamente. La presión gringa se efectuará de principio a fin.

El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, salió de una reunión hace unas horas con el vicepresidente Mike Pence, en la que se logró: NADA. Fue como ir a reiterarle la promesa de que la Guardia Nacional y los agentes del Instituto de Migración continuarán intentando hacer su mejor labor para bloquear el paso de los indocumentados.

Ebrard Casaubón quedó satisfecho al decir que “el flujo migratorio que registran aquí en Estados Unidos incluye mexicanos y personas principalmente de Centroamérica, en ambos casos hay una reducción, principalmente los que vienen de Centroamérica” ... Y ante esto, lo que agregó el exjefe de Gobierno capitalino, es que más del 70 por ciento son extranjeros y el siete por ciento corresponde a connacionales.

Hasta ahí no iríamos tan mal, pero insisto, ¿Qué se ganó con la tan anunciada y escandalizada reunión?: NADA, al menos a botepronto. Creo que en lugar de que nuestros representantes vayan con la espada desenvainada, la actitud que deben adoptar es traerse un agradable ”recuerdito”. ¿Cómo cuál? Sencillo.

México ganaría mucho si pudiera convencer a Trump de retirarle un poco el apoyo a la Asociación Nacional del Rifle para que la venta de armas de aquel lado de la frontera sea regulada.

También para que los descerebrados se vean un tanto más limitados a la hora de planear tiroteos por racismo o terrorismo, con saldos trágicos de inocentes muertos y heridos de por vida.

No basta con que una reunión bilateral se dé en términos amistosos, porque el discurso diplomático sirve, entre otras cosas, para suavizar decentemente las inquietudes o molestias de las diferentes naciones. Seguramente Mike Pence no iba a recibir a Ebrard con unos guantes de box. Pensemos en un intercambio un poco más equilibrado y sensato. Ahí pa’la otra!